En dos días sería la final de las olimpiadas, lo que tanto habían esperado, algo por lo que Kohaku tanto había luchado para ser digna y demostrar que podía, pero... en este momento importante, estaba enfrentando también la pena de un corazón roto y... ya no estaba segura de si sería capaz de estar a la altura de la final.
Se sentía tan desolada, tan triste... seguía recordando una y otra vez ese momento en el que besó a Senku como tanto había fantaseado las últimas semanas, solo para que luego sus ilusiones se vieran diezmadas por un bastardo que le quitó para siempre y de la peor forma la posibilidad de al menos ser una amiga para Senku... aunque ella por un breve instante creyó que incluso podrían ser algo más.
Agh... realmente no tenía tiempo para deprimirse, debería estar estudiando... Debería estar estudiando con Senku, en realidad, pero claramente él ya no querría saber nada con ayudar a alguien como ella, una farsante, así que... debería intentar estudiar por su cuenta para no dejar mal a su equipo, ellos no merecían una humillación en la final por su culpa.
Como pudo, en medio de sus tenues sollozos que luchaba por controlar, abrió el libro con el material de estudio y comenzó a repasar los temas que más se le dificultaban.
Intentó concentrarse en los números y ecuaciones, pero la vista se le nublaba y le dificultaba leer, y pronto un par de lágrimas cayeron manchando las páginas del libro, por lo que tomó aire y se dirigió hacia su ventana, esperando que el viento frío pudiera bajar un poco el ardor en su rostro.
En ese momento, su celular sonó, pero al ver el nombre de Minami en pantalla Kohaku decidió mejor no tomar la llamada, porque de verdad que no tenía ánimos de hablar con nadie...
Si pudiera estar en su casa y abrazar a su hermana se sentiría mucho mejor, pero ahora estaba sola en otra ciudad muy lejos de su casa, así que no tenía más opción que sufrir sola y la verdad prefería estar aislada sin tener que escuchar ni hablar con nadie, era mejor así.
Al sentir que finalmente se calmaba un poco, volvió adentro y tomó el libro una vez más, decidida a seguir estudiando porque tenía un compromiso con su equipo, y consigo misma.
Tenía que dar una batalla digna en la final de las olimpiadas, o al menos intentarlo con todo lo que tenía, si iba a fallar, no sería por falta de esfuerzo.
Por más que su corazón estuviera hecho pedacitos en un rincón, ella no pensaba dejar de esforzarse hasta el último momento, y así quizás podría disminuir un poco el desprecio que se tenía a sí misma ahora, porque fue su propia estupidez e impulsividad lo que la llevó a enamorarse de alguien que nunca iba a corresponderle y sobre todo a ser falsa y embustera con alguien que no lo merecía.
Esperaba que al final de este viaje Senku por lo menos no la odiara...
.
Al día siguiente, el profesor coordinador reunió a todo el equipo y comenzó a hablar muy emocionado de la final y los beneficios que esto iba a traerle a su escuela.
—¡Muchas, muchas felicidades por llegar tan lejos, niños! Sabíamos que con Senku-kun en el equipo íbamos a escalar hasta por lo menos las semifinales, ¡pero ahora estamos en la mismísima final! Los directores, maestros y sobre todo yo y este grupo estamos muy orgullosos de ustedes, pero ahora es momento de que intenten concentrarse en la meta, que es ganar. Aunque ya con haber llegado tan lejos les darán un trofeo de segundo lugar y de todos modos nuestra escuela tendrá más renombre, aun así los directores me han pedido encarecidamente que intentemos alcanzar la victoria. Y díganme, ¡¿están emocionados?! —preguntó con toda la emoción del mundo.
—¡SÍ! —Chrome fue el único en contestar, solo para luego mirar confundido a los demás.
Tamagoshi estaba estudiando con mala cara, sin prestar atención a nada de lo que decía el profesor coordinador. El nerd de los lentes circulares, Kano, estaba mirando embobado a Kohaku, tendiéndole un pañuelo al que ella no parecía prestar atención.
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War of Charm
FanfictionAU / Una competencia poco convencional guía a Kohaku al club de ciencias, solo para encontrarse con su mayor desafío.