CAPITULO 22

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Nunca imagine que el simple hecho de "bañarme" sería tan tedioso y exhaustivo, luego de mi charla con Asher (si se le podía llamar así) había ido a mi habitación a asearme.

Tenía lodo incrustado hasta en las cejas y eso que creí que no sería posible.

Pero pues sí, sí lo era, ahora sentada en el comedor con el libro de las sagradas escrituras de Fosterville y una taza de té humeante podía centrarme en seguir la historia de la ciudad. Aunque ya había pasado mi celebración en la plaza mi curiosidad se negaba a no saber más sobre los hechiceros y los olvidados.

Bebí un traguito de mi tasa pasando otra página sobre los antiguos regentes, mi mente se perdió en unas imágenes bastante detalladas de dibujos a pulso sobre los hechiceros y sus habilidades, afine mi mirada en las fotografías reales de algunos de los más grandes y poderosos hechiceros que había vivido en Fosterville. Eleve mis cejas asombrada al leer la inscripción debajo de ella:

"Salas Morsvoich. Humano in-vergente"

In-vergente. Así llamaban a los ciudadanos sin don desarrollado. Lo había leído unos párrafos atrás, pase la yema de mi dedo por la sombra de su espesa barba ¿Sin tener ningún don logro ser hechicero supremo? ¿Acaso eso era posible? Las líneas que hablaban sobre él estaban escritas en el código de los hechiceros. Enarque una ceja intrigada recordando lo que Asher había dicho la otra vez.

Los hechiceros los escribían así para mantener al margen lo que los ciudadanos podían saber y lo que no.

-La magia solo aflora en seres perfectos y excepcionales- me mantuve quieta al oír la voz de Fenerti a mi lado, estaba tan distraída que no lo oí llegar -Como ya sabrás, no todo fostervilliano posee una habilidad desarrollada.

Asentí dándole la razón, camino unos pasos permitiéndome ver su ancha espalda y su cabello rojizo peinado hacia atrás. Su mano lleno de anillos plateados recorrió la superficie de la mesa antes de dar un pequeño golpe con sus nudillos sobre la madera -¿Necesita algo, señor?

Soltó un suspiro profundo –Siempre tan intuitiva- una sonrisa le alzo la comisura izquierda. Le entrecerré los ojos desconfiada, mis sentidos se agudizaron en alerta y para seguir con mí lectura tuve que bajar la mirada y beber más de mi té de hierbas. Mis fosas nasales se adecuaron a su envolvente perfume cuando volvió a mí lado, esta vez, inclinándose sobre mi silla para estar más cerca.

-¿Te digo un secreto?

Me recline hacia atrás esquivando su aliento.

-Si quiere hacerlo.

-Tú padre, era mi mejor amigo- mis ojos se clavaron en los suyos confundida -Él fue quien me ayudo en mi régimen como alcalde primerizo, él hizo por mí lo que nadie nunca hubiera hecho, me brindo su amistad y amor, fue mi hermano...- una chispa inquietante se adueñó de sus iris haciéndome erizar, cerré despacio el libro dejando la tasa en la mesa -...pero como todo, nada puede ser tan perfecto.

-Señor, no sé a qué viene esta confesión, pero si a mi padre le ha pasado algo yo...

-No- me corto de inmediato irguiéndose, acomodo las muñecas de su traje e inhalo sentándose en la punta de la mesa -Si conozco a alguien que no lograrían tocarle ni un pelo, ese es Vij.

Fruncí mi ceño -¿Entonces qué...

-¿Sabías que estudiamos juntos?- una sonrisa encantadora estiro su cara -Él era estupendo en cada cosa, claro que yo no me quedaba atrás, yo era su competencia- suelta una risita divertida mientras me ve fijamente -Pero éramos amigos, jamás intente algo en su contra, deje que brillara como solo él podía hacerlo.

CACERÍA [+18] (completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora