XXVI

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JunMyeon se quedó pensativo, pero sus reflexiones fueron interrumpidas por una repentina explosión de ruidos que provenía de la entrada del hotel. Vieron que los novios estaban a punto de irse. Por lo que JunMyeon tuvo que regresar y unirse al grupo justo cuando Seohyun lanzaba el ramo.

JunMyeon no se dio cuenta de que el ramo iba directamente hacia él y cuando levantó los brazos para protegerse, el ramo cayó en sus manos. Se ruborizó al ver que todas las miradas se dirigían a él e instintivamente miró a su alrededor para ver si había algún chico o chica más merecedora del ramo, pero todo el mundo le sonreía y lo felicitaba, así que se tuvo que quedar con él.

Era un ramo precioso y, cuando hundió la cara en él para evitar mirar a SeHun, descubrió que tenía un olor maravilloso. Al final se encontró con los ojos de SeHun, aunque los hubiera evitado por unos minutos.

—Lo siento mucho. —se disculpó JunMyeon—. Yo no lo quería, pero pensaba que me iba a dar a la cara y levanté la mano. Debería haberme escondido.

— Me parece que Seohyun sabía lo que estaba haciendo. —anuncio SeHun mirando de reojo a su hermana quien le sonreía con orgullo.

—¿Quieres decir que lo tiró a propósito? ¿Por qué? —cuestiono JunMyeon asombrado.

—Porque los que son felices quieren que los demás también lo sean. Obviamente piensa que debemos casarnos. —explico SeHun mirando esta vez a JunMyeon.

—Eso sería un desastre seguro. No somos compatibles. —exclamo JunMyeon rápidamente en defensa.

—Tampoco somos totalmente incompatibles conejito. —replico SeHun—. En algunos aspectos nos llevamos bastante bien.

JunMyeon se sonrojo enormemente y decidió ignorarlo dándose la vuelta y hundiendo su rostro en el ramo.

La feliz pareja se despidió en medio de una lluvia de confeti. Los invitados entraron de nuevo en la fiesta y los más jóvenes se pusieron en seguida a bailar. Parecía que la fiesta continuaría toda la noche.

SeHun y JunMyeon no bailaron. Pasaron el resto de la fiesta hablando con diferentes miembros de la familia. JunMyeon sabía que los echaría de menos porque lo habían recibido con una amabilidad a la que él no estaba acostumbrado. Le daban una imagen de cómo sería una familia de verdad y eso era lo que JunMyeon quería y esperaba tanto.

Hacia la medianoche empezó a sentirse cansado y SeHun le sugirió que deberían irse. Se despidieron y se dirigieron hacia la puerta. A JunMyeon le hubiera gustado decirle algo a su madre y a su hermana, pero el General los estaba observando y decidió no hacerlo. No quería malograr el día de la boda de JunYoung, su madre debería estar emocionada de que su hijo mayor se casara pese a que fuera opacada por el humor de su padre.

No tardaron mucho en volver a la casa. SeHun se dirigió al salón mientras se quitaba la corbata y la metía en el bolsillo de su chaqueta antes de desabrocharse los botones del cuello de su camisa. Estaba despeinado y algunos negros mechones de cabello le caía por la cara. Para JunMyeon, SeHun estaba irresistiblemente sexy.

—¿Te apetece una copa? —le preguntó SeHun.

«Me apeteces más tú», pensó JunMyeon sintiendo el impulso de besarlo apasionadamente.

—¿Vas a seguir con eso conejito? —preguntó SeHun con una sonrisa coqueta adivinando sus pensamientos morbosos.

—¿Con qué? —pregunto JunMyeon mientras sus mejillas se calentaban.

—Con lo que estabas pensando. —murmuro SeHun con tono sugerente.

—¿Cómo sabes lo que estaba pensando? —cuestiono JunMyeon sintiéndose más pequeño y a punto de ser devorado.

Novios por una semana_SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora