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Créditos a la Fotografía

Prólogo

Me identifico con la susceptibilidad desde mis antepasados, llevando en la sangre dicho divino justo. Mariam me recibió en sus brazos calidos a pesar de estar totalmente agotada después de un parto dificil, puedo entender que no siempre suele ser de colo de rosas con aroma; hay espinas en el rosal.

Sara, la leal servidora de mi madre desde qué en ese entonces, el principe Kim Osman la compró a una familia Han proveniente del Estado de Deagu a su corta edad de 14 años anteriormente. Al pensar así pensaría que mi padre tiene alma dura; en consciencia ante el enemigo por supuesto, él fue el primer gladiador real quién fue ganado territorios, luchas y campeonatos durante su trayectoria.

Todo suele ser un jardín del paraíso para la reyna en sus recién comienzos de mandato, sin embargo, no sucedió por mucho.

Lilith, una nueva favorita del cual se debía de tener, con paciencia sumisa, piel blanca como la porcelana con una cabellera pelirroja que deslumbraba cada rincón oscuro del castillo volviendolo vida fingida de humildad y justicia como sus ojos le daban a entender – Yo soy quién anela el corazón de Osman, pero estoy seguro de que todo se paga, en esta vida nada es gratis.

La noche de 19 de Abril 1503, el rey Kim Osman y la favorita del rey, Lilith. Contrajeron matrimonio 3 años después de que mi madre se casará oficialmente con su majestad; resultó que Lilith estaba embarazada en espera de un varón, uno que alegró los días del Palacio, todo era por beneficio de la favorita, los días que no le pertenecían ya eran considerados como algo de suma importancia, su enamorada sería venerada de la mejor manera posible. Sonrió como toda privilegiada, sin sentir el miedo venir sobre sus pies del cual la mataría totalmente desde sus pies hasta su cabeza. – La vida resulta ser seca e injusta si no sabes controlarlo – Querida, y tu tiempo se acabó conmigo. 30 de Diciembre de 1509 fue donde el imperio dio una vuelta de 360 grados, Mariam la gran Reyna dio a luz a las 12:33 am, una gran amenaza para Lilith, pues nunca se enterraba de que el Rey iba a visitarla con intensiones realistas como respectiva y primera esposa legítima, me sentiría tan traicionada si estuviera en la misma situación.

 – Sara - Exclamo en tono firme-

 – Su majestad, aún no puede estar de pie. Mañana es un día pasado, por favor háganme caso.

 –  No me importa, avisa a las criadas que se preparen, habrá una celebración, dales la noticia a mis hermanas, quiero que toda la familia este presente. – Se le dibuja una sonrisa en su rostro mientras en sus brazos y recien me tenía, recien aliviada e inquieta por dar su gran noticia ante el pueblo-.

La Manuscrita Del Santuario RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora