IV

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Esa noche JunMyeon salió a cenar con Daniel. Se sentía bien con él, pero sus conversaciones podían ser bastante aburridas. Además, aunque le doliera admitirlo, Daniel podía tener algo del hombre frío al que se refería SeHun. JunMyeon tuvo que hacer un gran esfuerzo para concentrarse mientras Daniel le contaba el día tan horrible que había tenido. Desgraciadamente, los pensamientos de JunMyeon estaban en otro lado y eso lo irritaba aún más, no le gustaba tener a SeHun constantemente en la cabeza. Por suerte, parecía que Daniel no se había dado cuenta de su distracción y JunMyeon intentó estar más atento mientras esperaban el postre.

—Tengo una sorpresa para ti JunMyeon. —le dijo Daniel con un entusiasmo infantil.

A JunMyeon se le hizo un nudo en la garganta al preguntarse si ese sería el momento en el que Daniel le propondría ser su novio formalmente y no pudo evitar ilusionarse al imaginar el posterior paso del noviazgo: el matrimonio.

—¿Ah, sí? —le preguntó JunMyeon mientras mentalmente preparaba su respuesta—. ¿Qué tipo de sorpresa?

—Mis padres nos han invitado a pasar el fin de semana en su casa. Cuando les conté lo maravilloso que eras, mi madre insistió en conocerte. Sé que te adorará tanto como yo. —respondió Daniel tomándole la mano con cariño.

JunMyeon intentó mantener la sonrisa, pero podía sentir cómo se desvanecía y cómo se le endurecían los músculos de la cara: había pensado que iba ser una propuesta de noviazgo y aunque la oferta de conocer a la madre de Daniel no era mala tampoco. iba a tener que rechazar lo que era casi una petición real por la promesa que le hizo a SeHun.

—Ay, Daniel, lo siento mucho, pero no puedo ir. Te lo iba a contar más tarde. Me tengo que ir a Busan este fin de semana. —le dijo JunMyeon con tono disculpa, esperando amortiguar el golpe.

—Con SeHun, supongo. —respondió Daniel fríamente.

Desde el momento en que había aceptado el viaje, JunMyeon se había estado preguntando lo que le iba a contar a Daniel. Odiaba las mentiras, pero era imposible decirle la verdad. Ya sabía desde hacía mucho tiempo que SeHun no tenía muy buena opinión de Daniel, pero hasta ese momento no se había dado cuenta de lo mucho que Daniel odiaba a SeHun.

—Desde luego, es un viaje de negocios. —añadió JunMyeon odiándose por mentir.

—No confío en él JunMyeon. —pronunció Daniel con claridad.

—Confías en mí, ¿no? —le preguntó JunMyeon suavemente y Daniel le tomó la mano.

—Por supuesto que sí. Es solo que ese hombre... —murmuro Daniel con desprecio y rencor.

—Ese hombre es alguien en quien no tengo ningún interés, pero los viajes son parte de mi trabajo. —afirmo JunMyeon con sinceridad.

—Ya lo sé, pero mi madre no se va a poner muy contenta. No puede soportar que le cambien los planes. Yo quiero que le caigas bien antes de que seamos novios y llevemos la relación ya en un ámbito más formal y serio. —advirtió Daniel con severidad.

Inmediatamente, JunMyeon estableció un paralelismo. Parecía que el motivo de la visita era que JunMyeon pasara la inspección de ser catalogado como bueno o malo para el noviazgo con Daniel. Y el noviazgo entre ellos no debería depender del informe de la madre. Por buenas razones, a JunMyeon no le importaba mucho eso. Su padre siempre había insistido en examinar a todos sus novios y había pensado que la mayoría tenía muchos defectos. Nunca los había recibido bien en su casa, y JunMyeon había obedecido a su padre hasta que tuvo la edad suficiente para no necesitar su aprobación. El hecho de encontrarse en la misma situación que sus novios, cuando JunMyeon ya había dejado todo eso atrás, le ponía los pelos de punta. No estaba de ningún modo dispuesto a pasar por eso.

—¿Realmente importa si le caigo bien o no, Daniel? —cuestiono JunMyeon con tristeza—. Después de todo, yo estoy saliendo contigo, quiero ser tu novio no el de tu mamá.

—Supongo que no. —afirmó Daniel con cierta incomodidad, después se rió—. No, no, desde luego que no importa, aunque preferiría que le gustaras. No hay razón para pensar que no, por supuesto, pero siempre le he pedido su opinión en asuntos importantes. —suspiro con una mueca—. Y pues el paso al noviazgo en nuestra relación es algo importante.

JunMyeon se contuvo. Las situaciones eran diferentes. Lo único que tenía que hacer era ir a conocer a sus padres, tenía que pasar en algún momento.

—Haré todo lo que pueda para gustarle, si eso te hace feliz. Pero tenemos que posponer la visita unas semanas. —dijo JunMyeon intentando evitar que el pasado ensombreciera el presente.

—Sería maravilloso. —dijo Daniel aliviado—, estoy seguro de que le vas a encantar.

JunMyeon dejó el asunto ahí, pero más tarde, cuando estaba tumbado en la cama intentando dormir, no pudo dejar de pensar en la conversación. Daniel era el hombre con el que había decidido casarse a futuro luego de ya ser novios oficialmente, pero no quería tener que luchar por él con su madre y eso era lo que temía que fuera a pasar. Quizá fueran imaginaciones suyas. Sería mejor reservarse la opinión hasta que conociera a los padres de Daniel. Seguro que no eran tan malos como los suyos. Con este pensamiento reconfortante pudo finalmente abandonarse al sueño.

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Bueno ya: JunMyeon y Daniel su relación aun no es formal, son como amigos o enamorados que es diferente a ser novios por el grado de intimidad: todos sabemos que el juego de enamorados es algo así simple casi de niños. Cuando JunMyeon conoce a Daniel se da cuenta de que es un chico tranquilo y apagado por lo menos en cuanto a la pasión y eso a JunMyeon le da el sentimiento de estabilidad y aunque no lo ame siente que si pueden llegar a algo serio y hasta casarse como se llevan bien.

JunMyeon no quiere nada pasional y arriesgado por una mala experiencia, él ya no quiere nada complicado es mejor para una relación fría y aburrida que una pasional y hermosa donde su corazón este en juego. 

Novios por una semana_SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora