XXXII

40 8 0
                                    

Una Semana Después
[Gran Coronación Real]

—Con vosotros nuestro nuevo Reinado a comenzado, ¡Atención—Exclamó—El Rey Omega Kim Taehyung y su esposo El Emperador Jeon Jungkook están aquí!

Inesperadamente fue una de las Coronaciones más aglomerados durante años, y pensar que no hemos sido catalogados como de alto estatus por nuestros mismos ancestros.

—¡Larga vida para el Rey Kim Taehyung y nuestro Emperador Jeon Jungkook!

Durante la coronación fuimos un total silencio, uno incómodo hasta que decidí pensar con claridad y acercarme a mi público.

—Querido Imperio, les habla su Rey, un Rey diferente al que todos estamos acostumbrados—Con voz clara y fuerte— mi nombre es Taehyung, un Omega de familia real, uno a quien han tenido bajo un régimen esclavizante, muchos usados como un objeto. Yo soy un rebelde, a quien no se conforma con lo mínimo, busca justicia para él y su pueblo. —Recalqué—Quiero ser honesto con ustedes, yo no juro, yo hago hechos, mi deber es mi pueblo y su bienestar. Mi nombre es Kim Taehyung, y hoy quiero presentar a una persona especial, el Emperador Jeon Jungkook, el padre de nuestro cachorro.

Al decir eso tuvé la atención de todos en mi, murmuraban entre sí mientras veía a Jeon acercaré a mi costado un poco más de lo habitual.

—Como su Emperador, confirmamos está gran noticia, el Rey Kim Taehyung está en cinta—Exclamó seguro—

—¡Bendiciones para el futuro cachorro!—

—¡Larga vida al futuro heredero!—Mencionaban varios ciudadanos.

De acuerdo a lo dicho con anticipación, el anuncio de la llegada de nuestro cachorro fue tomado de la mejor manera, con tanta alegría y devoción.

_________________________________________________________________________

8 Meses Después
[Fuera del Palacio Real Original]

Las cosas entre Jeon y yo continuaron siendo serenos, cada quien con su deber en su categoría destinada, a pesar de aparentar ser la pareja perfecta y correcta para la espera de nuestro cachorro, dentro de esas frías paredes del Palacio, éramos unos simples desconocidos, solo obtenía su atención cada que solicitaba que estuviera conmigo, con el pretexto de que viera a nuestro bebé.

—Alteza, que amable visita hemos tenido por usted, y más en su estado. Debería de estar descansando en vez de visitarnos—Reverenció.

A pesar de caminar con mi vientre abultado de 8 meses, iba a las casas de mis aldeanos para resolver sus necesidades básicas, era mi deber a pesar de las condiciones.

—No es para tanto, estoy bien cuando salgo, es liberador para mi—Observaba la humilde casita de madera.

—Perdone alteza la intriga pero, ¿Cómo se llamará su cachorro si es niño o niña?

Por un segundo todo se me derrumbó, creo que algo que no estaba tomando en cuenta era un nombre para mi hijo, ¿A quien carajos se le olvida buscar un nombre para un bebé teniendo meses para pensarlo?, Si. A mí.

Justo iba a responder cuando vi a uno de mis guardias ingresar a dicho hogar donde yo estaba.

—Alteza, por órdenes del Emperador debe buscar refugio, intrusos enemigos han entrado a la capital y han comenzado hacer ataques—Con un tono alarmante—Señora, evacue su hogar lo antes posible.

—¿Ubicación exacta?—.

—Estan a menos de 45 minutos de aquí, salgamos rápido—.

No dude en salir junto a dicho guardia donde al estar afuera las personas corrían asustadas mientras buscaba por mi parte alguna zona de defensa de este pueblo.

—¡Utilicen todo nuestros recursos, eliminen a todos los rebeldes, sin piedad!—

—No se detenga, yo me encar...—

Al instante fue interrumpido por una flecha clavada directo en el corazón haciéndome vulnerable a cualquier peligro, volteé a mirar hacia donde provino la flecha.

—Rey Omega, su reinado se acaba con tú miserable familia imperial—

Con la misma comencé a correr con todo lo que podía, por primera vez sentí terror, no lo hacía por mi, sino mi hijo, soy vulnerable si intento hacerle de héroe; pero resultó fatal.

—Ahng...

Cuando estaba a punto de estar a salvo, justo tropecé con una piedra sobre mi camino haciéndome caer al suelo sin poder prevenir mi caída, incluso no paro ahí, un inmenso dolor en mi vientre me hizo retorcerme del dolor, dicho que continuaba siendo cada vez más intenso que pude notar que mi fuente se había roto.

—¡Cómo se atreven, malditos!—

Varios Aldeanos vieron al Emperador llegar justo a tiempo para luchar contra dichos enemigos, eran demasiado que con Jeon no era suficiente.
Los aldeanos varones se levantaron con coraje contra dichos enemigos en defensa de los reyes, por otro lado, entre varios Omegas me estaban auxiliando.

—Alteza, respire por favor, no se duerma por nada del mundo—

—Quitate, déjame revisar al Rey—Rápidamente me reviso— ¡Llamen rápido a la partera!, ¡El bebé se está muriendo!

Eso hizo darme cuenta de algo tan terrible, sentí que algo de mi se estaba llendo, algo se estaba destruyendo en mi, algo inexplicable que me iba a quemar internamente.

—No...mi bebé...¡Salven a mi bebé!, ¡Mi bebé!— Gritaba desesperadamente.

Comencé a entrar en pánico severo mientras el dolor me invadía en todo mi vientre, luchaba con permanecer despierto.

—Aquí estoy Alteza, prepárese para pujar—Exclamó.

Intentaba mantenerme despierto a pesar de estar en el punto de quedarme inconsciente, mi hijo me necesitaba y eso era lo que tenía que hacer.
No me quedaba opciones, ya no podía llegar al palacio para recibir al bebé, debía recibir a mi hijo en este callejón angosto al aire libre.

—¡Ya estamos listo Alteza, puje!—Dijo la partera.

—¡¡Ahng!!...—Pujaba.

—¡No es suficiente Alteza, con más fuerza!—Dijo nuevamente.

—¿¡Qué carajos... estoy...haciendo!?—Respondía mientras pujaba.

El momento se hacia eterno, no sentía la hora de aliviarme, quería saber cómo estaba mi cachorro, moria de la angustia, dolor y miedo.

—Emperador no puede estar aquí, retirese—.

—¡Es mi esposo e hijo!, ¡¿Como mierda me piden eso!?—Exaltado.

La vista se me nublaba, la sensibilidad de la luz y de los oídos eran frecuente, mientras yo empujaba por dar a luz a mi hijo,  los gritos se hacían presentes, ver a varios Omegas correr de lado a lado buscando soluciones y escuchar a la partera tratar de mantenerme consciente donde yo no paraba de empujar.

—¡Una vez más...una vez más Alteza, no sea un hijo de puta que se rinda por cualquier cosa, Omega inservible!— Exaltada.

—¡¡¡Maldita sea!!!—.

Al instante pude sentir un inmenso alivio cuando mi cachorro comenzó a llorar después de dar a luz, así es.

—Alteza...felicidades, es un varón dominante, un Alfa— Exclamaba feliz.

La Manuscrita Del Santuario RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora