Detrás de tu sonrisa [SasuSaku] +18

capitulo 9

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Sakura

Siento su calor, lo bien que huele y lo delgado que está. No quiero separarme de él, no ahora que mis pocas lagrimas brotaron y tengo vergüenza que me vea así, con mi nariz roja y ojos llorosos. 

Pasa su mano por mi cabello y me separo de él un poco, no puedo mirarlo a su rostro así que solo me giro y me voy directa a esa lámpara que tiene toda una galaxia para reflejar en el techo.  

—Quiero esta. —digo y él se acerca —nunca pensé encontrarla, busqué en muchas páginas de segunda mano o incluso nuevas pero se salían de mi presupuesto.

—¿La quieres? —pregunta y le afirmo con un asentimiento —tómala, es tuya. 

—¿Cómo? —frunzo el ceño, confundida.

—Es un pequeño regalo —masculla y sonríe —y por esa razón estamos aquí, llévate lo que quieras.

Me quedo boquiabierta y miro la lámpara y la tomo, niego muchas veces pensando que esto puede ser un sueño porque jamás en mi vida he recibido este tipo de regalos.

—No puedo —susurro —no es cierto.

—Si que lo es, Sakura —murmura —elije bien lo que necesitas, yo te lo daré.

Me ha tocado la fibra mas delicada de mi ser, la que ninguno conoce, la que no pensaba mostrar a nadie. Me ha tocado mi alma con delicadeza, la ha removido y siento algo distinto hacia él, y no es por esto material, es por que me ha escuchado, me ha observado y me da miedo, porque le estoy enseñando mi debilidad. 

Se va por la sala observando todo, hay muchas cosas aquí y quiero llevarme todas pero no, hay unos especies de planetas con luminaria y me los llevaré. Me llevo muchas cosas al final pero no veo a Sasuke, miro hacia todos lados y al fin viene apareciendo de otra sala, se acerca a pagar y trato de observar a otro lado. Salimos de la tienda dándonos cuenta que la noche se ha postrado ante nosotros. 

—¿Q-quieres venir a mi casa? —me pregunta en un balbuceo.

—De acuerdo.

Conseguimos como llegar hasta su residencia, nos bajamos del auto y caminamos hasta la entrada, hay un auto afuera y la curiosidad me invade.

—¿Tienes auto y no manejas?.—enarco mi ceja.

—No es mio, y no, no me gusta hacerlo —responde —mi padre me enseñó pero... luego te explico.

No digo nada y solo lo sigo, al entrar el aroma a comida me inunda mis fosas nasales y cierro los ojos.

—Huele rico —murmuro.

—Mi madre suele cocinar, vamos —me indica que lo siga y obedezco.

Las cosas que cargo están pesadas y lo nota, me las quita de las manos y subimos las escaleras, Al entrar a su habitación la temperatura ya cambia, es mas fría y oscura. 

 —Puedes, puedes sentarte donde quieras —me dice —¿tienes hambre?¿quieres ver algo? ¿Escuchar música?.

—Creo que si, la música estaría bien.—digo. —pero primero dime a que me trajiste.

Coloca la música en su reproductor de audio, es tranquila. Una banda famosa suena y la reconozco enseguida.

Él se coloca frente a un estante, toca una figura de lo que parece una serie de algún dibujo animado. Lo observo de espaldas.

—Mi padre me enseñó a manejar, pero mi hermano me ayudó luego de eso —explica —no conduzco porque me hace recordar cosas que no me gustan.

Veo que se compone los lentes y suspira.