Confusiones

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Capítulo diecisiete

Astrid

¿Alguna vez han sentido que están viviendo un sueño? Cuando has deseado algo por mucho tiempo y al fin tienes la oportunidad de que pase, es algo que o lo sientes como lo mejor del mundo, o algo que posiblemente solo era un capricho y no se siente tan bien como lo imaginaste.

Bueno pues ahora me está sucediendo a mi, estoy viviendo un sueño que jamás creí que necesitaba cumplir, es más, creí haber superado aquel sueño, pero al parecer no fue así.

Cuando los labios de Markus tocaron los míos, lo sentí diferente a cualquier otro beso que hemos tenido, este era real, tenía un sentimiento fuera de las mentiras, podía sentir que de alguna manera él realmente me quería, fue un beso lleno de cariño y deseo, deseo de haber esperado por siglos sentir algo como esto.

Markus paro el beso y puso su frente contra la mía, mi corazón latía tan rápido que sentía que se saldría de mi pecho, había pasado de sentir mi corazón en pedazos a sentirlo con un brillo mágico.

–Este ha sido el beso mágico del que hablaba –¿también utilizo la palabra mágico?

–No estuvo tan mal –Markus se aleja de mi y me mira extrañado.

–¿Estuvo mal? –parecía preocupado y ansioso por mi respuesta.

–¿Mal? Te volvería a besar si me aseguras que será así de grandioso –en estos momentos solo puedo hablar con el corazón en la boca, siento que al fin estoy liberado emociones que no me acordaba que tenía.

–Quiero besarte así siempre...

Quería seguir con nuestra charla super asquerosamente dulce pero Emma, la hermana de Markus, entró a la cocina interrumpiendo todo.

–Oh lo siento, no sabía que estaban a punto de cometer cochinadas –sonreí y me gire para estar completamente en su dirección.

–Hola Emma, creí que no tendríamos oportunidad de hablar.

–Por favor no te vuelvas amiga de mi hermana –dice Markus en tono infantil.

–Hermano, es hora de madurar, ella es más mi novia que tuya –su comentario me causo gracia pero a Markus veo que no mucho– solo olviden que estoy aquí y sigan besándose.

Emma toma un vaso vacío y sale de la cocina, trate de seguir con la platica de hace rato pero Markus ya no me miraba a la cara.

–Debemos volver con los demás.

Markus ya no dijo más después de eso, tome mi vaso de jugo y salí detrás de él, todos nos miraron con gracia y supongo Emma les dijo algo que no era verdad.

–Tenemos que jugar algo más divertido que juegos de mesa –habla Michelle– algo que nos lleve a drama –dice con acento sexi.

–Propongo que juguemos a siete minutos en el paraíso –Responde Alex sin dejar de mirarme– Eso siempre tiene drama incluido.

Todos empezaron hablar a cerca de lo bueno que se pondría, y entre susurros y risas entre en pánico.

–Hagamos papeles con nuestros nombres, y los iremos sacando conforme pase nuestro turno –propone Alice.

Mi Querido Dulce Amor (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora