MY FIGHTER❝ jjk

|31|

Jungkook buscó lugar en el estacionamiento del hospital, cuando lo encontró, apagó el auto y bajó, rodeando el mismo para abrir la puerta del copiloto, tenía que encontrar una manera de hacer que Brook quisiera bajar.

—Angel— negó, lloraba tanto y se encogía en el asiento— tienes que ir, mi amor, tienes que estar allí.

—No puedo.

—Tu madre está esperándote, ella también está sola en este momento, te necesita. Tienen que apoyarse ambas.

Jinhu seguía en su puesto en los asientos traseros hasta que Jungkook lo dejó bajar, seguía callado, nunca había escuchado o visto a Brook llorar, se sentía triste por eso y quería hacer algo, pero no sabía qué.

Él había contestado la llamada del hospital y sintió un deja vu, recordando cuando le informaron sobre la muerte de sus padres, habían sido dos llamadas de angustia y mucho dolor, así que entendía a la perfección el corazón roto de Brook.

No iban a darle la noticia a él, pues no era familiar, así que expresó ser el esposo de Brook, una mentira que no hacía daño a nadie y de esa manera obtuvo la información. El señor Park no había aguantado mucho más, luego de un periodo de tiempo en el que pasó por mucho dolor, muchos tratamientos, medicamento y cansancio, su cuerpo no lo soportó más y falleció.

Brook lo había visto hace muy poco, se habían reído, comieron cosas deliciosas y como siempre, habían tenido su tiempo para ver la televisión, a los peleadores, se habían emocionado con cada enfrentamiento y ahora no podía hacerse a la idea de que ya no tendría nada de eso.

Aceptó que tenía que ir, Jungkook tenía razón, su mamá estaba allí sola y necesitaba ser consolada por su hija, ella probablemente estaba sintiéndose peor. Bajó del auto, se limpió el rostro, no podía dejar que su mamá la viera llorando, tomó su bolsa, rehizo su maquillaje en menos de un minuto y tomó la mano de Jinhu cuando este se la ofreció, al menos hasta que Jungkook tuvo que cargarlo, apretar con fuerza su agarre en la mano de su novia y avanzar.

Ninguno se esperaba aquello, no ese día.

—Jinhu, ven conmigo— se levantó su madre, cargando al menor— acompáñame a comprarnos el desayuno.

Jungkook le entregó su tarjeta y la clave, no importó cuántas veces se negó, insistió y le dijo que Jinhu sabía muy bien que le gustaba a todos.

Solo ahí, pudo ocuparse de Brook, ella no había llorado más, se había contenido mucho por su madre, quien apenas la vio, se refugió en ella y desahogó gran parte de su dolor en Brook.

Por alguna razón, ella no podía llorar libremente con sus padres o conocidos, no se sentía cómoda mostrando sus emociones, dejándolas salir, así que ahora, que se abrazaba a él, se aferraba y lloraba, no sabía si era una buena o mala señal.

—Crees que— esnifó, Jungkook le apartó el cabello del rostro, escuchándola— no sé, no quiero pensar en que fue doloroso para él, mamá y yo... estábamos intentando prepararnos para esto.

—El médico no dijo mucho, nada muy malo tampoco— suspiró— y la enfermera aseguró que él estaba muy animado y bromista cuando nos entregó las cartas.

El señor Park era bueno ganándose el cariño de quienes lo conocían y la enfermera que siempre lo atendió, también estaba sintiendo el dolor de la pérdida de un amigo.

—Lo siento— dijo, de la nada— sé que no te gustan los hospitales, lo lamento.

—A nadie le gustan, solo a los que trabajan aquí— eso logró sacarle una risa pequeña— no te disculpes, mujer.

—Ah, te quiero mucho— le dijo, como si nada, sin darse cuenta de la sacudida agresiva que le había provocado a su corazón— al menos sé que puedo apoyarme en tí.

—Obvio que puedes.

—Aunque a veces me hagas enojar mucho— blanqueó la mirada, perdiendo la sonrisa y bufando un poco— tienes un carácter...

—¿Cuando vuelves a decirme cosas bonitas? Esas me gustan más.

Le abrazó, sonriendo un poco.

—Y aún así estás aquí conmigo. Gracias.

—¿Aunque pierda la paciencia contigo?

—Ajá.

—Mmm... en ese caso, también te quiero— correspondió el abrazo— mucho, pero no olvides que lo he dicho, porque no creo que lo vaya a repetir.

No dijeron mucho más, se quedaron viendo con ojos cansados, pensando en que todo pasaría en algún momento. Tiempo al tiempo.