Parte cinco

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Cuando Kohaku les contó a sus amigas lo que había pasado con Mozu y Senku, ellas la miraron con los ojos muy abiertos.

—¿Es idea mía o puede que esté celoso? —preguntó Amaryllis, con ojos brillantes.

—Nah. —Minami negó con la cabeza—. No lo creo, este es Ishigami Senku, pero si es raro que asumiera ese tipo de cosas. —Llevó un dedo a su barbilla.

—A mí lo que me preocupa es Mozu —dijo Kirisame—. Estoy segura de que está planeando algo. ¿Por qué ir a molestar a Kohaku fuera del club?

—He estado siguiéndolo —susurró Minami—. Sigue yendo al dojo de Hyoga, y parecen ser amigos. También parece que se esconde para hablar con Homura de vez en cuando. Homura no parece muy encantada con él, pero no se puede negar que está haciendo avances con ella, antes era imposible alejarla de Hyoga. El bastardo es astuto, no podemos negarlo.

—Ja, puede intentar lo que quiera, no caeré en sus trucos —aseguró Kohaku, muy confiada—. Volviendo a lo de Senku... supongo que mañana le aclarare que yo no tengo nada con ese idiota.

—Pero ¿qué tal si sospecha de la apuesta? —preguntó Amaryllis, haciendo a Kohaku palidecer.

—Tienes razón... puede que haya escuchado lo que dijo Mozu. Él mencionó algo de ganar y que debería rendirme. Podría sospechar.

—Entonces de seguro Senku pensó que era algún juego de pareja o algo así —sugirió Minami, aunque con una mueca de asco—. Mejor no le digas nada, que siga pensando lo que quiera.

—Pero no quiero que piense que tengo algo con Mozu. Es repugnante. —Literalmente sintió nauseas.

—Entonces solo dile la verdad, que Mozu te ve como una conquista —acotó Kirisame—. Es cierto, él trata a todas las chicas que le gustan como si fueran de su propiedad.

—Eso podría funcionar... Ja, mañana lo resolveré, ahora debo seguir estudiando. —Se levantó de la banca del parque—. El concurso para entrar al equipo que irá a las olimpiadas será este viernes. Necesito estar bien preparada.

Se marchó a su casa directo a estudiar hasta bien entrada a la noche, tomando cortos descansos.

Ya no se trataba solo de perseguir a Senku por la apuesta, la verdad esa solo fue la idea inicial, pero si hubiera sido solo por ese motivo ella jamás se habría esforzado tanto. De cierta forma le molestó un poco la cara de incredulidad de todo el mundo cuando dijo que iría a las olimpiadas de matemáticas, solo su hermana no la miró con extrañeza y la apoyó desde el primer momento. ¡Ahora de verdad quería lograrlo solo para demostrar que podía!

Estaba segura de algo: con esfuerzo y dedicación, paso a paso, podías llegar a esa meta en la que creías.

Era algo que también veía en Senku, de hecho... él se esforzaba, usaba su gran inteligencia para lograr sus objetivos, y aunque falló varias veces según le dijo, siguió intentándolo.

Senku era realmente una persona constante, de corazón y mente inquebrantables. Era increíble.

—Increíblemente molesto —gruñó furiosa al otro día, al ver que Senku le mandó un mensaje pidiéndole ir lo antes posible al club de ciencias para ayudarlo con algo.

—¿Te pasa algo, hija? —preguntó su padre, tomando una taza de café.

—Necesito ir a la escuela ahora, tengo algo que hacer en mi club. —Se levantó con pesar de la mesa.

—Pero no has desayunado. —Ruri estaba a medio camino de preparar el desayuno para las dos.

—Lo siento, es urgente. —Tomó su bolso y corrió fuera de su casa.

War of CharmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora