La Manuscrita Del Santuario Real

XI

Park Jimin

El camino que atravesaba al jardín tomaba una ruta más corta, y por supuesto era cerca del harén, el día era algo templado, quien diría que era un buen momento para celebrar una fiesta, después de todo el ambiente ha estado deprimente. Pero ahora resultaba que el harén estaba tan ocupado en asuntos importantes, con sirvientes de lado a lado decorando cada parte del castillo, algo más me perturbó. El camino de rosas blancas por el pasillo principal daban conexión con el Santuario Real.

–Detengánse...

Alcé la voz con un tono de mando, me respondieron haciendo una reverencia detenidas por mi autoridad. –Alguien que me diga que están haciendo, ¿y por qué nadie me aviso sobre esto a primera hora?. –Mirando a cada una con un poco de inquietud por saber. – Princeso Jimin, nos han dado la orden. El Princeso Kim, se va a casar.

Estoy más que decidido que no fue su idea, algo involuntario sucedió en mi ausencia. Con mis manos hice que continuarán en dirección a los aposentos de Kim en nervios de poder encontrarlo entre tantas sirvientas por el palacio. Por supuesto, tuve que irme en una dirección más larga evitando tocar el camino sagrado, fue suficiente para elevar mi ansiedad.

Al llegar a los aposentos, no dude en entrar sin permiso. Me importaba como estaba Kim en estos momentos, necesitaba saber que yo estaba con él.

–Kim, perdón por ingresar así a tu habitación. Necesito hablar contigo en privado. –Esperé unos segundos para que todas salieron de los aposentos, sin tener problemas. Sorprendido miraba su rostro deprimente, por el amplio espejo del tocador. Se levantó del asiento dándome la cara.

–El rey Osman dio la orden, quién iba a pensar que esto me iba a suceder, El principe debe de estar orgulloso por esta infamia de mi padre y que por fin me iré al Palacio de Daegu a Gobernar como me corresponde. Voy a vengarme en el momento donde sonrían por última vez

No pude decir nada en contra de eso, simplemente escuché todo lo que mencionaba, era claro que iba a derrotar pronto al Principe, lo he presentido varías veces a pesar de aparentarlo.

–Iré contigo, no pienso quedarme aquí un minuto más, aquí solo viven las malditas serpientes. Se que tu tienes un plan, solo falta que tu lo descubras.

–Considero lo mismo, estoy de acuerdo con ustedes, después de todo nos dejarán ir.