Aún Somos Extraños

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Capítulo siete

astrid

Las relaciones se crean con el pasar del tiempo, para algunos ese click llega en cuestión de segundos, pero ese no es mi caso. Normalmente tardó bastante tiempo en agarrar confianza, y al parecer Markus no logra entenderlo.

Bueno si, quizas esa noche de brujas fue un golpe demasiado grande de confianza, pero queria desahogarme, el alcohol me ayudo un poco mucho, sin eso mi auto control hubiera tomado toda la situacion y las hormonas se hubieran quedado encerradas. Gracias al cielo tenía el cerebro muy intoxicado para lanzarme a los brazos del típico chico protagonista de una película adolescente, osea MARKUS.

En parte yo tengo la culpa de que él crea que puede llamarme a la hora que se le dé la gana, lo he dejado hacer lo que quisiera, pero es que no creí que fuera para tanto, gran error. Markus me habla para TODO y no toma en cuenta que quizás estoy ocupada, ¿haciendo qué? Pues amm probablemente escuchando música o causándole problemas a mis conocidos, eso es trabajo duro.

Me ha obligado a permanecer en su camioneta y explicarle lo que ha ocurrido con Mateo, claro que pude haberme negado pero eso solamente hubiese aplazado el tiempo de soltarlo, mejor hoy al mañana.

-¿has pasado la situación sola? -Markus pregunta inquieto- han sido bastantes años

-No, lo he pasado con mi padre -en cierto modo es verdad-

-eso es prácticamente sola, ya que tu padre de igual manera lo esta sobrellevando a su manera y si él no está bien, entonces ambos literalmente están pasando la situación solos

-y si es así ¿qué?, he sobrevivido bastante bien

-ese es el punto Astrid, deberías vivir, no sobrevivir

-lo tomaré en cuenta, gracias -no es algo que realmente tome en cuenta porque ya me he acoplado a mi día a día-

-habló en serio, nada de sarcasmo está vez, ¿okay?

-bien, ¿ya puedo salir del auto?

-de hecho no, estaba creando excusas para poder llevarte a donde quiero, sabía que dirías no a todo, pero me lo has facilitado bastante

-tienes razón, definitivamente no - intente salir pero Markus le puso seguro a la puerta- si no abres la puerta llamaré a la policía y diré que me has secuestrado

-bueno entonces tomaré el riesgo

Markus arranca la camioneta mientras me mira con victoria, iba a quejarme y amenazar con romper la ventana y salirme por ahí pero pensándolo dos veces suena ridículo.

Puse música para relajar el ambiente ya que se sentía raramente incomodo, me acomode de manera que pudiera estar viendo el camino.

Casas, árboles, casas, más casas y de pronto solo árboles, un paisaje muy bonito.

-¿a donde vamos?

-es una sorpresa

-¿sorpresa?

-se que las odias pero, oye esto no es un vestido, o FLORES -resalta lo último- te va a gustar

-No lo creo

-deja de ser tan pesimista hermosa

-Markus -pronuncié su nombre entre dientes- pensé que habíamos dejado los apodos estúpidos a un lado

-tú si, yo lo sigo pensando

Markus siguió conduciendo, solo con la música de fondo, miré por la ventana lo que quedaba del camino o eso imaginé ya que poco a poco bajaba mas la velocidad, en parte me sentía un poco emocionada por ya llegar y ver donde es el lugar que tiene en mente, pero por otro lado algo me decía que no íbamos por el lado correcto y me quitaba la sensación de emoción, para cambiarla a preocupación.

Mi Querido Dulce Amor (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora