Noviembre, 1977
—¡No puedes ir a Hufflepuff e ir y subir a la habitación de Mei, Apolo!—dijo James mientras se cruzaba de brazos.
—¿Que? ¿Por qué no? No es como si no lo hubiera hecho antes. ¡Y a solas!
—¿Que?—preguntó Sirius
anonadado y sorprendido.—Aún asi, Apolo. No deberías ir—exclamó ignorando a Sirius.
—Hay por favor, no es como si tú no lo hubieras hecho antes.
—¿Disculpa?—la mirada de Sirius ahora se dirigió a James.
—Disculpado. —dijo James mirando a Sirius por un segundo para después mirar a Apolo...quien ya había desaparecido aprovechando la distracción del azabache—¡Apolo Snape, ven acá!— corrió James en dirección al pelinegro que huía.
—James...¿En la habitación de Mei?—se pregunto Sirius así mismo, mientras fruncía el seño. —Oh Merlin. ¿Que tanto es lo que ha pasado y yo no sé?— lanzo la pregunta al aire.
Apolo corría aún con los pasos de James detrás de el. Se detuvo cuando se encontró en uno de los rincones en el lado derecho del pasillo de las cocinas. La sala común de Hufflepuff, estaba oculta detrás de una pila de barriles. Caminó hasta estar frente a los barriles golpeando en el segundo barril de la parte inferior, en medio de la segunda fila, en el ritmo de "Helga Hufflepuff", justo como Meissa se lo habia enseñado, logrando que el barril abra la tapa, dejando al descubierto un pasadizo, camino con rapidez a través de este, el cual lo llevaba al sótano.
La sala común de Hufflepuff, era redonda y de colores cálidos con un techo bajo, sus ventanas eran circulares, los alumnos tienen una vista de hierba y dientes de león ondeantes. Hay un muchas plantas, que o bien cuelgan del techo o están en los rebordes de las ventanas, incluso algunas podían hablar y bailar. Tenía grandes sofás y sillones amarillos y negros.
Apolo camino hasta llegar a unas puertas redondas en las paredes de la sala común. Llegó hasta una puerta la cual se encontraba hasta el final de esta, en la cual el nombre “Meissa Black” sobresalía.
Toco la puerta solo con dos golpes delicados, que a los segundos se escuchó un; pase.
—¡Mei de mi corazón!—exclamo en cuanto entró a la habitación, corriendo hacia ella y abrazándola con fuerza. Cuando Apolo se separó del abrazo, acerco la silla que Meissa tenía en su escritorio hasta ponerla frente a ella y tomar sus manos. —Estas cumpliendo años y 18 años no se cumplen todos los días.
—Apolo...—dijo Meissa con una pequeña sonrisa.
—Y es por eso, que vengo a decirte las más especiales palabras, directas de mi corazón, así que, por favor no me interrumpas porque luego se me olvida. —Meissa asintió lentamente un poco divertida, pero sin duda feliz. —Primero que nada: ¡Feliz cumpleaños Mei-Mei! Este no sólo es un día especial para ti, sino también para mí porque en este día celebramos tu vida, tu existencia, esa que es toda una alegría y maravilloso para mí. Son tantos los pensamientos y sentimientos que rondan mi cerebro y mi corazón que me encuentro corto de palabras para dedicarte en este momento. Eres la alegría y el mayor apoyo en mi vida en todos los sentidos y desde que te conocí, hemos congeniado tan bien, somos los amigos que estaban destinados a conocerse. —Mei sonrió enternecida mientras sus ojos empezaban a cristalizarse, pero la sonrisa seguía en su rostro.
««Desde que compartimos esta bella amistad, siento que estoy completo. Eres la persona en la que siempre he podido confiar, con quien puedo ser sincero y disfrutar de las cosas simples de la vida sin sentirme juzgado. Este día es tu cumpleaños, y quiero decirte que sin duda eres una persona dulce, bonita y adorable, y...y que me siento afortunado por tenerte en mi vida. De verdad deseo que estemos siempre juntos y que si llegamos a tener hijos los criaremos juntos y serán mejores amigos como tú y yo. —Meissa soltó una pequeña risa—Pero enserio lo digo; eres una persona muy especial en mi vida Meissa Black.
La pelinegra sentía sus lágrimas correr por sus mejillas mientras sonría abiertamente, conmovida, se lanzó a abrazar a su mejor amigo, que a la par que ella, tampoco se había podido librar de sentir sus ojos cristalizarse. Días como esos eran los que se guardaban en sus memorias por siempre. Eran los que hacían decirse día tras día el porque su amistad era tan fuerte, el porque podían confiar pero sobretodo, el porque reparaban algo que ninguno de los dos rompió.
Ellos no necesitaban palabras para entenderse. Ambos se entendían, comprenden el dolor del otro, se pone en su lugar, sienten igual pero sobre todo existe un balance de sentimientos, uno le hace bien al otro pese a cualquier problema y llega justo en el tiempo necesario. Ellos dos eran la definición de: almas gemelas, pero no en la forma romántica.
Sus vidas siempre estuvieron destinadas a encontrarse, eran dos almas que se dividen en dos y siempre reencarnarian en otros cuerpos, por lo que, al separarse, buscaran, durante el resto de esa vida y de las siguientes a su otra mitad.
[...]
—¿Pueden decirme ya que haremos y a dónde nos llevan?. —protestó Sirius por décima vez en el camino, mientras Meissa se mantenía en silencio. —Se supone que ahora mismo debería estar con mi novia disfrutando de mi cumpleaños.
—Silencio Sirius, nadie quiere saber acerca de tu privacidad con Marls—respondió Meissa. —Ademas, no es más que prometerme que me llevarían a una tienda muggle y comprarían el pastel de chocolate más grande.
—Mei, prometo que ese pastel que te prometí será para ti. —eso hizo sonreír a la pelinegra—Ahora Black's, llegamos a nuestro lugar de destino.
Cuando llegaron a la sala de menesteres, una pequeña puertaa pareció delante de ellos. Hicieron que Sirius entrara primero, seguido de Meissa, aunque Remus y Apolo , les pusieron una venda en los ojos, impidiendoles de que vean todo.
—¡Hey! Saquenme esto. —dijo Sirius molesto. —Primero no me dejan ir con mi novia y ahora me tapan la vista. No es justo.
—Sirius, guarda silencio que yo estoy igual que tú. —dijo Meissa.
Remus y Apolo miraron a James y el asintió con la cabeza. Ambos les quitaron la venda y todos gritaron al unísono:
—¡Feliz cumpleaños!
Ambos se quedaron petrificados observando todo a su alrededor; la sala estaba hecha como para una fiesta. Había una mesa en medio con dos pasteles y sin duda ahí se encontraba el pastel más grande chocolate que Mei pudiera haber visto. Era preciosa a la vista, el salón estaba decorado con colores de Gryffindor y Hufflepuff, incluso había un cartel que decía: "Feliz cumpleaños número 18 mellizos Black".
Sin duda, ambos estaban a nada de llorar, jamás imaginaron que alguien haría algo así por ellos.
—Chicos. —dijo Sirius con la voz quebrada y una sonrisa—Gracias.
—No es nada Canuto. Ustedes son nuestros mejores amigos, no hay nada que no haríamos por ustedes. —dijo Remus, poniéndole una mano en el hombro del Black.
—Dramatico, pero eres nuestro mejor amigo, y claro que, Mei de mi corazón también. Además, todo fue idea de James. —Apolo le guiño un ojo a Meissa logrando que se sonrojara, sabiendo a lo que se refería. —Lleva planeandolo desde octubre.
—¿Y Reg?—pregunto Sirius.
—El y Mary son los encargados de su mayor sorpresa. —respondio Apolo.
En un momento, Meissa grito de emoción que alerto a todos, pero en algunos hizo que su sonrisa creciera. La Black abrazo a cada uno de ellos, de Apolo, Remus, Lily, Marlene, Peter, hasta llegar a James, quien la recibió de brazos abiertos.
—¡Las manos donde las vea James!
Lune_black
Apolo y Mei ❤️🥺
Recordemos que está es una duologia con givi_black y el capitulo del otro fic ya está publicado en su perfil
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𝐀𝐏𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐍𝐀𝐏𝐄; Lily Evans
Fanfiction✦; 𝐸𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑛𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑦 𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑜𝑐𝑜 𝑎𝑝𝑟𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑛𝑒𝑟𝑎 𝑚𝑎𝑠 𝑐𝑟𝑢𝑒𝑙.