Club de Horus

Capítulo 39

Bastaron tan solo tres zumbidos en su celular para que Callum atendiera la llamada entrante, mientras caminaba por los parques aledaños al puente de Brooklyn. Como generalmente ocurría, al mediodía podías ver tan solo algunos jóvenes ejercitarse y quizás alguna familia dando un paseo. Era muy difícil hallar un lugar seguro y poco poblado en la gran ciudad, así que era mejor "esconder al elefante en una gran manada". Al menos, la gente que en aquel momento lo rodeaba, no parecía reconocerlo, tal vez gracias a su nuevo corte de cabello, rapado en los laterales y con un flequillo controlado, que casi era imperceptible bajo su capucha.

—Antonio, te escucho— respondió la llamada casi en un susurro, intentando continuar pasando desapercibido. El hombre al otro lado de la línea, con un marcado acento centroamericano, comenzó a explicar cuando Callum le dio la señal— Tenemos listo su pasaje, no se preocupe por la documentación. Desde que la policía lo reporte, pasarán un par de horas hasta que actualicen su rostro en la lista de fugitivos. En caso de que su nombre figure, cambiaremos su nombre de la lista por uno falso; podrá retirar sus documentos en la dirección que le enviaré por mensaje. Mas no parece que vaya a necesitarlo, ya que su vuelo con destino a Cúcuta sale en seis horas—.

Callum esbozó una sonrisa ladina al escuchar a su cómplice— Cuando llegue, le daré una buena recompensa por su servicio, usted ha sido muy leal a mí, Antonio. He oído que, si existe algo que le guste más que el dinero, son las mujeres blancas— continuó, y al recibir una confirmación del otro lado de la línea, asintió con la cabeza— Entonces sé exactamente con quién te vas a divertir bastante—.

El Club ya había puesto en Jaque a Callum. Y cuando el rey está en Jaque, cualquier medida de escape es bienvenida.

...

La recepción de nuestra entrevista fue inmediata. No tardamos ni treinta minutos en regresar del estudio de SNB, pero al llegar hallamos a todos vitoreando nuestros nombres.

—¡Estuvieron fantásticos!— gritó Mia, saltando a darnos un cálido abrazo lleno de alivio y felicidad. —La gente se está volviendo loca, exigen la captura de Callum para ponerlo trás las rejas— explicó Suhwan, cerrando su laptop— Supongo que ganamos—.

—No cantes victoria, que trae mala suerte— replicó Livia, para luego acercarse a mí, asintiendo con la cabeza— Estoy segura de que Venice está muy orgullosa de lo que has hecho hoy. Por ella, y por todos—. Escuchar el nombre de Venice después de tanto era, sorprendemente, reconfortante. Al principio me dolía cada vez que intentaba recordar algo referido a ella, pero ahora me sentía esperanzado. Ella me dio una razón, una causa justa para proteger.

Miles fue el próximo en acercarse a nosotros, mirándonos a ambos como un orgulloso hermano mayor— Han estado excelentes, les agradezco en demasía, les juro que estoy sin palabras—. Maddie y yo nos miramos el uno al otro, hasta hacer coincidir nuestras sonrisas. Seguidamente, la contraria me guiñó un ojo, generándome una leve vergüenza, lo cual resultaba irónico: no me incomodó abrazarla cuando estábamos en la casa de Callum, antes de saltar por la ventana, pero me ponía nervioso de solo guiñarle un ojo frente a nuestros amigos. Asumo que será el tan nombrado "poder embriagante de las situaciones de riesgo".

—Pero Livvy tiene razón— agregó Maddie, volviendo en sí— Hasta que Callum no esté preso, no frenaremos. Tenemos que buscar un modo de encontrarlo, rastrear su celular tal vez...—.

—Es inútil— espetó Damian, en tono cortante— Su celular sigue en su casa desde hace cuatro días, sin moverse ni un milímetro de su posición. No es tan tonto, seguramente sabe que logré pinchar su teléfono. Debe de tener un número alternativo, una línea libre—.

Livia, llevándose su mano a su mentón, pensó unos segundos antes de decretar— Una línea libre le permitiría hacer llamadas a todo el mundo, es imposible que intentemos buscarlo en un registro mundial, tardaríamos demasiado tiempo—. Ese era el mayor problema, no existía un modo fácil de cazarlo. Sus posibilidades de escabullirse eran superiores cada segundo.