XIII

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Kim Taehyung

Sentía un terrible nudo en la garganta impidiendo sacarlo, entre más me resistía era dificil, asimilar y entender que el día final sería en tu propia boda casándote con un total desconocido gladiador sin explicaciones. A unos pasos del santuario me mataban los nervios, mis mejillas ardian al contener mis lágrimas, no estaba feliz.

–Princeso Kim...es hora. No te voy a dejar solo querido primo; pero debo de decirte algo, por supuesto, en Daegu.

Solo lo miraba temblando, entre mis manos tenía sujetando un ramo de flores blancas escuchando a Jimin mientras acomodaba el velo sobre mi rostro. –No es necesario que continues, esto es peor que morir. Se le pedí, suplique. Comencé a Caminar dejándolo atrás, llegué al camino de flores, las sirvientas y concubinas se inclinaron ante mi presencia, solté un leve suspiro caminando poco a poco prestando atención por donde iba, la crueldad e injusticia de mi padre me han llevado hasta aquí sin explicaciones, no me escucho, solo ignoro mis suplicas, se ha olvidado de mi.

Mis pies tocaron las puertas del Santuario Real, ahí estaba mi querida madre, un poco preocupada pero neutra en su lugar, mi nana bajo la mirada en cabíz, su temor es más grande.

Por supuesto Lilith y IU en plena seriedad se notaba su enojo y sed de venganza, una sonrisa irónica delato al principe rival, amarga y triunfal al mismo tiempo, dilató el rostro anguloso. Tome mi posición al lado de mi prometido inconscientemente, perdido en mi imaginación.

–Queridos hermanos. Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el Ministro del Santuario Real y la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención.

Mi cuerpo estaba en ese lugar infernal, deje mi imaginación volar por los cielos, liberarse lo más que pueda, deseo salir de este terrible agujero negro que consume mis pies más rápido de lo normal. –Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su celestial Santuario. Tan pérdido estaba hasta que sentí alguien tocar mis manos, me opuse asustándome un poco, era dicho gladiador quedándome sin opciones deje que volviera a tomar mis manos para poder mirarnos cara a cara, ¿preocupación?.

–Yo, Jeon Jungkook, su honorable gladiador, te quiero a ti, Princeso Kim, como esposo
y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. –Terminó su fantástico discurso patético, sin pensarlo zafé mis manos de las suyas tenía cierto rencor contra él, fríamente me atreví a mirar al sacerdote levantándome del suelo molesto, esto terminará.

Terminé con esta porquería ya, ¿comprendió? –Exclamé alzando mi voz, mi ignorancia y egoísmo apretando mi propia mandíbula con mis dientes

La Manuscrita Del Santuario RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora