"God's Menu"

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Jeongin o I.N como le solían llamar cariñosamente. El niño eterno con voz de oro y la sonrisa más hermosa y sincera que había conocido jamás.
Representaba el pecado de la gula. Lo cierto es que siempre le veía con algo en la boca, sobre todo dulces. Hyunjin solía llamarle la atención, pero no pasaba mucho tiempo cuando volvía a la carga... y ahí estaba, con sus mofletes rellenos.
Era simplemente adorable y casi imposible enfadarse con él.
Dentro de esa fachada adorable no olvidemos que era uno de los poderosos siete pecados capitales, señor de su propio reino en el averno. Por algo lo era...y por algo había que temerle. Por suerte, no era alguien que se enfadaba con facilidad. A veces tenía la impresión de que Hyunjin le sobreprotegía demasiado, hasta que ocurrió algo y entonces comprendí que no era que lo protegiese, sino al contrario, lo estaba controlando para proteger a los demás.
Junto a Hyunjin y Seungmin, componían el trío de la realeza. Eran ex ángeles de primera jerarquía que siguieron a Lucifer en la primera rebelión y por tanto estaban muy unidos.
No era extraño verles casi siempre juntos... aunque cuando se separaban, Jeongin solía salir con un muchacho con el que extrañamente se llevaba muy bien. Digo que es extraño, porque no veía que tuviese algún otro amigo... ¿humano?
El día de la reunión, llegó con Seungmin a la cafetería. Nos miró pícaro a mi y a Felix y luego fue corriendo a buscar a Gustav mientras que Seungmin se encargaba de Felix. Me quedé mirando por la ventana cómo el crio ayudaba al viejo Gustav a regar las gardenias.
Me costaba creer que fuese un demonio con ese aura tan angelical.
En la reunión me quedé no solo observando a Seungmin sino a todos en general. Recuerdo que la percepción que tenía de IN en ese momento cambió un poco. Parecía más maduro con su semblante serio...
No mentí cuando dije que los más temidos a la hora de castigar eran Hyunjin y Lee know, pero los demás pecados tampoco se quedaban atrás cuando se ponían serios.
El día que vi a IN en su forma demoníaca, pensé que realmente había llegado al infierno. ¿Pero cómo lo viste? me preguntaréis.
Una de mis tareas, es revisar que el pasillo de cada planta esté ordenado y limpio y que las barreras estén en funcionamiento. En esa ocasión, me encontraba en la planta de IN y por casualidad él salió.
En primer lugar, su aspecto no era nada comparado al de Hyunjin. Había leído, que al pecado de la gula, lo llamaban "el señor de las moscas". Este adorable niño, se había convertido en un monstruo con alas de insecto, grandes colmillos, 8 ojos rojos y mucha sed de sangre.
Me quedé paralizado al verlo. Intenté gritar, pero no conseguía emitir sonido alguno. Comencé a patear a golpearme por las paredes en un intento desesperado de auxilio mientras veía como IN fuera de si me miraba como loco y se acercaba a mí con intención de atacar. Entonces dio un gran salto y lo tuve frente a mi.
No era IN, era el demonio de su interior y estaba incontrolable. Sentí su aliento fétido y las
babas cayendo sobre mi...
- Por favor... - logré decir con un hilillo de voz
Y entonces, cuando pensé que no había solución, una mano le golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente. La planta de abajo resultó ser la Changbin y por casualidad escuchó los golpes y supuso que algo pasaba. Unos segundos más tarde bajó Hyunjin quien se acercó a IN y lo transformó a su forma humana. Estaba totalmente K.O y dormía plácidamente acurrucado en los brazos de Hyunjin.
- Cuando revises los pasillos... procura no cruzarte con IN. Él no es consciente de lo que hace cuando está transformado - me explicó Hyunjin.
Levantó con cuidado a IN y lo llevó dentro de su sala.
Changbin me ayudó a levantarme. Me ofreció un pañuelo indicando con señas que tenía la cara manchada y sin decir nada bajó a su planta.
Lección aprendida. Jamás intentéis provocar a IN a transformarse si no queréis acabar en su estómago. Sentí un escalofrío ¿Qué hubiera pasado si Changbin y Hyunjin no hubiesen llegado?

(Jeongin)
Teníamos a un nuevo siervo en la cafetería. La lengua comenzó a picarme en cuanto lo ví. "sangre pura" pensé. Se veía realmente delicioso... Su dulce olor era embriagador, pero Hyunjin no me dejó acercarme mucho. Era pronto todavía para verificar si era o no un posible sacrificio.
Gael me esperaba en la puerta de la cafetería. Para ser un humano me cae muy bien, los humanos para mi son estúpidos, ganado para mi matadero, aunque él desprende un olor peculiar, olor celestial. Hyunjin me dice que tenga cuidado. Los celestiales son peores que los humanos... Por ellos perdí mis alas, perforaron mis extremidades e hicieron toda clase de experimentos con mi cuerpo. Si no hubiese sido por Hyunjin, no hubiese sobrevivido. Le debo mi lealtad y a Seungmin mi nuevo cuerpo.
Salí de la cafetería bajo la atenta mirada de Hyunjin. Seungmin se acercó a él pero éste le alejó de la ventana. Decía que era mejor que ninguno de los demás me viese con Gael.
- Pensé que hoy no te vería, te dije que no te quedaras esperando en la puerta, mis hermanos no pueden verte ¿recuerdas? - repliqué - vamos, tengo ganas de probar el nuevo bubble tea que encontraste el otro día.

Libre de pecados 1: Gardenia ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora