CAPITULO 9

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-¿Tuviste miedo cuando estaban eligiendo?- miro a Martin, me ve de reojo mientras caminamos por los pasillos de la mansión Fenerti.

Me acomodo la mochila sobre mi hombro -Un poco- admito dejando que me guie a la que ahora será mi nueva habitación. A Ken y a mí nos han otorgado nuestras habitaciones, claro que solo se quedara el que escojan como nuevo cazador al último. Aun así, estoy emocionada.

-Está bien sentir miedo- continua el rubio deteniéndose a mitad del segundo piso -El miedo y la esperanza es lo que nos hace estar vivos.

Le doy una media sonrisa y él se despide dejándome sola frente a una puerta, veo la llave en mi mano y sin dudar la introduzco en la manilla girándola.

Un pasillo es lo primero que veo, entro y cierro tras de mi encendiendo la luz, ando con premura viendo el color pálido que cubre todo. Es gris claro. Me detengo en seco al salir del pasillo, la habitación es muy, demasiado grande para una simple chica como yo.

Dejo caer la mochila que contiene mis pocas cosas al suelo aun anonadada, el recibidor de la alcoba en donde ahora estaba parada tiene dos tachonados sillones con una mesita de vidrio en el medio, en la pared a su lado justo en el centro hay una chimenea de ladrillos. Recuerdo fugazmente que a unas puertas de distancia esta Ken y esa es razón suficiente para contener el grito de alegría que me azota la garganta.

Hay dos pasillos frente a mí, decido irme por la derecha topándome con una cama donde sin esfuerzo cabríamos, papá, Russel y yo y aun cabria espacio para alguien más. Voy hasta ella y me siento en la orilla soltando una risita impresionada, es suave y perfecta. Me dejo caer despaldas en el colchón viendo el techo, está cubierto en su totalidad por el mapa de Fosterville, es tan minucioso que logro distinguir las tierras nevadas del norte.

Giro hacia un lado viendo dos puertas cerradas, voy hasta allí y las abro encantada. El armario frente a mis ojos me hizo dar cuenta de que las nociones básicas que tenía para atuendos eran insípidas y pobres. Jadee tocando la tela de los trajes de combate.

Habían tres de esos, además algunas botas y zapatos de montaña, hago una mueca al ver vestidos, digo son lindos. Pero no, no son lo mío. Abro la última gaveta viendo el cajón lleno de ropa interior y calcetines. Raramente me descubro a mí misma admirando alguna tanga, como ahora, que sostengo una linda braga de color crema.

Me sobresalto al oír pisadas afuera, cierro todo y salgo al recibidor al tiempo que dan dos toques a mi puerta, paso por el pasillo y abro encontrándome de frente con Russel.

-Hola- ladea la cabeza.

Le sonrió -Hola- me hago a un lado dejando que entre.

Cierro y pasamos el pasillo juntos -¿Te gusta?

-¿Gustarme? Por dios, me encanta- suelta una risita divertida y se cruza de brazos.

-Sabía que así sería- sonríe con orgullo y yo le enarco una ceja -Cada habitación esta personalizada, y yo, personalmente me encargue de arreglar la tuya.

Abro los ojos impresionada -¿Hablas en serio?

Se encoge de hombros -Nadie te conoce más que yo Kellid.

Asiento en un gesto ensimismado antes de señalar el pasillo de la derecha -Amo la cama.

-¿Ah sí?- me empuja en dirección al pasillo de la izquierda -Creo que aún no has visto este lado.

Dejo que me guie hasta una puerta corrediza, la hago a un lado con un movimiento suave y me congelo al ver lo que tengo delante.

Las cuatro paredes están repletas de estantes con libros. Las manos de Russ me toman de los hombros haciéndome entrar a la pequeña habitación -Te lo dije, nadie te conoce mejor que yo.

CACERÍA [+18] (completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora