Nota: La segunda parte del día 13 lo publicare en OS LawRusso, aún no tengo fecha exacta, pero yo les avisare.
...
Te vi llegar del brazo de un amigo
Cuando entraste al bar
Y te caíste al piso me tiraste una cheve
Me tiraste el sifón
Estallaron los vidrios de mi corazón...
Johnny no podía creer lo que veía. Daniel LaRusso había entrado al bar hace 30 minutos y por la manera en que se tambaleaba al caminar deducía que había estado bebiendo.
El tipo que entró con él trataba de sujetarlo y sacarlo de ahí, pero el pelinegro insistía en seguir celebrando su cumpleaños número 21.
─ No puedes seguir tomando así, tu madre nos matara.
─ Shh tra ... tranquilo. ─ Daniel dio un paso adelante, su amigo se descuido y el pelinegro cayó al piso cerca de donde estaba sentado Johnny. ─ El rey del karate. ─ Daniel le sonrió y Johnny balbuceo.
Te vi bailar
Brillando con tú ausencia sin sentir llevar
Chocando con las mesas
Te burlaste de todos te reíste de mí
Tus amigas escaparon de ti...
Subieron el volumen de la música y Daniel se levantó para bailar.
─ Ve ... vengan a bai ... lar conmigo. ─ Sus amigos voltearon las caras avergonzados porque nadie más estaba bailando. ─ ¿No? Bien yo buscare a quien quiera.
Camino entre las mesas chocando con ellas.
─ Tu. ─ Daniel lo señalo y Johnny trago saliva. ─ Ese rubio de ojos bonitos ... me pateo el trasero. ─ Grito. ─ Pero yo ... yo le gane en el toreo. ─ Se rio. ─ Soy el rey, saluden al nuevo rey del karate.
Sus amigos no pudieron más y salieron del bar.
Y a mí me volvió loco
Tu Forma De Ser
A mí me vuelve loco
Tu Forma De Ser
Tu egoísmo y tú soledad
Son estrellas en la noche de la mediocridad...
En todos estos años Daniel estuvo en su mente, el chico bocón de Newark que se atrevió a enfrentarlo como nunca nadie lo había hecho. LaRusso, dueño de los ojos más grandes y bonitos que lo hipnotizaban. Daniel LaRusso de sonrisa encantadora.
Viniste a mí
Tomaste mi cerveza me sonreíste así
Nadando en tu demencia no sabía que hacer
Te traté de besar
Me pegaste un sopapo y te pusiste a llorar...
Daniel caminó hasta él, mantuvo la mirada sobre la suya.
─ No te molesta ¿cierto? ─ Johnny negó y Daniel bebió de su cerveza. El rubio estaba nervioso, sabía que el pelinegro hablaba porque veía sus labios moverse, pero todo era tan surreal que las voces se oían lejanas.
Daniel estaba tan cerca, un simple movimiento bastaba para unir sus labios.
─ Danny. ─ Johnny intentó besarlo. Daniel lo empujo y le dio una cachetada.
─ Te odio, ─ Dijo sollozando. ─ Me gustas. ─ Lo tomo por las mejillas y le dio un beso.
Me vuelve loco
Tu Forma De Ser
A mí me volvió loco
Tu Forma De Ser
...
─ Alto, alto, así no ocurrió. ─ Daniel detuvo la anécdota de Johnny.
─ Oh claro que así ocurrió. Lo recuerdo muy bien. "Me gustas Johnny, cásate conmigo y tengamos muchos hijos". Si no lo recuerdas es porque tanta cerveza te borro la memoria.
Robby y Sam rieron por las caras que hacía su papá.
─ Bueno ... tal vez me excedí un poco.
─ Como sea, gracias a eso Robby y yo estamos aquí.
─ Y son lo mejor que nos ha pasado. ─ Daniel abrazo a sus hijos.
─ Les apuesto que si recuerda cómo los hicimos.
─ ¡Johnny! ─ Daniel le dio un codazo. ─ No digas eso enfrente de los niños.
─ Estoy seguro que fue de la misma manera que lo hicieron a él. ─ Robby cargo al bebé. ─ La abuela vino por nosotros y nueve meses después naciste tu. ─ Anthony llevó la mano a su boquita y rio.
