Detrás de tu sonrisa [SasuSaku] +18

capítulo 8

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Sasuke

Estoy tan nervioso, mierda, mi corazón no deja de latir muy fuerte y ésta vez es peor que las otras.

Coloco la pulsera en su muñeca y no quiero levantar la mirada porque de seguro estará mirándome y eso me pone aún más nervioso.

Pero soy valiente, o al menos eso estoy fingiendo.

Levanto la vista y si que me estaba mirando.

—Quedó linda. —no sé ni como eso salió de mi boca.

Es que no sé como explicar esto, ella se ha convertido en una especie de persona especial, me parece interesante y me da miedo.

Es que todos entran a mi vida y me dejan, es una inseguridad que siempre está presente. 

Me gusta verla sonreír porque ilumina mi vida aunque esa luz desaparece cada que se va.

Quisiera que se quedara, desearía que permaneciera junto a mí.

Pero la dependencia es una puta mierda y no quiero tenerla de nuevo. Ya no.

—Me gusta mucho.—musita.

—Me alegra saberlo. Me costó mucho...—es tan impulsiva que no me deja terminar hablar.

—¡¿Es costoso esto!? ¡Ay mierda! No debiste —su expresión de aflicción es graciosa.

—No, no. Tranquila, me costó mucho encontrarla. Eso era.

—¡Dios! Casi me meo del susto —se lleva la mano a su pecho —está linda, jamás en mi vida tuve una.

—¿Esto es único entonces? —pregunto.

Asiente y sube su mano para agitar la pulsera en el aire, está muy feliz y me siento en las nubes al saber que nadie más tuvo esa idea.

Es como una niña pequeña, llena de emoción por tener algo nuevo. No la culpo, así me siento yo cada que pronuncia mi nombre.

Quiero que sonría porque eso me relaja, me hace sentir parte de su vida aunque ella no lo sepa.

—¿Quieres ir a comer algo? —le pregunto y me mira.

—¡Me gustaría! Pero comamos viendo alguna película ¿quieres ir a mi casa? Podemos ordenar comida desde ahí.

El rubor cubre mi cara y asiento, no sabe lo feliz que me hace cada que me pide estar conmigo.

—¡Bien! —nos ponemos de pie.

A lo largo de la playa, no dejo de mirarla de reojo. Es tan linda.

Pero el sabor amargo en mi boca llega, quiero evitarlo, quiero con todas mis fuerzas dejar de sentir miedo pero me es difícil.

Ella ha roto barreras en estas semanas, me ha ayudado a olvidar algunos miedos y eso me importa muchísimo.

No deja de ver su pulsera, caminamos sobre el andén y solo puedo observar sus relaciones. Realmente es única.

Al llegar a su casa noto que su madre aún no llega. Me da permiso que entre y lo hago.

Me voy a la sala y ella sube las escaleras quizás hacia su habitación.

Doy pasos por el lugar y me llaman la curiosidad las fotos en los marcos. Son de ella la mayoría. Ella en la nieve, ella en el preescolar, ella con una maqueta del sistema solar, ella con un gatito, y así puedo describir las demás.

Era muy tierna de niña, con su cabello corto y su cerquillo, siempre con esos lindos ojos que la hacen hermosa. Porque si, lo es. Lo acepto.

Sonrío y escucho que viene bajando, me voy a sentar y entra a la sala con ropa más cómoda.