XXVIII

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JunMyeon se despertó plácidamente y con una sonrisa en la cara. Hacer el amor con SeHun lo había transportado a alturas insospechadas. Había sido increíble, excitante y... no le importaría hacerlo de nuevo. Se dio la vuelta y descubrió que el otro lado de la cama estaba vacío. Miró por la habitación y vio que SeHun salía del vestidor poniéndose un jersey.

Siempre había pensado que estaba muy guapo con traje, pero estaba igual de bien con ropa informal. Los vaqueros le moldeaban las piernas y resaltaban sus músculos mientras que el jersey marcaba ese pecho que JunMyeon había llegado a conocer tan bien.

—¿Por qué no me has despertado? —regaño JunMyeon con una sonrisa.

—Buenos días conejito. —dijo SeHun sentándose en el borde de la cama.

—Buenos días. —respondió JunMyeon sonrojándose.

—¿Qué tal estás? —pregunto SeHun con cariñosidad.

—Agradablemente cansado. —respondió JunMyeon riendo—, pero tengo una gran capacidad de recuperación. —le dijo con una mirada sugerente.

—Eso está bien saberlo, conejito, pero no me refería a eso. —murmuro SeHun acariciando la mejilla derecha de JunMyeon con sutileza—. Hacía mucho tiempo, ¿verdad?

—Te he decepcionado. —dijo JunMyeon sintiéndose como un estúpido por lo ocurrido la noche anterior.

—No me decepciona nada de ti conejito. —respondió SeHun rápidamente—. Solo lo he mencionado porque creí que te había hecho daño.

—¡Ah! Ya entiendo. —exclamo JunMyeon más tranquilo—. Pues déjeme decirle, señor Oh, que no me hizo ningún daño.

—Menos mal. —dijo SeHun aliviado—, pero preferiría haberlo sabido antes para tener más cuidado.

—¿Más cuidado, SeHun? —cuestiono JunMyeon con un puchero—. No puedes tener más cuidado del que tuviste.

—Entonces, ¿qué pasó? —pregunto SeHun observándolo con amor.

—Fui yo. Estaba un poco nervioso. Después de Kyuhyung no he estado con nadie. —admitió JunMyeon con las mejillas encendidas—. Me comporté como un tonto con él al confundir el deseo con el amor. La única manera de asegurarme de que no me volviera a pasar era mantener a los hombres apartados de mi vida.

—Lo entiendo. Pero ¿por qué yo? ¿Por qué ahora? —cuestiono SeHun con el corazón en la boca.

—Porque eres el único hombre que me ha hecho cambiar de opinión. —dijo JunMyeon con sinceridad.

—Me siento privilegiado. —dijo SeHun emocionado.

—La verdad es que por mucho que lo intenté no encontré una razón convincente para no tenerte. —murmuro JunMyeon con coquetería—. Y no me arrepiento.

—Me alegro de que te sientas satisfecho conejito. —ronroneo SeHun.

—Estaba satisfecho anoche, pero esta mañana... Me deberías haber despertado. ¿Por qué no lo has hecho? —regaño JunMyeon con diversión.

—Créeme que era lo que más quería. No sabes lo que me ha costado tener las manos quietas y salir de la cama. —se lamentó SeHun observando el delicioso cuerpo desnudo de JunMyeon—. Quería despertarte con un beso y perderme dentro de ti otra vez. Pero pensé que necesitabas dormir más y lo más noble era dejarte solo.

—Para otra vez, ten en cuenta que no me importa la nobleza. —le dijo JunMyeon—. ¿Por qué no vuelves a la cama?

—Ojalá pudiera. No tenemos mucho tiempo y debo hablar con mi padre antes de que se vaya. —explico SeHun con dolor de tener que alejarse de JunMyeon, aunque sea por unas horas.

Novios por una semana_SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora