CACERÍA [+18] (completa✔️)

EPILOGO

Me levanto espantada llevándome una de las manos al pecho. Veo a mi alrededor asegurándome que estoy en mi habitación, tardo unos minutos en deshacerme de la pesadilla que he estado teniendo desde hace unos días.

Fuego, sangre y sufrimiento. Ladeo mi cabeza descartándolo.

Relajo mi cuerpo y suspiro peinándome el cabello. Estos días han sido difíciles.

Ya despierta y sin más que hacer, me pongo de pie y voy al baño, tomo una ducha y salgo vistiéndome con un camuflado negro y un suéter morado. Tomo los zapatos y me los coloco saliendo al pasillo. Cierro la puerta tras de mí y camino a las escaleras bajando al primer piso.

Veo la pequeña sala de estar decorada con cuadros de diferentes niños y en medio, un hombre imponente de pie observando una en específico dándome la espalda, me acerco plantándome a su lado.

-Buenos días princezná.

-Buenos días lord imbécil- bufa al escucharme y yo ahogo una risita, me fijo en el cuadro que ve, en su foto de pequeño. Allí aparece con una gran sonrisa y el cabello blanco con un corte que asemeja un hongo logrando que le tape parte de la frente y las cejas -Te ves muy feliz allí.

-Era muy feliz allí- me corrige él observándola con detalle -Ese niño no sabía lo que tendría que afrontar de grande, no imaginaba la responsabilidad que caería sobre sus hombros.

Lo veo de reojo, tiene puesta la capa de piel de oso polar, se cortó el cabello hace unos días y ahora lo tiene al ras del cráneo, aun se me hace raro verlo así ya estaba acostumbrada a su cabello hasta los hombros. Elevo mi mano rozándole la cabeza -Ahora pareces un abuelo calvo- se gira como el exorcista para verme indignado y ahí estallo, no logro contener la carcajada que escala por mi garganta soltándosela en la cara, rueda los ojos en mi dirección hastiado y yo me doblo de las risa aún más.

-Mi lord, otra vez está afuera- ambos volteamos a ver a Jaylen que entra a salón exasperado -Intente que entrara pero- bufa -es muy terco.

Geskal me mira para luego hacerme una señal de que vaya yo esta vez, asiento y me voy dándole una palmadita en el hombro a Jaylen para que me siga, ambos vamos afuera encontrándonos con Marlon sentado en medio del patio llenándose de nieve. Jaylen lo señala con el dedo como si fuera un niño acusando a un compañero con la maestra, le bajo el brazo antes de que diga nada –Observa- camino hacia mi hermano sentándome frente a él en el suelo nevado.

Los ojos marrones de Marlon bajan la vista del cielo para fijarse en mí -Hola killy.

-Hola- le doy una snrisa y él me la devuelve con afinidad -Sabes que no debes estar aquí hasta que sanes por completo, el frio podría causarte daño- Marlon se lleva la mano a la venda que le enrrolla la mitad de la cabeza.

-Estoy bien, nada pasara.

-Eso no fue o que dijo el doctor- me observa fijo antes de volver a alzar la vista para observar el cielo, suspiro haciendo lo mismo. El cielo está despejado dejando ver algunas nubes pasajeras con figuras amorfas.

-Antes de que Legna me adoptara me la pasaba viendo el cielo todas las noches..- lo miro cuando comienza a hablar -..me gustaba pensar que mamá me observaba desde alguna parte y me perdonaba, bueno, aun me gusta pensarlo.- me devuelve la mirada y yo le tomo la mano sonriéndole.

-Estoy segura de que asi es- sonríe de lao y yo le doy un apretón en la mano poniéndome de pie -Bien, hora de entrar- rueda los ojos pero obedece levantándose, me abraza por l cintura y caminamos una junto al otro en dirección a la cabaña en donde nos espera Jaylen con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-¿Qué te costaba obedecerme a mí?- le recrimina a mi hermano el cual sonríe pellizcándole una mejilla juguetonamente.

-Es más divertido ver cómo vas a acusarme como un crio- Jaylen entrecierra los ojos indignado cuando entramos y se va al salón con Marlon riéndose tras de él. Los dejo y voy a la cocina a buscar café, me sirvo una tasa grande y salgo yéndome a la pequeña habitación que Gerold utiliza de despacho desde que llegamos aquí hace dos semanas. Sorbo un largo trago y me relamo los labios antes de sentarme en la silla del escritorio.