—Realmente eres increíble, Jem—. Miles se encontraba sosteniendo una botella pequeña de cerveza en su mano derecha, dándole un sorbo antes de continuar hablando— Sigo demasiado sorprendido de como has planeado todo tan meticulosamente. No parecías nada fuera de lo común, pero demostraste tener muy buenas habilidades de planificación. ¡Así que propongo un brindis por nuestro amigo Jem, y por los ciento cuarenta mil dólares!—.
Dicho esto, todo el grupo alzó sus botellas, dando un buen trago por la moción recién convocada. Con el pasar de los días la incomodidad con el grupo se había atenuado bastante, y poco a poco comenzaban a confiar en mí. Livia era la más reacia a acercarse, y aún me analizaba bastante, esperando que yo quisiera sacarle un poco de ventaja. Mas hoy no se encontraba presente. Ni ella, ni tampoco Venice y Mia; Miles me había dicho que los chicos del grupo acostumbraban a salir los viernes por la noche a beber cerveza en un bar cercano a la biblioteca, era una especie de costumbre del grupo de la cual me alegraba que me hiciesen formar parte.
La verdad es que salir los cuatro solos me daba mayores posibilidades de conocer en profundidad a Ethan y Miles, y me posibilitaba un encuentro amistoso con Derek, que tanto había anhelado cuando vivía a más de trescientos kilómetros de la ciudad.
Miles era una persona súper enérgica. Oírlo hablar apasionadamente acerca de Historia era bastante placentero; él era un poco más grande que nosotros, pero aunque solamente tenía veintiún años, lo culto que era lo hacía ver como si la diferencia de edad fuese aún mayor. Platicar con él era como tener conversaciones con ese primo mayor que admirabas de niño, el cual salía primer promedio en la escuela y era excelente en todo aspecto de su vida social.
Por otra parte, me había costado un poco más entender a Ethan. Al parecer él era un amigo muy íntimo de Derek, por lo que con mi llegada se había visto, cuanto menos, desplazado. Sin embargo, y aunque se lo notaba en un principio a la defensiva conmigo, ambos nos dimos cuenta que teníamos bastantes cosas en común. Su profundo interés por las artes lo hacían una persona muy capaz e interesante; pero no en el modo en que Miles lo era. Si Miles era ese primo perfecto, Ethan era el hermano menor desobediente y poco afectuoso que cada tanto demostraba interés por algo de lo que hacías.
—¿Idealmente te quedarás en el grupo? Tengo entendido que el club necesita admitirte por mayoría, pero visto y considerando que tienes a todos a tus pies desde que recuperaste nuestro dinero, no creo que sea necesario tanto protocolo— Ethan llevó sus manos a su espalda, dejándose caer sobre el respaldo de la silla donde se hallaba sentado— Además, es increíble que no hayas reclamado ni un solo centavo de todo el dinero, eso me trae o mucha confianza, o mucha desconfianza hacía tí, no hay punto medio...—concluyó en tono burlón, dejando salir una leve risa denotando que tan solo bromeaba.
Inicialmente fruncí el ceño, pero luego disimulé una risa engorrosa. Entender su tipo de humor era un reto cuando tu único amigo era Derek, la persona más literal que había conocido en toda mi vida— Ese dinero es de ustedes, no me corresponde tenerlo. Cuando sea yo el que tenga problemas con mi dinero, pretenderé que ustedes hagan lo mismo— bebí un sorbo del pico de mi botella y luego acoté, retomando lo que el de cabellos largos había dicho— Respecto a lo otro, yo no creo que todos aquí me quieran, tengo un poco de miedo de no caerle muy bien a Livia...—
Ante mi respuesta, los tres confluyeron en una mirada divertida cómplice, dejando salir carcajadas de un segundo al otro— Livia te odia— dijo Ethan, terminando con el ruido de las risas ocasionadas por mi comentario— Te odia como odia a todo el mundo, no tiene sentimientos y es super desconfiada con todos. Venice es su mejor amiga y creo que nunca la ví dándole un abrazo—.
—¡Livia no es así!— decretó Derek, quien había estado bastante callado. Su tono sonó firme, como si el comentario de Ethan le hubiese molestado un poco— Tan solo no es demostrativa, pero es hasta que entre en mayor confianza... Tampoco hace tanto que nos conoce, tan solo un par de años... o tres...—.

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Club de Horus
Teen FictionEl traslado desde su pequeño pueblo natal hasta la gran ciudad de Nueva York fue particularmente complejo para Jem Myers, un joven de dieciocho años cuyo sueño es convertirse en un aclamado psiquiatra. Su problema no fue precisamente la distancia c...