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Apolo Snape había pasado la mayoría de su vida rodeado de libros y cerveza de mantequilla, cuando entro a Hogwarts había cortado toda relación con su hermano; Severus Snape, tan siquiera antes de entrar al colegio se dirigían la palabra, pero ni l...

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Apolo Snape había pasado la mayoría de su vida rodeado de libros y cerveza de mantequilla, cuando entro a Hogwarts había cortado toda relación con su hermano; Severus Snape, tan siquiera antes de entrar al colegio se dirigían la palabra, pero ni la mirada se daban ahora, tal vez por el hecho de estar en distintas casas o tal vez por el hecho de ser amigo de los merodeadores, pero eso sinceramente no le importaba a Apolo.

Desde segundo año Apolo había dejado de estar en su casa para prácticamente vivir con los Potter, a quienes no le molestaban en lo absoluto su presencia, pero debes en cuando necesitaba un descanso de las bromas, y quién mejor compañía que su mejor amiga; Meissa Black quien tenía un amor secreto por su amigo; James Potter quien la consideraba una amiga solamente.

Lily Evans, pelirroja, hija de muggles había sido su mejor amiga desde antes de entrar a Hogwarts, la conocía de pies a cabeza pero tal vez habían sido las influencias de Severus o lo inmaduro que podía llegar a ser habeses pero había dejado de hablarle desde el año pasado. Cuando Apolo tenía intenciones de acercarse ella simplemente se alejaba con Marlene McKinnon quién era su mejor amiga, quien también había sido un ligue de Apolo, habían pasado cosas de por medio, sin etiqueta, así le habían llamado a lo que sea que tuvieron.

Ahora mismo James y Apolo se encontraban conversando junto a la chimenea, el reloj marcaba las diez de la noche. Euphemia y Fleamont Potter se habían ido ha acostar temprano, por lo que ahora solo se encontraban los dos Gryffindor's, ambos preocupados. Los mellizos Black, no habían contestado alguna de sus cartas, sabían que Walburga y Orión Black, eran puristas sumamente obsesionados con mantener su familia rodeada de riqueza y poder, no les importaba ninguno de sus tres hijos, solo querían preservar la sangre, pero para su mala suerte ni Meissa ni Sirius tenían aquellos pensamientos.

—En cuanto los vea les voy a patear el trasero—reprendió Apolo furioso y preocupado mientras se pasaba una mano por el cabello.

—Yo también lo voy a hacer—dijo James, tumbado boca abajo en el sillón—O más bien lo iba a hacer, creo que tendrán suficiente contigo.

Apolo estaba entre furioso y preocupado por Meissa, se juro a sí mismo que si veia a su mejor amiga con vida, la mataría el mismo.

—Si necesitas ayuda...

—Tranquilo, no la necesitaré—dijo Apolo.

No hubo tiempo para decir nada más, puesto que la chimenea sonó ruidosamente y luego se encendió un verde esmeralda brillante. James rodeó con sus brazos a Apolo y lo escondió detrás de el como si de su hijo se tratase.

El cuerpo de Sirius Black salió inerte de las llamas verdes, un segundo después Meissa Black cayó sobre la alfombra a los pies de los varones de la casa.

Apolo no dudó un segundo en apartarse de James para correr a los brazos de su mejor amiga mientras James hacía lo mismo con Sirius.

Sirius estaba boca abajo, el cabello negro tenía sangre en el, mientras Meissa tenía varios cortes en las muñecas y torso. Apolo la volteó sin pensarlo dos veces, su rostro estaba pálido, sus ojos grises estaban cerrados, pero Meissa estaba viva podía sentir su respiración, apenas y podía hablar.

—¿¡CHICOS!?—grito Fleamont mientras bajaba las escaleras rápidamente—¡¿QUE ES LO QUE PASA!?

—¡Son Meissa y Sirius!—expreso James preocupado.

—Apartense muchachos—habló el padre de James—Necesitará aire.

—¿Qué les ocurre?, ¿Estarán bien?—James preguntó. Apolo estaba derrumbado de rodillas al lado de Meissa.

Apolo sentía lágrimas caer sobre sus mejillas, pero le daba igual, solo estaba pensado en su mejor amiga, solo le importaba élla.

—¿Cómo están, Mia?—Fleamont se acercó a ella.

Euphemia miró hacia arriba, estaba conmocionada—Necesitarán descansar.

—¿Es...?—preguntó Fleamont a su esposa, nervioso.

Euphemia asintió con los ojos cerrados—La maldición cruciatus—afirmo.

—Niños,—Fleamont dijo, mirando a sus hijos, si consideraba como un hijo a Apolo—Se que quieren quedarse y están preocupados, pero necesitamos que se vayan a la cama, no pueden hacer nada.

—¡Papa—protestó James, mientras que Apolo le decía a Euphemia que prepararía su habitación para que Meissa y Sirius pudieran descansar.

—¡James!, ¡Apolo!—dijo Euphemia—A la cama—los chicos suspiraron rendidos y asintieron. Pronto se subieron a acostar pero sin calmar la sensación de preocupación.






















NOTA DE LA AUTORA:

¡Nuevo fic publicado!.

¡Les recuerdo que está historia es una duologia con blackpotter1 <3!.

𝐀𝐏𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐍𝐀𝐏𝐄; Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora