Reacción química Parte 2

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Despertó sobresaltado. Eh... lo que acababa de soñar... Sacudió su cabeza, tratando de quitarse esas imágenes de la cabeza. Por Rashoumon, eso había sido demasiado... 

Apretó el borde de su sábana. Cada día estaba teniendo más sueño, y cada día que dormía soñaba más, especialmente con ese tigre de ojos bicolor. Y, el día anterior, había recordado cómo se había visto con su abrigo. Desde que habían luchado juntos y se había puesto su abrigo, que esa imagen había quedado estancada en su cabeza. Tenía que admitir que se veía bien, demasiado bien... 

Se sentó en la cama, y notó un pequeño (no pequeño) problema. Tal vez el sueño había sido demasiado para él. Lo que lo molestó más es que haya sido el Jinko quien protagonizó tal sueño, o más bien, fantasía... 

No supo qué hacer... no estaba acostumbrado a esas cosas. Sería capaz de preguntarle a su hermana qué hacer, pero no quería que Gin se burlase de él. Ella lo haría. Se indignó más, y rodó los ojos. Suspiró, enojado, y se quitó la sábana de una. Fue al baño, prendió el agua, y, como siempre, se dio una ducha fría. Eso quitó todo. Se alegró del resultado, esperando que no volviera a pasar. Dado que no tenía sentido que esas cosas pasaran con ese tigre. Tomó su celular cuando sonó, aceptando la llamada. Nuevo trabajo. 

Salió de su departamento, sabiendo el camino que tomaría, dado que se conocía cada rincón de la ciudad. Pero, a mitad de camino, notó, de nuevo, que algo pasaba en su entrepierna. Tal vez había sido producto de recordar al Jinko con su abrigo puesto. Le fascinaba mucho la idea de que él llevara puestas sus prendas de ropa... mucho. 

Mirando hacia abajo, el bulto en su pantalón no iba a pasar desapercibido, así que, cansado de eso, fue a un callejón, sacó Rashoumon y rompió la canaleta de la parte trasera de una tienda. Se mojó entero. Un hombre que estaba fumando al lado de una puerta, a unos metros de él, lo miró con miedo y confusión. Cuando Akutagawa notó su presencia, en vez de amenazarlo o matarlo, decidió dejar libre a la persona. Así que, haciendo como si nada pasara, y con la erección ya desaparecida, se dio la vuelta y se fue caminando, ignorando su existencia. 

Evitó, a duras penas, acordarse del tigre con su ropa, y logró llegar bien a la dirección. Cuando entró en el edificio, resguardado por pocas personas, y sólo una de éstas armada, los derribó, pero se acordó de su promesa, entonces, refunfuñando, los tomó con Rashoumon y lanzó contra una pared, no tan rudamente, dado que la idea era no matarlos. Así, los dejó inconscientes. Para su suerte, ese trabajo encargado no consistía en asesinar a nadie, por lo cual continuó su camino al cuarto piso. 

Llegó, encontró a la persona, y, bien, digamos que la interrogó por información necesaria para la mafia... con métodos no muy amigables. Pero no lo mató, se aseguró de eso. Aunque con la cantidad de dolor que causó, el hombre hubiera preferido morir. 

Tomó el ascensor y volvió a bajar. Vio a unos cuantos hombres de seguridad despertándose, así que apresuró su paso. Salió del edificio antes de que pudieran notarlo, y se fue a callejuelas. En una de ellas encontró a un gato, blanco con rayas grises, y pensó de inmediato en el Jinko. Sonrió al animal, además por el pensamiento, y siguió. Unos segundos después las conexiones neuronales hicieron su trabajo, y devolvieron la imagen del albino con su abrigo a su mente. Miró hacia abajo sintiendo un cosquilleo y le dieron ganas de tirarse por un barranco. 

—Me tienes que estar jodiendo. 

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Bueno, es parecido al anterior, pero igual no me critiquen. Es doble actualización, no se pueden quejar. Tal vez el capítulo haya quedado malo, no sé, suelo juzgar mis propias historias muy mal, así que díganme, porfi :c 

¡Es imposible amarte! (Shinsoukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora