CAPÍTULO 59

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Una semana pasó más que volando para mí. Pude ver el cambio que se había provocado en mi vida. Y aún estoy sin poder creerlo.
Encontré a mi madre, tengo otro hermano, descubrí más cosas sobre mi padre, le dije la verdad a Yelena sobre nuestra madre y aunque al inicio no me creía lo hizo cuando la llevé a verla y que conozca a Nate, al no tener muchos recuerdos con mamá fue mas sencillo que se iniciara una relación familiar gracias al apoyo de Kate, por otro lado le dije a otro hombre que lo quería como a mi padre.
Acepté que amo a alguien, le dije que la amaba, ella me lo dijo a mí. Me presenté frente a mis suegros. Ellos terminaron volviendo a su amor. Una semana de locos sin duda
Kate y Yelena oficializaron y ahora todos somos parejas. Thor y Jane tuvieron su primera pelea y estuvieron unos días distanciados pero luego se arreglaron con un poco de cursilería.
Y qué decir de Wanda y yo. Nunca pensé que una relación podía ser tan linda, tan liberal y tan placentera. Ella es fantástica. Una compañera ideal, una amiga que me escucha, que me entiende, que está ahí y no me deja sola.
Dreykov no volvió a aparecer. No sé nada de él desde la última vez que estuvo en casa. Tampoco es que me interesa saberlo.
— ¿En qué piensas? —me preguntó ella sentándose en mi regazo.
—Estaba pensando en ti —le dije y coloqué mis brazos alrededor de su cintura.
Sonrió y se acercó a mí para acariciar mi nariz con la suya.
—Te extrañe en Historia Universal —me dijo.
— ¿A sí? —dije cerrando los ojos mientras sentía su cercanía.
—Mucho —susurró.
Estábamos en la hora del almuerzo en la Universidad y hace dos clases que no nos vemos ya que tenemos algunas clases distintas.
— ¿Puede ser que haya un momento del día en el que no las encontremos juntas? —escuchamos que Kate hablaba. Wanda sonrió, me besó cortamente, y se giró a verla.
— ¿Qué pasa flechitas? ¿Estás celosa de que ahora Romanoff solo piensa en mí? —le preguntó ella.
—Mírala a la niña —dijo Thor mientras se sentaba — ¿Ahora eres chistosita como tu novia?
—Un poco —dijo ella.
—Por su culpa ahora Tasha no nos da ni la hora —Kate le dijo al rubio mientras también se sentaba.
—Pues a mí me da mucho más que eso —le dijo Wanda. Reí por lo bajo al ver el rostro de mis amigos.
—Por dios, ya la ha pervertido completamente —dijo Thor sin poder creerlo.
—Pobre Wanda, pobre brujita—dijo Kate negando con la cabeza levemente.
—Ya, ya —les dije a ambos —Ella solo está bromeando con ustedes par de tontos.
—Eres una mala novia. Mira lo que le has hecho a la pobre —me acusó Thor.
—Es cierto... ella ya no es la misma de antes. Todo es tu culpa – me dijo Kate.
—Deberíamos de decirles a las chicas —dijo el rubio.
Yelena y Jane llegaron a la mesa y se sentaron al lado de sus respectivas parejas.
— ¿Qué hacían? —preguntó Jane.
—Escuchábamos las barbaridades que Wanda ha aprendido de Tasha —le dijo Thor.
— ¿Acaso ustedes creen que Wanda lo aprendió de Tasha? No, están equivocados. Ella siempre fue así. Lo que pasa es que ahora tiene a alguien que la estimula un poco más —dijo Yelena.
—Oye —se quejó mi brujita.
Todos reímos y almorzamos entre risas y anécdotas. Sentí la mirada de alguien sobre mí. Giré mi cabeza para ver y era Carol la que nos miraba.
Sonrió como si supiera que algo pasaría. Les dijo algo a sus amigas y todas rieron.
Negué con la cabeza y dejé de mirarla.
—Mi amor, ¿vamos a caminar un poco? —le dije. Ella me miró y se puso de pie.
—Vamos —dijo y me dio la mano. La tomé y me puse de pie.
—Luego nos vemos, chicos —les dije a todos. Ellos asintieron entonces salimos de allí.
Entrelacé mi mano con la de Wanda. Ella me miró. Caminamos en silencio hasta el jardín de la Universidad. Nos acercamos al viejo árbol y nos sentamos bajo él. Wanda se sentó entre mis piernas y apoyó su espalda contra mi cuerpo. Comenzó a jugar con una hoja verde que había en el pasto.
— ¿Qué pasa mi amor? —me preguntó.
—Nada, solo quería estar a solas contigo —le dije y acaricié su cabello con mi nariz.
Respiré profundamente su perfume para tener ese olor grabado en mi cabeza. Ella se alejó de mi cuerpo y giró para acomodarse de frente a mí.
—Te conozco, Natasha. Algo te preocupa —dijo.
Sonreí y me acerqué a su boca para besarla suavemente.
—Te aseguro que no es nada —dije.
Ella asintió y me miró fijo a los ojos.
— ¿Estás segura?
—Completamente.
—Bueno, voy a creerte —dijo y me volvió a besar — ¿Has llamado a Nate?
—Si, hablé con él ayer —le conté.
— ¿Y cómo esta? —me preguntó con una leve sonrisa.
—No dejo de hablarme de esa tal Morgan —dije apretando los dientes.
—Es normal que tu hermano hable de eso —me aseguró —Es un niño y esta niña Morgan debe ser su primer amor.
— ¿De qué amor me hablas, mi amor? —Dije sin poder creerlo —Tiene 5 años, no sabe nada del amor.
—No subestimes a los niños, te aseguro que saben más de amor que nosotros los grandes.
—Pues no tiene mi permiso para andar aprendiendo del amor, ni nada de esas. Ese niño primero va a aprender a lavarse los dientes por si solo y luego podrá tener novia. Ni siquiera novia, solo una amiga con derecho a un simple beso.
—Eres tan celosa —me dijo.
—Hablé con mamá, y dice que quiere que este fin de semana vayamos a pasarlo allí al campo con ellos. Que tienen algunos cuartos de sobra —le conté. Ella sonrió.
—Eso sería genial —dijo asintiendo levemente.
La miré bien, ahora ella es la que está extraña.
— ¿Qué pasa, mi amor? —le pregunté.
— ¿Eh? —dijo ella saliendo de sus pensamientos.
— ¿Qué te pasa, brujita?
—No, nada... ¿Por qué? —dijo.
—Estás rara, amor... desde ayer estás rara —dije al recordar aquello.
Estábamos mirando la tele y de repente le llegó un mensaje y se puso de pie. Comenzó a caminar por el pasillo y luego volvió a sentarse. Lo dejé pasar porque no pensé que era algo... malo.
—No... nada, nada.
—Ahora soy yo la que va a decir esto Te conozco Wanda, algo te pasa.
Me miró fijo a los ojos y mordió su labio inferior.
—Hay algo que tengo que decirte...
La miré extrañada y pude notar el nerviosismo en su voz. Me acomodé mejor y la miré.
— ¿Qué pasó? —le pregunté.
—Prométeme que no te vas a poner ni paranoica, ni como loca, ni nada de eso —me dijo.
—Si no me dices que es lo que pasa entonces no voy a saber cómo reaccionar —le dije ya un poco más nerviosa.
—No es para alarmarnos, Tasha. Bueno quizás sí, pero no... no lo sé —dijo ya nerviosa.
—Dime —le exigí que me hablara de una buena vez.
—No es fácil de decirlo —aseguró mientras respirabas profundamente.
—Mi amor, me estas asustando. Por favor, ¿puedes hablar de una vez? —le dije.
Ella asintió y me miró a los ojos. Sus ojos acumularon lágrimas y pude sentir como su pulso se aceleraba.
—Bueno, tú sabes que hace un tiempo atrás fui al médico ¿cierto?
—Si, amor, me lo contaste —le dije sin entender por qué me hablaba de eso.
—Ya —dijo y asintió —Hay veces en las que hay un problema o algo así.
—No sé a dónde quieres llegar con esto, Wanda. Me estas poniendo nerviosa, brujita. Ve al grano por el amor de...
—Tengo un problema de salud nada grave, creo —dijo interrumpiéndome.
La miré bien tratando de entender las palabras que acababa de decirme. Sentí que se me secaba la garganta. El aire comenzó a agitarse en mi pecho. Miré los ojos de Wanda... ella no estaba bromeando ni nada por el estilo.
— ¿Qué? —musité.

PELIGROSA OBSESIÓN (WANDANAT VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora