First Battle

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Kohaku era una adolescente competitiva, tal vez demasiado para su propio bien. Y ese día se demostró que definitivamente tenía que aprender a pensar antes de abrir la boca.

-Parece que una vez más se demostró que yo soy el mejor.- Kohaku arrugó la nariz con disgusto mientras Mozu se inclinaba sobre ella con coquetería.

-Que me ganes en fuerza no quiere decir que seas superior en todo. Todavía soy más rápida que tú.- murmuró todavía resentida por perder el torneo de artes marciales de su escuela.

-Te dejé ganar en esa carrera, hermosa Kohaku-chan, pero parece que ni la victoria es suficiente para ablandar tu corazón. Sigo esperando mi beso de consolación.-

-Qué asco.- se estremeció. -¡Y te he dicho que cuando quieras podemos tener una revancha!-

-¿Qué tal otra competencia?- el chico le sonrió con arrogancia y confianza en si mismo.

-¿Cuál competencia?- alzó una ceja.

-Una competencia de encanto.- rió por lo bajo. -El primero de nosotros en conquistar a un codiciado compañero de clase será el ganador.- Kohaku lo miró incrédula, sin ver el punto de esa ridiculez. -A menos claro que... te sientas incapaz de vencerme en ese campo.- esas palabras crisparon por completo sus nervios y habló antes de siquiera pensarlo bien.

-¡Lo haré! ¡Soy capaz de derrotarte en cualquier cosa!-

-Menos en fuerza.- señaló.

-¡Por ahora!-

-Muy bien, entonces empecemos este juego. Pero con la condición de que sea yo quien elija a la persona que debes seducir con tus encantos. Tú podrás elegir a la persona para mí, claro.-

Kohaku se tensó ante esa condición, de repente dándose cuenta de en lo que se había metido, pero no podía dar marcha atrás ahora.

-De acuerdo. Entonces elijo a...- esta era su oportunidad. Solo debía elegir a alguien que nunca se fijaría en Mozu y técnicamente ya había ganado. -Elijo a Momiji Homura.- esa mujer estaba obsesionada con Hyoga, no había forma de que alguna vez siquiera volteara a ver a otro hombre.

Claro que conocía que otras chicas que no le prestarían atención nunca, pero ellas le agradaban y no quería enviar a ese pesado detrás de ellas. Homura no era completamente desagradable pero no era su persona favorita ni de cerca.

-Me lo pones difícil, entonces supongo que tampoco tendré piedad.- la miró con una sonrisa maliciosa que le dio muy mala espina. -Iba a decir Shishio Tsukasa, pero te lo pondré aún más difícil. Elijo a Ishigami Senku.- apenas mencionó ese nombre, Kohaku jadeó.

Ese bastardo... la había jodido completamente.

Él tenía más posibilidades de conquistar a la fan número uno de Hyoga antes que ella al completamente asexual presidente del club de ciencias.

Realmente debió pensarlo dos veces antes de acceder a esta estupidez.

-¿Q-qué quieres decir exactamente con conquistar?-

-Tienes un mes para lograr que tu conquista acepte salir contigo y conseguir una foto besándote con él. Lo mismo para mí, por supuesto.-

-¡¿Solo un mes?!- eso era completamente imposible.

-Calculó que eso es más que suficiente para que las chispas surjan, pero tienes razón en que tomara más tiempo aflojar a nuestras difíciles conquistas. ¿Qué tal dos meses, entonces?-

¿Qué tal diez años? Y aún así Kohaku presentía que sería totalmente imposible conquistar al asexual presidente del club de ciencias.

-Bien, dos meses suena bien.- de todos modos iba a perder. Pero... Mozu también lo tenía difícil. -¿Y qué pasa si los dos perdemos?-

-Supongo que podemos intentarlo con otras conquistas. Pero con menos tiempo. Aunque eso sería un duro golpe para nuestro ego. Sin embargo debo advertirte que no tengo ninguna intención de perder, querida Kohaku-chan.- se inclinó para sonreírle con su típica arrogancia, solo enfadándola más.

-¡Ja, yo tampoco pienso perder contra ti!- sonó mucho más confiada de lo que realmente se sentía.

Y es que no tenía ninguna posibilidad de conquistar a Ishigami Senku.

El tipo era famoso por haber rechazado a todas y cada una de las chicas que se le confesaron, aunque no es que fueran tantas pero algunas de ellas eran bastante bonitas y nadie podía creer que él ni siquiera lo dudara. Hasta fue insensible y grosero con ellas.

Y Kohaku podía ser muchas cosas, pero no era una seductora para nada. ¿Cómo se metió en esto? La humillante derrota era un hecho inevitable. Pero nunca caería sin al menos intentarlo.

Al menos tenía a su favor que el novio de su hermana era vicepresidente del club de ciencias, así que tenía una excusa para acercarse a Ishigami por primera vez.

Ruri siempre iba a buscar a su novio al club para almorzar juntos, pero esa vez le pidió que esperara en la azotea diciéndole que quería estirar un poco las piernas y fue a buscar a Chrome.

Apenas entrar al club de ciencias reconoció de inmediato los cabellos extraños blanco verdosos de Senku y casi brinca de felicidad en su lugar al verlo solo. ¡Esta era una oportunidad perfecta!

-Hola.- lo saludó sonriente.

Él estaba uniendo algunos cables, y le tomó varios minutos dignarse a levantar la mirada para observarla con curiosidad.

-¿Eres la hermana de la novia de Chrome, verdad?- preguntó sonando completamente desinteresado. -El fue a buscar más filamentos de cobre, regresará en unos minutos.-

-¡Ya veo, entonces lo esperaré aquí!- emocionada por la oportunidad que se presentó, de inmediato se apresuró a sentarse en una mesa cercana al chico. -¿Tú te llamabas Ishigami Senku, verdad?-

-Puedes llamarme Senku.- dijo, sorprendiéndola. -Las formalidades me importan una mierda.-

-Oh. Bueno... tú puedes llamarme Kohaku, Senku.- sonrió forzadamente, preguntándose si eso contaba como coqueteo.

Él no le hizo el menor caso, así que suponía que no.

Bufó, sin saber qué más decir.

Antes de que pudiera pensar en algo Chrome regresó y se le acabaron las excusas para seguir allí.

Se fue derrotada, pero esa solo fue la primera batalla de lo que sería una larga guerra en la que no pensaba rendirse fácilmente.

War of CharmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora