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—Me parece que estás en otro mundo que no es este, Brook

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—Me parece que estás en otro mundo que no es este, Brook.

—¿Has tenido citas alguna vez, Jinyoung?

Lo tomó desprevenido, cerró su cuaderno y asintió lentamente.

—Algunas.

—¿Y es complicado?

—No realmente— se encogió de hombros, tomando la lapicera a su lado y jugando con ella mientras respondía— tienes citas para conocer a alguien, así que, en eso se basa todo el rato, en hacer preguntas... cómo que le gusta hacer, sobre su familia, su color favorito, comida que le gusta, si estudia o trabaja. Esas cosas.

—Oh, no suena complicado entonces.

Regresó a su informe, terminandolo rápido para entregárselo a Jinyoung y que este lo revisara pues conocía más del tema que ella.

—¿Vas a tener una cita?— preguntó.

—Eso creo— suspiró— una persona me invitó a salir el fin de semana, es decir, mañana o el domingo y...—negó, riendo apenada— olvídalo, no tienes que saber estas cosas.

—Está bien, supongo que es tu primera cita con alguien—lo miró, Jinyoung aclaró su garganta— es normal sentirse nervioso.

—¿Tú te sentiste nervioso en tu primera cita?

—Mucho, pero, estuvo bien— tomó una bocanada de aire—¿Y te gusta quien te invitó? Ya sabes, si es buen tipo o no.

No estaba segura, no lo conocía demasiado como para dar una respuesta precisa, incluso aunque estuvo semanas acosandolo y pegándose a él como una garrapata, no preguntaba mucho más que cosas relacionadas a sus momentos como boxeador o para corregirlo cada vez que la llamaba rubia.

Observó las puntas de su cabello, mantener el rubio era difícil.

—Pues— lo pensó— a primera vista, es agradable, quiero decir que es apuesto, pero, no sé demasiado sobre su personalidad, sé que trabaja y que le gusta comer en grandes cantidades.

—Entonces no te gusta.

—No, creo que no. Lo sabré en la cita.

—¿A dónde irán?

—No me dijo— se percató de eso— ¿Es malo no saber?

—Mm, no necesariamente, tal vez te quiera sorprender— regresó su atención a los apuntes— vamos a terminar con esto antes de continuar con la siguiente clase y que todo se acumule.

—Mm, no necesariamente, tal vez te quiera sorprender— regresó su atención a los apuntes— vamos a terminar con esto antes de continuar con la siguiente clase y que todo se acumule

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—¡Papá!

—Mi Brooklyn— pronunció con suavidad, contrario a la emoción de su hija— llegas justo a tiempo para ver las luchas conmigo.

—Te tengo una sorpresa— entró, agitando la libreta en su mano— sé que me vas a amar más cuando veas esto y te cuente la historia.

Comenzó su relato apenas se sentó al borde de la cama, el comercial en la televisión se escuchaba de fondo mientras el señor Park sonreía con ternura escuchando a su hija.

—¿Encontraste a ese muchacho?

—¡Lo encontré!— pasó páginas hasta llegar a la firma— Y luego de mucho insistir, te conseguí esto.

Lo dejó tomarla y aplaudió cuando vio la sorpresa y emoción en los ojos de su padre, supo entonces que valió la pena ser tan molesta y persistente.

—¿Te firmó?

—Ajá, lo hizo, le dije que me diera una firma para tí porque somos fanáticos de él, supe que te gustaría— sonrió— ¿Si te gusta? Es todo lo que pude conseguir.

—Es más que suficiente e increíble— después de apreciarla unos minutos más, cerró la libreta y la guardó bajo su almohada— la veré para subirme el ánimo cada vez que lo sienta necesario.

—Podemos conseguirle un marco y se verá más bonito— se acomodó, ahora ambos viendo a la televisión y cuchicheando entre ellos— oh, él es bueno.

—Lo es, dicen que será la nueva estrella, está teniendo mucho éxito.

La señora Park llegó media hora después, cerró la puerta detrás de ella y riendo, se unió a ambos en la cama, escuchando como intentaban explicarle lo que sucedía en pantalla y así compartir su alegría por la pelea tan buena que estaban presenciando.

Cuando el comercial llegó, el mayor tomó la palabra presumiendo con su esposa que Brook le había conseguido un autógrafo de Jungkook, ella también sabía de la existencia del ex boxeador e igualmente se sorprendió mucho cuando  vio la firma. Brook se sintió muy satisfecha con ese momento de felicidad que le regaló a su papá después de unas semanas difíciles y dolorosas.

Ella era luz y alegría cada vez que estaba con ellos, pues sentía que era su deber hacerlos olvidar lo malo, así que los hacía reír, disfrutar. Esa habitación de hospital se convertía en la sala de su hogar con la televisión de fondo y las risas opacando el ambiente sombrío.

Gracias a ella.

Aunque fuera de esa burbuja con su familia fuese totalmente distinta.

Aunque fuera de esa burbuja con su familia fuese totalmente distinta

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MY FIGHTER❝ jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora