CAPITULO 13

120 10 0
                                    

-¿Canción favorita?

-No tengo- conteste ayudándolo a caminar, Ken bufo rodando los ojos.

-Que rara eres.

-Raro tú que en medio de una prueba de vida o muerte preguntas estupideces mientras cojeas.

-¡Estoy aburrido!- se justificó halándome el cabello, lo mire indignada soltándolo, soltó un chillido y luego su cuerpo colisiono contra el suelo por la falta de estabilidad.

Alzo la cabeza viéndome con odio mientras yo le regalaba una sonrisita -Juro por Dios que te mataría ahora mismo.

Chasqueo mi lengua acercándome para ayudarlo a ponerse de pie -Creo que no podrías hacerlo.

-¿Ah sí?- pasa uno de sus brazos por sobre mis hombros haciendo fuerza para levantarse acercándose más de lo necesario, solo se detuvo cuando su nariz rozo la mía -Ponme a prueba y lo sabremos.

Le gruñí apartando mi cara de la suya, llevamos más de una hora caminando a ningún lugar en realidad, solo seguíamos un caminillo que estaba demasiado estructurado como para hallarse en medio de la selva. Reanudamos nuestra caminata y con ello Ken sus innecesarias preguntas.

Dos kilómetros más tarde mis extremidades ya no dolían... ardían. Deje al castaño sentarse en una roca antes de desplomarme en el piso de tierra y lodo cerrando los ojos.

-Y así dices poder lograr lo que sea.

-Dijo el chico que lloriquea y necesita que cargue con todo su peso- me lanzo una piedrita en el abdomen.

-¡No te metas conmigo!

-¡Ni tú conmigo!- oigo como se remueve y luego su respiración al acostarse a mi lado.

Dobla sus brazos bajo su nuca y suspira viendo el cielo. Lo veo de soslayo, esta pacifico y callado, casi por poco parece que es un chico normal sin problemas de atención severos que juegan con mi pobre paciencia. Imito su vista hacia el cielo quedándome allí sin moverme.

Muchas veces leí sobre la calma antes de la tormenta, sobre el espacio de ficción que te otorga el universo antes de abofetearte en la cara con la cruel realidad, ese mísero segundo en el que solo te sentías pleno y en paz... pero por supuesto. Nosotros no lo tendríamos -¡KELLID APARTATE!

Su grito alerto mis sentidos y sus manos empujaron mi cuerpo con fuerza haciéndome rodar lejos de él, entendí su acción en cuanto un gruñido gutural retumbo en mis tímpanos estremeciéndome.

Un hibrido entre serpiente, araña y águila lanza bolas de fuego de su boca.

Me apresuro hasta las mochilas sacando las navajas, le lanzo una a Ken que ya está de pie arrinconado entre unas piedras grandes para mantenerse en equilibrio, empuño la mía con fuerza colocándome en posición para atacar.

El hibrido se arrastra por el piso terroso antes de aletear ganando altura, sus ojos de serpiente siguen captando solo el calor corporal por lo que se va al ataque del cuerpo más cercano: Yo.

Esquivo la bola de fuego que me escupe mientras sus garras de águila me dan zarpazos que no hacen más que romper mi sudadera en tiras de tela. Me agacho justo cuando Ken se lanza contra el animal cortando con su navaja una de las alas.

Su fuerza sobrehumana lo ayuda a cortar el hueso del ala, de no haber sido por su don quizás solo hubiera atravesado un poco su piel.

La sangre me cae en la cara y el híbrido se desvanece sobre el suelo con una caída dolorosa. Mi compañero se estabiliza con su pierna herida y hace una mueca cayendo sentado de bruces al tiempo que el animal se va contra él en un ataque de adrenalina.

CACERÍA [+18] (completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora