XXXIV

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Reaccioné al instante, no quería verme desesperado deseaban disfrutarlo por primera vez. Pronto nos encontrábamos en el escritorio besándonos con delicadeza antes que nada, un beso lento, tierno, sencillo y muy cálido donde nuestras lenguas comenzaban una guerra cuando una entraba a la cavidad del otro, era simplemente un beso muy único para ellos.

Pero la ansiedad de tener cerca a Jungkook fue necesaria comenzando a deslizar mis manos por sus fornidos brazos en una caricia, me sentía incómodo si llegaba a manosear algo indebido, no quería asustarlo, pero para mí sorpresa Jungkook colocó una de mis manos en su zona íntima, a gusto recibiendo las caricias pareciendo que ambos estuviera de acuerdo.

Los minutos fueron pasando y aquel inocente beso iba aumentando su intensidad, nuestras manos traviesas por ambos no faltaban, comenzando a deslizarse entre piel con piel, Jungkook no se quedaba atrás, acariciaba mi abdomen con frecuencia, la sensación era tan esquisto, creo que le gustaba ver mis reacciones en el momento, aquellos suspiros que soltabamos cuando el frío de nuestros dedos se paseaban por las zonas delicadas con tanto deseo entre sí.

—Mgh~Jungkook.—Mis gemidos inquietos eran relevantes en ese instante estremecido al sentir el tacto de sus manos jugando con mi cuerpo.

—¿Desea algo de comodidad, Alteza?, Estamos a tiempo de ir a sus aposentos.—

—Estoy bien, no es necesario movernos, quédate aquí—Fui  balanceado por Jungkook hasta llegar a sus labios comenzando nuevamente con el beso apasionado con desesperación antes de todo como al inicio, poco a poco nos íbamos acomodando por naturaleza, yo recostado sobre el escritorio y Jungkook encima mío para quedar cerca mío teniendo facilidad de quedar en libre acesso a mi trasero, y así poder chocar su pelvis.
De inmediato Jungkook me jalo por la cintura ajustandome más a él, tenía cierta necesidad por causar alguna fricción por placer, comencé a fritar su zona íntima contra la de él sobre la tela.
Resultaba placentero el hacer dicha fricción pero no era suficiente, necesitábamos más, tal vez un previo juego antes de lo rudo.

Continuábamos creando más fricción esa zona con más rapidez de manera frecuente, donde a cambio de unos minutos más, me sentía completamente lubricado como si nunca en mi vida hubiese tenido sexo, yo solito me estaba imaginando tales cosas adulteras que pronto entre en calentamiento en el acto, más que Jeon.

Ya estaba ansioso por ser penetrado por Jeon, quería adentrarme a lo bruto a lo intenso de su grueso pene en mi.

Sus besos en el cuello hacian que mis gemidos fueran más agudos e inquietos, no se que clase de juego era eso pero yo andaba en modo "Azotame contra el muro".

Creo que un solo minuto más sin ser penetrado iba a enloquecer.

—¡Penetrame...penetrante Jeon~!—Insistí agitado.

Cada vez que lo besaba, ya casi quería devorarlo en un solo beso, tan jodidamente excitado estaba.

—Mierda...Kim~—Jeon seguía con su rutina de pasearse cob sus labios por todo mi cuello y pecho, dejando marcas evidentes por su paso, incluso al estar tan sensible en aquellas zonas, estaba comenzando a ser tan escandalosos en el momento.

El tiempo pasaba y el deseo de ambos también iba aumentando, Jeon y yo ya estábamos en posición; fui yo quien si el primer paso antes de comenzar con lo fuerte, quería complacerlo un poco, con travesuras en el inquietante momento, con mi diestra comencé a masturbar su miembro, de arriba hacia abajo con una velocidad normal considerándolo por mi cuenta, no duró mucho en ese estado así que fui más rápido.

—¿Te gusta mi amor?, ¿Así?—Hablé agitado por dicha escena que yo mismo le hacía pasar.

—Uh...me encanta~—Dejandose llevar por el momento, incluso podía sentir como palpitada su miembro por minutos, verlo me hacía desear que me rompiera el culo de una vez por todas.

Fui tomado por Jeon por la espalda y me atrajo a estar sentado cercano a él para que se le facilitará ser cargado.

Tome sus muslos y me levanté quedando sentado en su regalo, no te niego que podía sentir que mi entraba palpitada.

—Follame Jeon...Amor~—Aferrandome a sus hombros  mientras introducía su miembro dentro de mi poco a poco, aunque al estar más lubricado que la gliserina fue de un golpe su entrada, solté un gemido de satisfacción al tenerlo entro, era un alivio.

—Ahmg...—Nuevamente fui yo quien rompió el cielo comenzando a joder su miembro con mi culo una y otra vez en una velocidad normal.

Las paredes de mi entrada se hacia pequeñas por la sensibilidad apretando y disfrutando del pene gordo de Jungkook.

—Amor...así~—Decía Jeon con su voz gruesa—.

—Que rico lo tienes, joder—. Jadeaba

Saltaba rápido arriba del miembro de Jeon, perdido por completo en el placer, genia demasiado fuerte, solía ser muy escandaloso al momento de volver a tener sexo después de mucho, y está vez no era la excepción.

Jungkook apoyo sus manos en mis caderas para ayudarme a moverme con más rapidez me ayudaba a impulsarme más y así sentir más estocadas más profundas.

Nuevamente volvimos a estar en la misma posición antes de esta, yo acostado mientras el arriba.
Abrí mis piernas para que pudiera posicionarse sobre ellas, ya para este grado estaba algo débil, pero encantado de esa sensación de ser follado mientras me sentía más debilitado.

Jungkook alzo mi culo y alineó nuevamente su miembro en mi entrada, sin previo aviso, ingreso de una sola estocada y comenzó a follarme rápidamente mientras azotaba mi culo una y otra vez mientras yo dejaba soltar mís gemidos hecho un loco.

—Mgh...Papi... más—Sentia que pronto me iba a desvanecer, estaba débil y mis piernas estaban al punto de caer, mi cuerpo ya temblaba.
Jeon en su mundo continuaba siendo brusco y no negaría que esa era la forma encantadora en la que él se movía fuese mi favorita, incluso yo eligiría en mi otra vida.

Pronto nuestro orgasmos se acercaba, mi abdomen llega a tener ciertas cosquillas y podía observar que sus piernas estaban al próximo límite, continúo con su ritmo hasta terminar eyaculando aquel cálido líquido viscoso dentro mío, no me importaba, de hecho eso quería, al poco tiempo fui yo quien también llegó a su orgasmo, manchando mi abdomen y parte del escritorio

Ambos caímos rendidos al escritorio, por suerte era amblio, donde en un abrazo y beso culminamos dicho acto, estábamos agotados y satisfechos.

La Manuscrita Del Santuario RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora