Ya había pasado una semana. ¡Una semana!
Pasaron siete días completos desde que Mozu retó a Kohaku a una guerra de encanto, una competencia donde el primero en seducir a su conquista sería declarado como el ganador. Para ello, contaban con dos meses de plazo. El primero en conseguir una cita con su conquista y una foto besando a dicha conquista, sería vencedor.
Kohaku decidió darle el reto imposible a Mozu y le encargó conquistar a Homura, una chica seria que parecía estar obsesionada con Hyoga, uno de los deportistas estrella de su escuela, y era tanta su devoción a él que jamás miraría a otro hombre.
Sin embargo, Mozu se vengó de la peor forma. Dándole un reto no solo imposible, no solo insólito, era inaudito, inimaginable, y lo más absurdo que se le podía ocurrir a alguien: conquistar a Ishigami Senku.
Senku era el presidente del club de ciencias, un científico con grandes planes, grandes ambiciones y gran repulsión por todo lo que tuviera que ver con el romance. Todos sabían de sus rechazos tajantes a cualquiera que se atreviera a confesársele, incluso la bellísima estudiante de intercambio se rindió luego de meses sin conseguir que él aceptará ser su novio.
Hizashi Kohaku era una chica bonita, lo sabía, ya que su madre y su hermana eran preciosas y ella se parecía mucho a ellas. Bien, tenía una buena apariencia, pero hasta ahí llegaban sus encantos femeninos. Tampoco tenía experiencia con novios porque siempre estuvo concentrada en sus entrenamientos y apenas y sí tenía tiempo para salir con amigos, no iba a desperdiciar horas de entrenamiento con chicos que muchas veces ni conocía.
Una vez salió con Titan, un compañero del club de kendo, pero se aburrió terriblemente en el caro restaurante donde toda la gente la miraba mal por comer a dos manos, y rechazó una segunda cita, aunque quizás si no le hubiera sugerido llevarla a otro restaurante caro habría dicho que sí. El punto era que esa fue su única experiencia en el mundo del romance.
¿Y ahora se suponía que debía conquistar al chico más desinteresado en romance de todo Tokio?
Esos siete días se la pasó buscando excusas para ir al laboratorio, acompañando a su hermana, sacándole conversación a una chica del club y simplemente entrando a saludar a Chrome, pero nunca pudo cruzar más de diez palabras con Ishigami Senku. Él siempre estaba ocupado haciendo algo que se veía súper raro, y a veces se detenía a por lo menos decirle qué estaba haciendo, aunque ella no lo entendiera, pero otras veces estaba tan ocupado que le decía que le preguntará a alguien más.
Se la pasó el fin de semana intentando pensar otro plan, pero la verdad que se moría de aburrimiento y siempre prefería mejor dedicarse a entrenar. El torneo de kendo sería en exactamente dos meses.
Hoy, día lunes, volvió a intentar colarse en el laboratorio con la excusa de saludar a Chrome.
Se sorprendió al ver que, excepto por Senku, no había nadie más allí.
—¿Y Chrome? —le preguntó, sentándose en la mesa vacía frente a en la que él trabajaba, batiendo alguna clase de líquido violáceo en una fuente de cristal.
—Vino al club el profesor coordinador de las Olimpiadas de matemáticas, quería hablar alguna mierda sobre los alumnos que representaran a nuestra escuela este año o algo así. —Bostezó, batiendo con más fuerza el líquido—. Aparentemente este año ofrecerán un gran premio en efectivo a los ganadores, aparte de a las escuelas, así que muchos quieren participar, pero solo hay espacio para cinco personas, así que están planeando una especie de concurso.
—¿Y tú no piensas participar? —indagó, curiosa.
—Es obvio que ganaría, así que todos estuvieron de acuerdo en garantizarme un puesto sin necesidad de que vaya allá a perder mi tiempo. —La miró con una sonrisa arrogante.
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War of Charm
FanfictionAU / Una competencia poco convencional guía a Kohaku al club de ciencias, solo para encontrarse con su mayor desafío.