14:«Cita»

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Hyunjin enreda sus piernas alrededor de la tela, desde aquí puedo ver su cuerpo temblar de miedo.

—¡Me voy a caer!.—su grito desesperado me saca una sonrisa. La primera vez siempre es difícil, pero con el tiempo el miedo se va.

Espero que en este caso sea igual.

—¡Suéltate!, No te vas a caer.

Me mira dudoso, se sostiene fuertemente de la tela negra mientras me distraigo viendo las venas de su brazo marcarse con facilidad.

Fascinante...

Me muerdo el labio mientras lo veo soltarse lentamente, su cuerpo da vueltas por el aire mientras la tela se enrosca en su cuerpo y finalmente queda de cabeza.
Su rostro asustado me indica que realmente creyó que se estrellaría contra el gran colchón deportivo. Pero para su sorpresa no fue así.

—¡Lo hice!.

—¡Lo hiciste!.

Me acerco un poco para quedar bastante cerca, su expresión inmediatamente cambia ante nuestra cercanía.

—Será mejor que intentes salir de ahí o te va a doler la cabeza.—murmuro y vuelvo a alejarme.

Minutos después Hyunjin ya se deshizo de la tela y camina en mi dirección completamente adolorido.

—Eso me dolió.

—No eres nada flexible Hyunjin.

—¡Ya te lo había dicho! No miento.—Se deja caer a mi lado mientras observa el lugar.—¿Venías aquí de pequeño dijiste?.

—Asi es...—Me remuevo incómodo recordando aquello.

Mamá trepaba esas telas, aunque su fuerte siempre fue el aro. La gente solía decir que su cuerpo se veía mejor en él, aparte de que siempre fue lo suficientemente flexible.

¿Por qué me dejó...?

¿Por qué tuve que seguir sus pasos?.

—Tus ojos se ven muy lindos...—murmura Hyunjin sin siquiera mirarme.—...cuando te pierdes en tus pensamientos.

—Perdón, estaba recordando algunas cosas.

¿Dijo que tengo lindos ojos?.

¿O qué fue lo que dijo?.

—¿Quieres volverlo a intentar?.

Su rostro se vuelve sombrío.

—Supongo que tengo que hacer el esfuerzo si quiero aprobar esa clase.

Claro...

Lo único que importa son las notas.

—Hay que hacer nuestro mejor esfuerzo.

Después de varios intentos, Hyunjin finalmente se da por vencido, aunque todos mis ejercicios los hizo a la perfección, su cuerpo no está preparado para esa clase de... Lo que sea.

Así que una hora y media después, volvemos a subirnos al auto dispuestos a volver a la universidad.

—¿A dónde vamos?.—pregunto viendo como se ha saltado la calle de la universidad. Las clases ya deberían haber terminado, pero no podría pedirle a Hyunjin que me lleve a mi casa.

—A merendar.— Dice tranquilo.— Recuerda que estuvimos practicando toda la tarde, seguramente estás muriendo de hambre.

Mi corazón... Está yendo muy rápido.

—No es necesario, puedo tomar algo en ca...

—No acepto un no como respuesta.—Sus ojos ni siquiera me miran, está tan serio viendo al frente que me resulta jodidamente sexy.— Te lo debo, me estás ayudando muchísimo.

—Esta bien...

Mi celular comienza a sonar, con mis manos temblorosas lo saco de mi bolsillo contemplando el nombre de Félix en la pantalla.

—«¡¿Dónde diablos te metiste?!.»— aparto un poco el celular ante su grito. Hyunjin me da una rápida mirada y vuelve su vista al frente.:—¡Ya sé que estás ahí, maldito!.

—Hola Félix...

«¡Hili Filix! ¡Ni mierdas! ¿Dónde estás?».

—Estoy...—Hyunjin me mira de reojo, sonriéndome con confianza.— Estoy con Hyunjin...

«¡No me jodas!, ¡¿Estás con...?! ¡AAAAAAAAH!, ¿Que están haciendo?, ¡No, espera! ¡No me digas, no quiero saber...!»

¡Félix por favor, no digas tonterías!.—Exclamo en un susurro en un intento de que Hyunjin no escuche.—Estamos yendo a tomar algo.

«¡Una cita! ¡AAAAAAH!.»

—¡No no, nada de eso!, No es una cita.

«Suerte en tu cita, me avisas cuando llegues a casa, ¿Si?, Bye te amo.»

El calor sube por mis mejillas cuando la llamada se corta, el auto ya se ha detenido, lo que significa que probablemente Hyunjin vio mi comportamiento...

Ay, está mirándome.

Esta apoyado sobre la puerta en una posición donde puede verme a la perfección, tiene los brazos cruzados sobre su pecho y una ceja arqueada.

Maldito hijo de puta, es hermoso y lo sabe.

—¿Félix?.

—Si.—suelto una risa nerviosa.— Bu-bueno, normalmente no salgo con nadie más que con él, así que estaba un poco... emocionado.

—¿Esto es una cita?.—Dejo de respirar en cuanto me pregunta eso. Mis manos tiemblan y no sé dónde debería mirar.— ¡No pongas esa cara, Jeongin!, Es en serio...

—Dijiste que íbamos a merendar, ¿No?, Así que no es una cita, solo Félix creyó que...

—Hagamos que sea una cita.

Siento mis mejillas encenderse.

Él...

¿Él en serio me está invitando?.

—No digas tonterías, Hyunjin.— suelto una risa.— ¿Por qué haríamos eso?.

—No sé, podría ser divertido...

La carita de perro mojado...

No, no otra vez...

—Bien, es una cita pero no intentes nada raro.—Lo señalo a la vez que él levanta sus manos en forma de inocencia.

—Ni que te fuera a pedir que me masturbes.

No pienses en su pene, Jeongin.

Olvídalo.

—¡Ya te dije que no pienso ayudarte con eso!.—Me apresuro a salir del auto sintiendo todo mi cuerpo arder.

Dios y todos los santos que me escuchan...

No dejen que arruine esto.

Y no me dejen caer en la tentación.

Amén.

DELICATE // HYUNIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora