"Hurts Like Hell"

27 6 0
                                    

(Mihno)
Después de todos los acontecimientos estaba demasiado cansado como para pelear con cualquiera. No quise contestar a Han en ese momento, porque ni yo mismo sabía qué responder... Lo cierto es que después de lo que sucedió con Felix en el pasado, la palabra "amor"... podría decir que me producía temor, rechazo, asco... odio. Lo suficiente como para que ahora se me considere como el pecado de la ira. Estaba decepcionado con todo. Sobretodo conmigo mismo.
En el fondo, yo sabía que aún sentía amor por Felix, pero era mi hermano, da igual si solo era por una parte. Compartíamos lazos de sangre... y sabía que no era su culpa el hecho de no saber que nuestro padre fuese como era... pero me sentía terriblemente engañado. ¿Cómo podía un ángel engañarnos de esa manera? A mi madre... y a mi.

Cuando nací, solían llamarme Blancanieves, porque mi piel era bastante pálida, el pelo negro y los labios rojizos. Era bastante bonita la verdad, un caramelo que muchos querían catar y cuando ví por primera vez a Felix quedé fascinada. Lo llamé demonio por el aura que desprendía y porque era tan bello que pensé que no era algo bueno.
La belleza puede ser una bendición, pero también una maldición...
Sabía que aunque le dije que se alejara de mi, seguía visitándome, bueno, espiándome y lo cierto es que me gustaba mucho. Disimuládamente salía al jardín todos los días para ver si podía visualizarle, un día estaba escondido en un artbusto, al otro día en una columna. Los días que no venía me sentía triste.
Incluso hacía rutinas para que supiera cuándo estaba sola en casa o no... con la esperanza de darle la oportunidad de acercarse a mi.
No pensé en que se acercaría del modo que lo hizo.
Me violó... pero aún así le quise... mi estúpido corazón humano se había enamorado a primera vista de él, le quería, aún lo quiero y la sola idea de que pueda pertenecer a alguien más me molesta, me da rabia... verlo con otros.
¿Acaso yo era una de sus muchas amantes? ¿Un juguete que podía usar y tirar? ¿Signifiqué algo para él? ¿Nuestro amor fue falso? ¿Por qué no detuvo a nuestro padre?
El día que corté con él... fue la primera vez que se me rompió el corazón. Pensé que moriría. No podía tolerar la idea de que teníamos el mismo maldito padre. ¿y encima un ángel? ¡y una mierda! Ese dolor punzante en mi corazón aún no se ha ido. Sigue ahí... ¿Es parte de mi castigo por amar a mi hermano?
Yo lo quería, de verdad que lo quería.

Han seguramente estaría aún en casa. No es que hayamos terminado mal, pero no tenía ganas de verle. No en este estado.
Estaba andando por la calle, cuando me di cuenta de que había llegado al local. Miré la puerta roja dubitativo. En esa pequeña casa se encontraba en esos momentos alojado mi hermano. ¿Debería llamar? ¿Pero qué debía decirle después de lo que ocurrió? ¿Sería capaz de pararle si pasaba algo de nuevo? Su sabor... aún estaba en mi paladar.
Últimamente le había visto mucho con Christopher. Parte de mi se alegra... no es un mal chico y Felix ya es bastante mayorcito como para tener que estar yo detrás diciendole que tiene o no tiene que hacer.

Miré discretamente por una de las ventanas, ahí estaban... Felix se había quedado dormido en el sofá mientras Chris le acariciaba la cabeza con cariño. Ese chico estaba enamorado de él. Como para no... sería el pecado de la lujuria, pero era terriblemente adorable la mayor parte del tiempo.
En otra ocasión, quizás hubiese pensado mal... pero se respiraba mucha calma... y se veían adorables. Era la primera vez que veía a alguien con Felix y no me producía rechazo.
Lo sabía... tenía que dejarle marchar de una vez por todas. Me senté en el banquito que había frente a la caseta. No quería molestar esa tranquilidad.
Me quedé pensando en la relación que tenía con Han y en las últimas palabras que me dijo "del odio al amor solo hay un paso". Cuán ciertas eran esas palabras...
- ¿Le ocurre algo señorito Lee Know? ¿Quiere que le prepare un té? - Gustav acababa de llegar y me miraba preocupado
- No Gustav... Solo necesitaba pensar un poco en un lugar tranquilo... y qué mejor que tu jardín - contesté
- Oh! Gustav volviste! Deja que te ayude con la compra...- Chris había abierto la puerta y me miró sorprendido - Lee Know... ¿Querías pasar? - preguntó nervioso
- no... solo tomaba el aire. El jardín de Gustav es el mejor lugar del mundo.
- si... es verdad - Chris ayudó a Gustav a dejar la compra en la cocina y seguidamente  se sentó a mi lado en el banco. La verdad es que nunca me había puesto a hablar con él... sabía que no era mal chico, porque si que le observaba, pero desde la lejanía. Incluso me había visto en mi forma demoniaca... y no había huído.
- Pido disculpas si te he ofendido o algo, no quería escuchar la conversación... lo siento...
- Quiero que cuides de Felix - interrumpí - Se que necesita de alguien como tu para estabilizarse
- ¿Qué? pero yo... No creo ser el que quiere de verdad...
- Te lo ordeno - me levanté sin dejarle terminar la frase  - Como le hagas llorar... te mato.
Me marché sin mirar atrás, consciente de que había dejado en las manos de Chris a mi hermano. Se lo había dejado a su cargo...  al estúpido a quien habíamos elegido para ser el sacrificio. Espera... ¿sacrificio? Se me había olvidado ese pequeño detalle.
Aún teníamos tiempo para buscar a otro... ¿no?
De repente me sentía nervioso. Tenía que hablar con los demás pecados sobre ello si quería conseguir la felicidad de mi hermano.
Volví a perderme por las calles... ¿Qué era lo que realmente quería?
Me detuve junto a un coche donde un gatito andaba maullando. Me acerqué a él dispuesto a cogerle. ¿Qué te pasa pequeño? ¿Tu también te sientes solo y perdido? El gatito se acercó a mis manos en busca de cariño. Lo acaricié... su tacto era suave, quería llevarmelo, pero lo dejé...
Tomé una decisión. Era drástica pero estaba decidido a tomarla. No había macha atrás.
Al llegar a casa, Han no estaba. Suspiré. En parte aliviado porque así podía moverme y prepararme con tranquilidad.
Me tomé una ducha bien caliente y esperé con paciencia a que Han llegara.
Vivíamos como todos... en lo alto de un edificio por la zona de AV América. Es distinto al centro, pero me gusta la zona. Muchos dicen que es estresante por todo el movimiento que hay, ya que es donde se prodducen más intercambios, hay bastante tránsito... pero me gusta. Me gusta ver todo ese movimiento que hay tras los ventanales de nuestra casa. Aparte de que tenemos todo insnorizado... no hay molestia que me perturve el sueño.
Las 23:00.
LLegó.
- Lee Know... - acababa de llegar de una de las reuniones que solíamos tener con nuestros subordinados, se me había olvidado... - Fui a una reunión. Te iba a avisar pero supuse que no... estarías de humor para ir. ¿Estás mejor? ¿Quieres que te traiga algo?
- Rompamos - dije firmemente
- ¿Cómo...? - Han me miró sorprendido - ¿Romper...? ¿De qué estás hablando?
- No es por ti Han... - respiré hondo - Necesito un tiempo... para reflexionar...
- Min por favor...  ¿Esto... es una broma verdad? - Han comenzó a llorar
No soportaba verlo así. Mi corazón comenzaba a vacilar y sentí cómo poco a poco se iba formando un nudo en mi garganta. Acaricié su rostro secando sus lágrimas. No es que no le tuviese cariño, después de tantos años...  pero tampoco me había demostrado tanto como estos días. Necesitaba renacer, empezar de nuevo.
Eso es, había decidido separarme de Han por un tiempo... lo había pensado hacía tiempo desde que empezamos con esta extraña relación. No quería seguir mintiendo a mi corazón...
Si el tiempo me decía que volviera a él, lo haría. Pero por el momento... necesitaba un tiempo.
Había preparado previamente mi maleta. Le di un beso y me marché...
No estaba seguro de dónde debía marcharme, pero no me importó.
- Hasta pronto...

Libre de pecados 1: Gardenia ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora