Capítulo 40

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Maddie

-Ganas tengo de muchas cosas –susurró sonriendo

Cerré la segunda maleta furiosa pensando en esa puta frase por milésima vez en estas últimas semanas, odiaba que me pusiera aun tan nerviosa su presencia, su mirada, sus palabras, todo el mierda. Pensé que estas últimas semanas que me quedaban aquí en Key West le podría olvidar, pero no, a pesar de toda la mierda que me ha hecho no he podido evitar pensar en él y revisar su Instagram incontables veces.

Una cosa tenía clara y era que no le iba a perdonar tan fácil, todo lo de estos meses me lo había creído como una estúpida, pensaba que sería diferente al resto, me gustaría creerlo, pero ese día me demostró que no. Baje las escaleras para poder coger la tercera maleta que me quedaba por hacer, ya por fin nos íbamos a Stanford, tenía muchas ganas de por fin acabar con esta etapa de mi vida, todos estos meses habían sido...Intensos, pero tenía la necesidad de olvidarme de todo esto, de el en concreto.

No negare que me dolió, los primeros días acabe destrozada, me sentía muy traicionada, fue como volver a vivir una de mis mayores inseguridades, el dolor que sentía al ver algo así de él y que encima ni si quiera se dignara a entenderlo termino convirtiendo todo lo que sentía por el en odio, rencor, traición y por supuesto, decepción. Cogí la última maleta y mi padre me miro sonriendo, estas últimas semanas estuve muy distante, encerrada en mí misma, él sabía que me pasaba algo y que tenía que ver con Zack, pasé de hablar de el todo el día en casa a ni nombrarle.

- ¿Cómo va la casi mudanza? -me dijo apoyándose en el marco de la puerta

-Bien, creo que no me dejo nada por el momento

- ¿Nada? 

Le mire confundida, deje la maleta en el suelo de nuevo y me cruce de brazos

-Hija, creo que tendrías que solucionar las cosas con algunas personas de aquí antes de irte –continúo hablando mientras se acercaba a mi –Erais un grupo muy bonito, lo vi el día de año nuevo.

-Papa es mejor así, las cosas están bastante rotas ya –dije triste

Me di la vuelta intentando no llorar frente a él y cogí de nuevo mi maleta subiendo las escaleras, la voz de mi padre me paro a mitad de camino

-Aunque las cosas tengan grietas se puede seguir intentando –dijo y me gire para mirarle de nuevo –Las heridas no sanan de la noche a la mañana, pero con el tiempo, con paciencia y cariño todo mejorará, aunque no sea ya, en un futuro puede que os encontréis de nuevo y quien sabe.

Me pare a escucharlo con más atención mientras que las lágrimas intentaban salir de mis ojos.

-Quizás en otras circunstancias, cuando seáis personas más fuertes, que os encontréis a vosotros mismos, quizás si sanará todo, pero no te rindas y entierres algo que puede que algún día salga bien.

Baje corriendo las pocas escaleras que había pisado y me lance a los brazos de mi padre, el me abrazo fuerte y yo llore con él.

-No te rindas, nunca lo hagas –me susurro aun abrazándome

-No lo hare, te lo prometo

Me separé de él y subí por fin a mi cuarto, abrí la última maleta y metí todo lo necesario que me faltaba para mañana coger por fin el vuelo, no me rendiría lo tenía claro, pero no sería todo tan fácil.

"Si es para ti volverá" pensé mirando hacia mi portátil, donde estaba abierta la ventana de Word donde había estado escribiendo, terminé de escribir las ultimas palabras y cerré la ventana para despues guardar mi portátil, me tiré en la cama y suspiré.

[#1] Algo Entre Nosotros (Dolor y Promesas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora