CAPITULO 34

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KELLID.

Me bajo del lomo de Lú con cuidado, me engancho mejor el arma a la espalda y guio al animal dejándola oculta tras unos arbustos.

Me escabullo con sigilo ocultándome tras las ramas mientras en el horizonte sale el sol del amanecer, me mantengo cauteloso mientras busco un buen lugar para espiar la mansión que se alza frente a mí: La mansión Stenz.

Definitivamente ya había perdido la cabeza. Si todo esto hubiera pasado hace dos meses atrás no estaría actuando con estos impulsos destructivos, quería ver su sangre correr entre mis dedos, quería impregnarme del olor de sus lágrimas, quería destrozarlo.

Sawyer no merece respirar el mismo aire que yo.

Me detuve en un claro con el suelo terroso plano, tenía la vista perfecta a una de las ventanas, tire mi pecho al piso y me acomode enfocando con mi vista de águila el interior a través del cristal. Vi su torso desnudo cuando salió de un pasillo subiendo las escaleras. Apreté con fuerza mi mandíbula aferrándome al mango del arma.

La tentación de ir a clavarle una navaja en el pecho se introdujo en cada célula de mi cuerpo, estuve a punto de levantarme e ir por él pero me detuve, mis ojos dieron con la figura flacucha de la chica de cabello corto. Asher estaba allí. Esta perfectamente bien, exceptuando que ahora tenía los pómulos más marcados y la piel más pálida, grisácea.

Una sensación abrumadora me invadió los sentidos cuando paso frente a la ventana subiendo las escaleras también.

¿Qué estaba haciendo? ¡Sawyer había subido, ella podía escapar ahora!

Ella no está aquí en contra de su voluntad.

La odiosa voz de mi conciencia me hizo entrar en razón enojándome más, ella no era una víctima, ella había apuñalado a Gerold y nos había dejado... me había dejado...

Y eso era tan confuso, aun no lo entendía ¿Por qué había ido a Fostervian a buscarme si al final iba a darme la espalda? ¿Me quería? ¿Estaba de mi lado? No lo sé, y una punzada en mi pecho me decía que quizás nunca obtendría esas respuestas. El sabor amargo a hiel inundo mi boca, estaba viendo cosas en donde no las había, había desarrollado sentimientos hacia ella y aunque no lo había querido admitir antes ahora si lo hacía.

Se había enterrado en mí en un pestañeo y ya me era difícil describir lo que me causaba.

Era enfermizo querer registrar cada cosa que decía y su manera de actuar, era tan contradictoria en cada cosa que solo me envolvía más y más y ya luego no sabía qué hacer. Me mareaba y magreaba a su gusto. Me desubicaba y parecía tan tranquila con eso.

Sentí la leve llovizna de invierno mojar mi cara y cabello, me mantenía alerta aunque desde una distancia prudente.

Exhalo por la nariz acomodando mejor mi cuerpo para ver por el visor del arma, la casa parece estar desolada pero sabía bien que él estaba ahí, me mantuve apacible y concentrada sin dejar de apuntar.

Mis sentidos estaban agudizados al máximo, al primer movimiento le volaría la cabeza.

Era lo mínimo que merecía.

-Kellid...- la voz de Russel por el intercomunicador me hizo sobresaltar tensando mis hombros -Kelll...

-¿Qué?- guardo silencio pero aun oía su respiración -¿Qué Russel?

-Es, es tú padre Kellid...- la sangre me bajo a los pies dejándome lívida -...murió.

No dije nada, no podía. Mis manos temblaron de impotencia y mi pecho se hundió con tristeza y rabia, los ojos comenzaron a escocerme con lágrimas pero las retuve a tiempo.

CACERÍA [+18] (completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora