IX

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–No es necesario tener este tipo de insolencia, más si nuestros enemigo desean esto. ¿Acaso vas a relevar nuestra debilidad ante el mal?. –Acudí a una voz sería, mostrando en cierta preocupación atentada. -Nadie más se enterró de está insolencia que los gladiadores y por supuesto, nosotros.

–Cometieron una insolencia a mis espaldas, tu hijo debe pagar por las consecuencias, pero también estoy considerando que esta traición será demasiada pública ante la sociedad, manchará nuestra dinastía antes de lo esperado.

–Yo ya tomé una decisión definitiva para Kim, nadie debe de enterarse, callar a los gladiadores con caprichos. –Exclamé. –¡Guardias!, traigan a Kim Taehyung y a su complice a mis aposentos.

Kim Taehyung

Mi ansiedad crecía más al estar en un lugar donde no escuchaba a nadie, solo por un pasillo mientras daba vueltas en espera de alguna respuesta. Mi aclamación de sabiduría y piedad salian de mi boca una y otra vez, mi boca temblaba por cada oración pareciendo estar concelándome en una terrible oscuridad profunda dentro mío.

–Princeso Kim, su majestad ha pedido verlo en sus aposentos, permitáme, yo seré su guía.

Un escalofrio recorrió todo mi cuerpo, tal grado que senti un leve mareo por dichas palabras, de solo escucharlas sentí que sería mi fin. Debía de reconocer y darme por vencido, respirar lo poco que me queda de vida, y rogar por mi alma que sea bendita. Mi final ha llegado.

El mundo se me volvió tan lento, con temblorina desesperante tratando de aguantarlo o detenerlo, imposible, ya es tarde. Entre a dicho lugar al ser aceptado por la petición de Su majestad ante los guardias, al estar de pie a unos metros de los reyes solté un suspiro tan pesado, aliviando ese pequeño dolor en mi pecho. Me incline haciendo mi reverencia de costumbre, posterior cambié mi postura a una más recta y firme. Mis labios se abrieron al querer hablar. Interrumpidos por la entrada de los guardias con dicho gladiador encarcelado gracias a mi, no podía entender muy bien. No iba a morir solo.

–He tomado una decisión sumamente importante para la dinastía coreana, y por supuesto, mi esposa Mariam ha tomado correcto para esta familia. No voy a permitir un asesinato más por una insolencia. No voy a darles ese privilegio a nuestros enemigos, sobre mi cadaver. –Observé sus resto, ninguno representaba destino de muerte; hay algo debajo de ese mantel. –Por el bien de la Dinastía. Te doy el consentimiento de la mano de mi hijo Kim Taehyung.

–Su majestad, perdoné mi ignorancia. a que se refieré con tomar la mano de su hijo. –Exclama con un susurro desconcertado, a la vez estaba aterrado, cualquier palabra puede causarle la muerte en un instante. 

–Los declaro por El Primer Consentimiento Real como ''Esposos'', ahora largo de aquí.

La Manuscrita Del Santuario RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora