DELICATE // HYUNIN.

34.«Menos es más»

JEONGIN.

siento mis piernas temblar en cada paso que doy, Hyunjin me toma por la cintura ayudándome a caminar hasta que por fin llegamos a la puerta de su casa. Al entrar ninguno dice nada, nos mantenemos en silencio mientras él me ayuda a quitarme la ropa.

—Estas lleno de sangre.—dice en un hilo de voz. Muerdo mi labio sintiendo las lágrimas volver a caer por mis mejillas.— Prepararé el baño, puedes desvestirte en mi habitación.

Asiento sin decir nada, viendo como él desaparece por la puerta del baño. En su habitación me decido por quitarme toda la ropa, evito sentarme en su cama para no seguir manchando su casa de sangre y por primera vez en el día me encuentro frente al espejo.

Ahogo un llanto viendo todo mi cuerpo cubierto en moretones, quemaduras y esos pequeños cortes que le gusta hacerme con sus navajas.

Camino hacia el baño, intentando cubrir mi cuerpo con mis manos, sintiendo la verguenza apoderarse de mí. Hyunjin se mantiene en silencio cuando me vé pero sé que muchas cosas se le cruzan por la cabeza.

El agua caliente pronto me envuelve y eso en parte ayuda a que me relaje. Hyunjin comienza a lavar mi cabello a la vez que lo escucho tararear una canción, cierro mis ojos sintiendo el nudo presionar mi garganta.
Enjuaga mi cabello y luego usa la esponja para comenzar a limpiar mi cuerpo.

Rápidamente lo tomo de la muñeca, encontrandome con su mirada confundida.

—Yo puedo hacerlo.—Digo avergonzado. No quiero que él me vea así.
No quiero que me vea de esta forma.

—Dejame ayudarte.—desliza la esponja por mi espalda lentamente, se inclina hacia mi, dejando un corto beso en mi mejilla que hace que todo mi cuerpo se estremezca.

—Mamá era hija de personas importantes.—comienzo diciendo, recordando las historias que solía contarme cuando era pequeño.—Cuando se enteraron que mamá no quería casarse con un hombre, les pareció vergonzoso que su única hija fuera... homosexual.

Hyunjin me escucha atentamente mientras sigue limpiando mi cuerpo con la esponja.

—Así que después de esconderla mucho tiempo mi madre termino por irse. Creyendo que la vida sería fácil.— Hago una mueca.— Mis abuelos le cerraron muchas puertas, para ellos todo en la vida era el dinero así que... Mamá no podía conseguir un trabajo por su culpa. Así que se metió en un club de bailarinas, creyendo que con un poco de dinero podría sobrevivir a la noche.

Retengo el llanto.

—No ganaba mucho, así que le pareció buena idea meterse con el jefe del lugar. Y él la convirtió en prostituta.— Hyunjin ahoga un grito.— Y así también nací yo.

Los ojos de Hyunjin me buscan. Doy un suspiro, sintiendo el corazón aumentar la velocidad.

—Si, soy hijo de una prostituta, no sé quién es mi padre y...—Vuelvo a bufar.— Y tengo que seguir sus pasos para pagar la maldita deuda que dejó después de suicidarse.

Hyunjin se mantiene en silencio, pero puedo escucharlo retener las lágrimas.

—Intenté muchas veces salir de ese lugar pero siempre terminan dándome palizas y aumentando más las cuotas de mi deuda.  Con el dinero extra me encargo de pagar la universidad.

—Dejame ayudarte.—Murmura cerca de mi, envolviendo sus brazos en mi cuello, mojando sus largas mangas al instante.— Jeongin no quiero dejarte solo en esto, déjame ayudarte.

—Ese es el problema, Hyunjin. No creo que puedas hacerlo.

Me acurruco sobre la cama, sintiendo los dedos de Hyunjin pasarme pomada por cada una de las heridas.

—¿Te hicieron algo más?.

—No.

—Jeongin...

—No me violaron.—Su dedo se detiene.— Ellos no hacen eso, solo me golpean.

—Solo quería estar seguro.— su tono de voz es bajo, casi como un murmullo, pero aún así puedo saber que está enojado.

Todo esto le molesta y no puedo culparlo.

— Tenías razón sobre Seungmin.

—Por supuesto que tenía razón.—Digo elevando mi voz.— Siempre hace cosas para enojarme, era obvio que quería que te metieras entre sus piernas, maldito pendejo estúpido.

Cubre mi cuerpo con una manta antes de pegarse por completo a mi, con cuidado de no ser muy brusco y dejando uno que otro beso sobre mi hombro.

—Te amo.

Todo mi cuerpo se congela.

Escuché mal.

Si, escuché mal.

—Te amo demasiado.

Las lagrimas llenan mis ojos, me doy vuelta para poder mirarle. Tiene sus ojos cerrados y lo agradezco.

—¿Podrías decirlo otra vez?.

La comisura de sus labios se elevan en una sonrisa.

—Te amo Jeongin.

Me aferro más a él, su calor ayuda a que el temblor de mi cuerpo cese. Su respiración es calmada pero su corazón va muy rápido.

Suelto un suspiro, dejando salir nuevamente mis lágrimas.

—Tambien te amo.

Te amo pero me odio.

No mereces esto.

Él no merece nada de esto.

Hyunjin merece más

Y yo soy menos.