Capítulo 23 - Shane

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Desde luego, la repostería no era lo mío. Me había pringado a hacer la masa de los malditos muffins para hacer feliz a mi madre, pero la verdad era que me había resultado desagradable. No sólo me parecía pesado y aburrido, sino que no llevo bien eso de mancharme las manos con la pasta esa pegajosa y asquerosa. Para colmo, Jacob me llamó y no pude cogérselo por no machar el móvil. ¿Y si era algo importante? Ahora que había empezado, mi madre no me dejaría irme tan fácilmente e insistiría en que me quedara en la cocina hasta que termináramos la receta. Así que lo único que pude hacer fue armarme de paciencia y esperar, aunque la curiosidad estaba ganando el pulso.

— ¿Te encuentras mejor? —me preguntó después de meter la bandeja en el horno—. ¿A que ha sido divertido?

— No —Nunca había sonado tan sincero y tajante en mi vida como en ese instante.

— ¿No te ha ayudado ni un poquito?

— Si con ayudar te refieres a preocuparme por lavarme las manos lo antes posible y pensar únicamente en cuánto tiempo queda para acabar la receta... Sí, me ha ayudado.

— Al menos has dejado de darle vueltas a la cabeza —me dijo con una sonrisa.

Me senté en una de las sillas de la mesa y me crucé de brazos mientras miraba fijamente al horno. Puede que dejara de darle vueltas como ella dijo, pero ahora que no tenía nada que hacer aparte de esperar a que la masa se cociera, empecé a pensar una vez más. Y no sólo eso, la llamada del inspector me intrigaba con creces y necesitaba saber el motivo por el que se había intentado poner en contacto conmigo.

— Pensando de nuevo, ¿no? —Como siempre, se dio cuenta enseguida.

— Me ha llamado Jacob mientras mezclaba el potingue ese y me tiene intrigado.

— Me hubiese gustado que despejaras un poco la mente, pero supongo que debe de ser importante... —Por el tono con el que me lo dijo tuve la sensación de que se sentía decepcionada—. Llámale y pregunta si te vas a quedar más tranquilo.

Sin duda eso era lo que quería oír, pero tras verla así me arrepentí de haberle comentado el tema de la llamada. Ella solo quería animarme y pasar tiempo conmigo, era un desagradecido y un egoísta.

— Puedo llamarle después.

Al final decidí que pasaría tiempo con ella. No había vuelto a llamar, así que supuse que lo que me tenía que decir no era muy importante.

— Llama, no vaya a ser que te necesite para algo.

— ¿Para qué me va a necesitar? Ya me dejó bien claro que iba a mantenerme al margen.

— Ay, yo que sé. ¡Llama y punto!

Pasó de preocupada y abatida a gritarme de esa forma y no pude evitar sobresaltarme. Me había estado hablando tan calmada que ese grito repentino no me lo había esperado.

— Pero...

— ¡Que llames! ¡Ahora yo también quiero saber!

No me atreví a seguir llevándole la contraria, así que cogí el móvil e hice lo que me decía, no sin antes poner el manos libres.

Dieron cuatro tonos antes de que Jacob lo cogiera y, cuando lo hizo, supe enseguida que se trataba de algo serio.

— Necesito hablar contigo en persona. ¿Te viene bien que vaya a Fernley ahora?

— Eh... —Miré a mi madre y la vi asintiendo fuertemente con la cabeza—. Sí, supongo que puede venir cuando quiera.

— Bien, estoy en Reno ahora mismo, así que llegaré en media hora.

Notas de una historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora