Tuve que coger en volandas a Vanessa antes de subir las escaleras, pues entre que se negaba a dejar atrás a Caleb y que tenía las fuerzas justas para correr, me estaba resultando bastante difícil arrastrarla conmigo.
Subí las escaleras lo más rápido que pude teniendo en cuenta que la llevaba en brazos y logré llegar a la planta principal. Creí que me seguiría, pues esa chica era la pieza maestra para él y yo se la acababa de arrebatar, pero no lo hizo. Decidí confiar en Alison, pero no podía evitar preocuparme por ella. ¿Estaría bien? ¿Lograría sobrevivir? Le había quitado el arma, pero eso no significaba que no llevara más encima.
— Por favor, olvídate de mí y salva a Caleb —me suplicó mientras corría hacia la salida.
— Primero voy a ponerte a salvo y después ya veré que hacer.
— Le va a matar, ¿no lo entiendes? —De nuevo empezaba a llorar...
No respondí porque no quería darle falsas esperanzas. No le diría que su hermano no iba a morir y que todo saldría bien, porque no sabía si sería así. Ni yo mismo tenía ni puñetera idea de nada, ¿cómo iba a tranquilizarla?
Fui directamente hasta la puerta principal. No me arriesgaba a perder tiempo yendo a la trasera para que luego resultara que Thomas la había cerrado. Preferí ir a lo seguro, aunque me llevé un chasco enorme al ver que estaba cerrada con llave y no se podía abrir ni siquiera desde dentro.
Pensé rápidamente en otra opción y lo primero que se me ocurrió fue salir por alguna ventana. Por suerte, no tuve problemas al abrir el enorme ventanal del salón, así que saqué primero a Vanessa y después salí yo.
— ¡Por Dios, Shane! ¡Te dije que no hicieras nada hasta que no llegase! —Justamente el inspector llegaba corriendo.
— ¡Cállate y llama a la policía de inmediato!
Jacob se quedó a cuadros. No sólo era la primera vez que le tuteaba, sino que también la primera en la que le gritaba de esa forma. Para colmo, llevaba conmigo a una chica que parecía sacada de un campo de concentración. Bueno, la verdad era que no distaba mucho una situación con la otra.
— ¿Cómo? ¿No me pediste tiempo?
— ¡Sí! ¡Pero ahora hay dos vidas en juego, llama de una maldita vez!
Estaba histérico, muy histérico. Tanto, que dejé a Vanessa en el suelo y, con el cuchillo todavía en la mano, fui de regreso a la ventana dispuesto a ir hacia el sótano otra vez.
— ¡Para, para! —me detuvo el inspector—. ¡¿Dónde vas?!
— ¡Te lo estoy diciendo! ¡Alison y Caleb están ahí dentro!
— ¿Cómo? ¿La va a matar? —exclamó horrorizado.
— ¡No! ¡Él es inocente!
— Shane, no sé qué te ha pasado ahí dentro, pero estás empezando a decir disparates.
— Está diciendo la verdad, mi hermano es inocente —interrumpió Vanessa—. Quien de verdad está detrás de todo es otra persona y le ha utilizado durante todo este tiempo para que nadie sospechara de él.
Jacob abrió los ojos como platos. Seguramente en un primer momento no se había dado cuenta, pero resultaba evidente que tenía a la verdadera Vanessa Stein ante él. Puede que en la foto que todos conocíamos fuera más niña, pero era ella.
— Creo que ambos tenéis que explicarme muchas cosas...
— Te explicaremos lo que quieras, me someteré a los interrogatorios que te dé la gana, pero por dios, llama a la policía de una vez. —Ya más que gritar, estaba suplicando.
Por fin pude hacerle entrar en razón y vi como cogía su teléfono para hacer la llamada. Pronto todo terminaría y esperaba que fuera con un resultado favorable para nosotros.
Cuando colgó, intenté una vez más entrar en la casa, pero también una vez más, Jacob me lo impidió.
— Quédate aquí, a partir de ahora es asunto de la policía.
— ¿Pretende que me quede de brazos cruzados? No puedo hacer eso cuando mi mejor amiga está en peligro.
— Pues es lo que te toca hacer. Y, por cierto, vas a tener que dar más de una explicación a eso. —Señaló el cuchillo que no había soltado en ningún momento.
Miré el arma y supe a que se refería. Estaba manchada de la sangre de Caleb y seguramente me traería problemas por tenerla. No sólo me habían visto salir con el cuchillo, sino que mis huellas habían quedado en él y sería muy difícil dar explicaciones.
— Se lo quité a ese hombre, al verdadero asesino —me defendí—. Nos iba a matar a todos, pero conseguí desarmarle.
— Ya hablaremos de eso, ahora cuéntame absolutamente todo lo que ha pasado desde que me llamaste esta tarde.
Contarle todo lo que sabía y todo lo que había ocurrido me llevaría un buen rato y no disponía de tiempo para eso. Había dejado a Alison en manos de ese psicópata y no sabía lo que iba a tardar en llegar la policía.
— Ya le explicaré lo que quiera después. Se lo ruego, déjeme volver.
— He dicho que no. No puedo dejar que salgas herido, ahora eres mi responsabilidad.
Vanessa se tapó la cara con las manos y empezó a llorar de nuevo. Me desgarraba el alma verla así, era injusto que una chica de tan sólo quince años sufriese de esa forma.
— Cielos, tengo que llamar a una ambulancia también para que la examinen —se quejó el inspector cogiendo de nuevo el móvil.
Nos dio la espalda y marcó el número de emergencias para hacer la llamada. Era mi oportunidad, no estaba mirando.
— Caleb... lo va a matar —se quejó entre sollozos.
Le aparté las manos y la obligué a mirarme a los ojos. Ya no sólo era cuestión de velar por la seguridad de Alison, sentía que tenía que ayudar a esa chica para que se sintiera mejor.
— Lo traeré de vuelta —le prometí—. Pero a cambio quiero que no te muevas de aquí pase lo que pase.
— ¡Pero te matará a ti también! Aunque no la use, siempre lleva un arma encima cuando sale. Al escucharos llegar seguramente la cogió.
— La única arma que tenía era este cuchillo, tú lo viste.
— Tiene también una pistola, pero no la usa a no ser que sea estrictamente necesario.
El corazón me dio un vuelco a escuchar eso. Una pistola... si la sacaba, ambos estarían muertos y yo acabaría de la misma forma en cuanto cruzara la puerta. Aun así, estaba decidido a volver.
— Está bien, veré que puedo hacer.
Le sonreí en un acto involuntario y corrí sin mirar atrás hacia la parte trasera de la casa.
Justo antes de cruzar la puerta que había abierto rato antes Caleb, escuché a Jacob llamarme de forma desesperada. Me iba a meter en un buen lío, pero me daba igual si con ello lograba salvarles.
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Notas de una historia
Mystery / ThrillerAlison siempre ha sido una fanática del mundo del crimen y acaba de acceder a la universidad para poder convertirse en criminóloga, pero sus planes se tuercen cuando una noche desaparece mientras iba a una cafetería. Lo único que queda de ella es su...