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Apolo observaba a Meissa limpiar las heridas de James, mientras aún recordaba cada palabra de Davis, ¿Enserio creían que tenía una relación con Marlene? No actuaban como una pareja como tal, tal vez había sido el beso que había ocurrido en Hogsmeade y el rumor corrió.
Observó a Regulus, y recordó las palabras de Davis. “Mary Mcdonald con Regulus Black” eso sí que lo había tomado por sorpresa pero no pudo evitar sonreír al saber que la chica era alguien de su misma casa. Miro a Marlene, quien se encontraba recostada en su hombro, iba a decir palabra alguna respecto a la situación y porque no le gustaba el silencio, le recordaba mucho a casa.
Un quejido por parte de James lo saco de sus pensamientos.
—¡Auch!—se quejó James con una mueca—Ten mas cuidado, Mei-Mei. Ese dolió.
—Pues si no te hubieras peleado no te dolería—dijo Meissa, mientras se dedicaba a curar una herida en su mejilla.
—Aún no puedo creer que se hayan peleado con Davis—dijo Lily.
—Eso no importa, mi pregunta es, ¿Como supieron?—dijo Sirius—Moony estaba en la cama.
—Aún no se me olvida...ya me las cobraré—dijo Remus sentado en la cama. Apolo lo miro con una sonrisa arrogante, sabía que la única manera de vengarse, sería rompiendo las reglas para lograr su propósito, aunque aún estaba alerta, sabía que aunque quisiera negarlo, Remus era el favorito de algunos.
—¡Y tú!—Meissa le jaló la oreja a Regulus, quien hizo una mueca.
—¡Auch! ¡Oye!—se quejó Regulus—Yo solo iba a hablar con el, que los simios se hayan metido y peleado no es mi culpa.
—¿Por qué nos sigue llamando simios?—pregunto James confundido e indignado.
—Es su forma de decirte que ya le caes bien—dijeron los mellizos al mismo tiempo
—Tienen suerte de que no vaya a decirle a Dumbledore o peor aún...a la profesora Mcgonagall—Dijo Meissa
—Unas palabras por aquí, otras por allá. Amenzas...
—Dime que no lo amenazaste con que le ibas a tirar una maldición imperdonable y que él apellido Black era superior. —dijo Meissa, interrumpiendo a Regulus, con el seño fruncido.
—Para que preguntas si ya sabes—dijo Regulus, con obviedad—A parte, nadie se mete contigo, Meissa.
—Owww—dijo Meissa para después ir y abrazar a Regulus, quien sonrió en el abrazo, para después recordar que estaban a la vista de todos.
—Que no se note quien es el favorito—dijo Sirius sarcástico.
—Mucho abrazo—dijo Regulus
—¿Pero vieron a Davis? Quedó destrozado—dijo Marlene, mientras aún su cabeza estaba recargada en el hombro de Apolo
