Capítulo 4.4

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    Aquella noche Ishiki finalmente despertó.

    Lo primero que escuchó fue al doctor con cara de rana preguntándole sobre cómo se sentía, y si aún tenía algún tipo de dolor. Ante la negativa de Ishiki, el hombre procedió a explicarle sobre el nuevo estilo de vida que tendría.

    Si bien aquello lo dejó en estado de shock. No podía, ni quería, en cierto modo, creerlo. Fue incapaz de hablar mientras escuchaba la explicación, más que para preguntar, antes que nada, si Yukiko, Maruo y Charlotte estaban bien. Tras escuchar la respuesta positiva, suspiró, sintiéndose aliviado. El doctor con cara de rana y la enfermera lo examinaron cuidadosamente antes de salir de la habitación para dejarlo descansar.

    Apenas pudo dormir durante la madrugada. Seguía sintiéndose cansado, pero no pudo pegar ojo. Su mente daba vueltas. Se sentía feliz de que sus amigos estuvieran bien, aunque temía las represalias que Suzuka podría tomar contra ellos. Desconocía lo que le había ocurrido. No sabía siquiera que, en aquel momento, sus restos casi calcinados reposaban en una fría mesa de disección, esperando a ser recogidos y enterrados.

    Su mente estaba hecha un lío. Ver de lo que era capaz el Level Upper lo hacía sentir miedo. ¿Cuántos Usuarios de Habilidades lo habían utilizado? ¿Cuántos Niveles 5 podrían surgir después de aquello? No podía evitar sentir desconfianza.

    "La última vez que algo desconocido daba poder a aquellos que lo carecían fue tan solo hace unas semanas...", pensó, girándose en la cama de hospital y mirando por la ventana.

    "Me pregunto si esta vez también habrá muertes desatándose por esto..."

    En su mente, una vez más, se reprodujeron las imágenes de aquella noche, como una película perfectamente grabada. El portal de fuego abriéndose, el cántico, y aquella figura horrible, sin rostro, dispuesta a destruir todo lo que él amaba.

    "Y pensar que ahora me encuentro protegiendo a la culpable de todo eso. Me aterra pensar en qué cosas podrían ser peligrosas para alguien capaz de manifestar un ángel en la Tierra."

    ¿Cómo se llamaba? Isaac Petrov... Un mago tan malvado que era capaz de aterrar a alguien con tanto poder como Charlotte.

    Qué iluso era Ishiki sin estar consciente de su propia ignorancia. El poder de Charlotte no era nada, absolutamente nada, en comparación con el de otros magos. Sin saberlo, su mundo había enfrentado al de ella por décadas.

    Y sin saberlo, ambos mundos seguirían luchando en el futuro.

    Aunque, como en aquella batalla, había quedado claro que magia y ciencia podían combatir codo a codo, aunque fuera sólo por el bien de uno de los dos bandos.

    Antes de darse cuenta, la medicación finalmente surtía efecto, y se sumía en un sueño profundo.

    Tras algunas horas de descanso, Ishiki pudo asimilar un poco mejor el nuevo estilo de vida que llevaría. Para él valía la pena si Yukiko y los demás estaban a salvo...

    Durante la mañana recibió terapia de cómo utilizar aquel extraño aparato en su cuello. Lo primero que hizo, gracias a las instrucciones del médico, fue ponerse de pie.

    Sin embargo, había algo que él aún no sabía. Algo que sólo su hermana había escuchado por parte de ese doctor con cara de rana, y que ella expresamente había pedido que no le dijeran.

    Al haberse dañado las conexiones nerviosas a ese grado, el aparato únicamente podría ayudarlo a mantener el nivel de poder que había manejado hasta ese entonces. Por más que entrenara, por más veces que utilizara su poder, ya no sería capaz de evolucionar al Octavo Nivel 5 de Ciudad Academia.

    Quizás ignorar aquella información era lo mejor. De todas maneras, su mente estaba más ocupada en volver a utilizar sus poderes, así como en su deber como miembro temporal de Judgment.

    Lo primero que hizo fue sentarse en la cama. Dejando que el médico y la enfermera le ayudaran, se puso en pie. Podía mover sus piernas con más facilidad que antes, aunque tenía problemas para mantener el equilibrio por su cuenta. Una sonrisa se formó en sus labios. Estaba indeciblemente feliz de, al menos, ser capaz de dejar de lado aquella silla de ruedas.

    "Ahora sólo debo girar la perilla para activarlo y poder utilizar mis poderes, ¿no?", pensó.

    El aparato, según había entendido, estaría activado permanentemente para que pudiera caminar con normalidad, y sólo tendría que utilizarlo si quería ser capaz de usar sus poderes. Era como añadir un paso extra. Cuidadosamente, giró la perilla hasta oír un "click". Un ligero y casi imperceptible zumbido le indicó que la corriente bioeléctrica se había intensificado. Aquel dispositivo estaba compuesto, en su mayor parte, por delgados cables que se introducían directamente a su médula espinal, permitiéndole mantener una conexión estable entre su cerebro y su cuerpo.

    Al menos se acabarían los accidentes que causaba el súbito uso inconsciente de sus poderes. Podía estar seguro de que su apartamento no volvería a incendiarse. Aunque claro, no sabía nada acerca de la batalla ígnea que se había desatado en el piso superior al que él habitaba. Era una suerte que Charlotte aún estuviera hospitalizada. Quién sabe qué habría pasado si se hubiera encontrado frente a frente con aquel sacerdote pelirrojo.

    Levantando su mano derecha, la volteó para que la palma quedara hacia arriba. Concentrándose, logró hacer aparecer una flama en medio, la cual hizo desaparecer casi de inmediato.

    - Recuerda desactivar el dispositivo si no vas a necesitar tus poderes. Si se sobrecalentara, mientras lo usas, el daño a tu médula espinal podría ser grave.

    El rostro del médico se tornó serio y sombrío.

    - Te prometo que haré lo posible por mejorarlo para que no corras ningún tipo de riesgo. Considéralo como un dispositivo temporal.

    Ishiki se limitó a sonreírle al doctor con cara de rana antes de responder.

    - Gracias por todo. En serio.

    Parecía que finalmente las cosas mejorarían. No parecía que fuera a haber más problemas. Ahora sólo tenía que seguir investigando todo aquel asunto del Level Upper sin ningún contratiempo.

    Era una pena que aquello fuera únicamente la calma antes de la verdadera tormenta.

Toaru Kagaku no Magician; Volumen 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora