⛧ミ Capítulo 42

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Jungwon fue el primero en levantarse cuando la alarma sonó a las seis y media de la mañana, tallo sus ojos, se levantó para despertar a Sunoo y a ___ pero se llevó la gran sorpresa de que la chica no estaba en su cama. Fue a todos los rincones posibles de la cama para revisar si estaba, inclusive salió al patio, pero no había rastro suyo alguno, su celular estaba ahí, excepto su abrigo y un par de zapatos.

Jungwon: ¡HYUNGS, NI-KI!

Fue tocando con desespero cada una de las puertas de las habitaciones, Jake se levantó primero casi tropezándose con la propia pared y fue hasta el líder para ver que sucedía.

Jake: ¿Por qué nos haces despertarnos a esta hora?

Jungwon: ___ no está.

Sunghoon: ¿Cómo dices que dijiste?

Heeseung: ¿Qué es eso de que ___ no está?

Jungwon: Me he pasado cinco minutos revisando toda la casa y no hay rastro de ella. Esta su celular, pero no su abrigo felpado de Winnie poh que le regale hace un año.

Ni-ki: Seguro fue a comprar algo para el desayuno.

Jay: Se llevaría su celular, aun así, jamás lo deja, ni siquiera para ir al baño.

Sunoo: ¿Avisamos al manager?

Jake: ¿Y si esperamos a que venga?

Sunghoon: Jungwon eres el líder, tú tienes la última palabra.

Jungwon: Pero no en esta situación, necesito ayuda.

Jay: Lo mejor es esperar.

Miraron a Jongseong quien trataba de mantener la calma.

Jay: Si en una hora no regresa, le avisamos al manager y movilizamos a la mismísima CIA si es posible.

Sunghoon: Me voy a cambiar de ropa, no puedo esperar una hora, saldré a buscarla.

Ni-ki: Iré con usted hyung.

Ambos fueron a sus habitaciones para cambiarse de ropa, el resto se quedó en la sala pensando si era buena idea ir con ellos o esperar. Sus mentes hicieron clic cuando salieron de nuevo ya listos, Sunghoon se encamino a la puerta, Ni-ki le siguió después de tomar su celular, giro la perilla y abrió la puerta llevándose la sorpresa de aquella silueta femenina con el cabello desarreglado y unos ojitos brillosos que la delataban en su reciente llanto.

Sunghoon: ¡¡___!!

Como si de su vida dependiera, Sunghoon la atrajo para consigo después de haber sonreído, ésta le correspondió mientras le pedía disculpas por haber salido de esa forma sin avisar.

Ahora todos se preguntaban mentalmente donde había estado y si había estado sola en ese periodo de tiempo.

Ahora todos se preguntaban mentalmente donde había estado y si había estado sola en ese periodo de tiempo

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❝UNA HORA Y MEDIA ANTES❞

Los cabellos platinados de la chica interrumpieron su vista, acomodo los mechones rebeldes detrás de sus orejas y observo al japonés mayor a un lado suyo, sonriendo y pidiéndole permiso si podía tomar asiento a su lado.

Ante el silencio, K extendió sus brazos haciendo que ella fuera directamente para abrazarlo sin protestar, sin decir nada, solo dejar que las primeras lágrimas transcurrieran mientras el japonés mayor le repetía una y otra vez que todo estaba bien.

___: Te creí en Japón o en Los Ángeles, escuché que se irían.

K: El avión sale en tres horas.

___: ¿Y qué haces aquí?

K: Vi a una peculiar chica linda que caminaba hacia un parque para esconderse y soltar sus pensamientos así que decidí seguirla.

___: ¿Cómo supiste que era yo?

K: ¿Crees que podría confundirte entre millones de chicas con ese abrigo felpado canario con un dibujo de Winnie poh fosforescente detrás?

___: Yo creo que sí.

K: Puedo distinguirte muy bien, no es problema para mí.

Se quedaron un pequeño ratito en silencio, ___ limpio sus lágrimas para verlo mejor y se separó por fin de él cuando entendió que aquel silencio era para darle espacio si quería hablar o simplemente seguir permaneciendo en un profundo silencio donde el viento era el único sonido acompañándoles.

Pasaron media hora platicando sobre cosas triviales, temas que no fueran nada de ella para no presionarla a hablar si no quería. Aunque la espera duro poco porque decidió por fin hablar después de haber intentado mantener una plática seria sin tener la mísera pizca de saber que sucedía.

Comenzó a contarle todo, en resumidas cuentas, ambos tenían cosas que hacer: K un avión que tomar y ___ un regreso a la casa porque sabía que estarían preocupados cuando no la vieran allí.

No fue una historia larga, no le dio muchos rodeos al asunto, fue directo a lo que quería soltar sin perder el rumbo. Solo quería descargar lo que tenía dentro y el japonés estaba atento escuchándola, dándose cuenta que Sunghoon era, desde hace mucho tiempo atrás, quien se robaría su corazón. Él aseguraba que estaba bien, estaba en buenas manos, solo le importaba su bienestar y escucharla sabiendo que aún le guarda confianza es una tranquilidad al corazón.

Sabía que detrás de esa extrovertida personalidad y sonrisa que te trasmitía felicidad inmediata, se ocultaba un frágil copo que necesitaba ser cuidado y ayudarlo a deslindarse de su pesar.

K: Sabes que no estás sola, ¿cierto?

Ella asintió.

K: Es momento de dejar todo lo malo dentro de un jarrón para después dejarlo caer y desechar los pedazos en el mar de los olvidos.

___: ¿Cómo haré eso?

K: Tu lo harás sin siquiera saberlo. Un día dejarás pensar en todo lo que te atormenta justo ahora y ahí sabrás que tu obtuviste la victoria silenciosa de aquella batalla.

___: Quiero creer en mí, quiero creer que lo lograré y que ninguna recaída volverá a mí.

K: Y lo lograrás porque eres tú, porque tienes valentía y fuerza, lo lograrás, solo no te presiones porque con presión nada sale bien.

Los rayos del sol se dejaron ver a través de las sombras de los árboles, los dos se miraron sabiendo que era momento de despedirse. Le ayudo a levantarse, se abrazaron por unos segundos, se dirigieron palabras de despedida, aunque sabían que permanecerían en contacto.

K: Suerte con Sunghoon.

___: La necesito.

Rio muy apenas, ___ se dio la media vuelta y dio apenas unos pasos cuando la voz del japonés la detuvo:

K: Recuerda: las princesas no lloran.

Guiño su ojo hacia su dirección y ___ sonrió voluntariamente ante ese acto. Los dos partieron en direcciones contrarias, ella subió a un bus que la dejaría en una parada cerca de la casa. Viajo durante veinte minutos antes de bajarse, pago con el dinero que con suerte encontró en su abrigo y camino a paso acelerado hacia la casa, estaba segura que los chicos ya se habrían despertado.

Misma seguridad que comprobó cuando se abrió la puerta antes de que ella metiera la llave.

ꜱɪᴇᴛᴇ ʏ ᴜɴᴀ ᴍᴀꜱ | ᴇɴʜʏᴘᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora