Parte dieciséis

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El idiota tercerito de Tamagoshi había comenzado a cooperar... todo siempre bajo la atenta mirada de Maiko, claro.

Kohaku no estaba segura de qué había hecho esa profesora poco confiable y loca, pero por lo menos estaba funcionando así que no se quejaría, porque tampoco tenía tiempo para fijarse en eso, ya que estaba muy ocupada estudiando y tratando de estar bien preparada para la siguiente ronda de las olimpiadas matemáticas, que sería ya al día siguiente.

Esa misma noche, o sea, la noche antes de la competencia, Senku insistió en hacer una competencia entre ellos, él como juez, Chrome y Kohaku de equipo y Tamagoshi y el nerd de lentes circulares como otro equipo.

Hicieron una competencia de velocidad, pero pronto se dieron cuenta de algo...

—Ok, creí que el equipo que me tuviera tendría ventaja... pero el equipo con Kohaku tiene ventaja. —Senku rio entre dientes—. Es ridículo lo rápido que toca el botón y su velocidad de razonamiento. Cambiemos, Kohaku será la jueza y yo estaré en el equipo con... ¿Cómo era que te llamas? —Miró al nerd de lentes circulares.

—Eh... pueden decirme Kano.

—Bien, haré equipo con Kano y Chrome con Tamagoshi.

—P-pero espera... ¡yo no puedo ser la jueza! ¡Todos ustedes son más inteligentes que yo!

—Lo harás bien, buscaré una lista de preguntas rebuscadas que yo no conozco. —Comenzó a buscar rápidamente en su celular—. Eh... aquí hay una. Solo lee, ahí están las respuestas.

Con la primera ronda de preguntas, Senku estuvo dominando bastante, lo que no sorprendió a nadie, pero él se vio bastante disgustado y paró el concurso.

—Miren, claramente nosotros no tenemos la velocidad mental de esa leona, así que usaremos trucos. Si es una pregunta de ecuaciones matemáticas que saben que pueden calcular, por más que no la puedan calcular a una gran velocidad, aprieten el botón y luego calculen mientras contestan. Hablen lento si es necesario, pero toquen rápido.

—Habrá una sección de competencia uno contra uno entre equipos. —Chrome frunció el ceño—. Por eso debemos ir bien preparados para contestar y tocar el botón rápido sin Kohaku, pero si nos equivocamos se restan muchos puntos.

—Quizás deberíamos concentrarnos en contestar bien —murmuró el idiota tercerito, claramente queriendo decir algo peor, pero conteniéndose porque Maiko estaba trabajando en la habitación de al lado, siempre atenta al equipo.

—Para eso cada uno tuvo su tiempo para estudiar, ahora es tiempo para estrategias. —Senku lo miró de reojo—. Hagamos otra ronda de preguntas e intenten la estrategia que les dije, y sepan que no les tendré piedad, si sé algo voy a tocar el botón rápido, su trabajo es tocar ese botón más rápido que yo y luego contestar bien así se tarden treinta segundos en decir dos silabas.

Continuaron con las preguntas y Chrome y el idiota de Tamagoshi lograron aplicar un poco la estrategia de Senku (no era muy difícil ganarle en reflejos a Senku), y sí hablaban lento al contestar, pero lo hacían bien.

Quien daba problemas era el nerd de lentes circulares, Kano, que casi nunca apretaba el botón.

—Bien, Chrome y yo nos retiraremos. —Senku se levantó de la silla luego de otras dos rondas de preguntas—. Que Tamagoshi y Kano compitan, intentando aplicar la estrategia que dije, son los que más necesitan practicar.

El tercerito se vio muy ofendido de que lo redujera al nivel del nerd de lentes circulares, pero no protesto. Kano, por otro lado, se mostró muy nervioso.

—Yo haré las preguntas esta vez —le dijo Senku a Kohaku, pero luego suspiró e hizo una profunda mueca de desagrado, para luego inclinarse a susurrarle algo al oído—. Detesto tener que pedirte esto, pero... ¿podrías darle unas palabras de ánimo a Kano? Necesitamos que se motive más —murmuró con evidente disgusto.

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