Explicarles mi idea de difusión masiva al resto del equipo me resultó mucho más fácil. Miles y Livia dudaron un poco acerca del modo de ejecución, puesto que en un principio, hacer pública nuestra organización les parecía un gravísimo error. En parte los comprendía. Después de tanto tiempo intentando ocultar positivamente todo rastro de nuestra existencia, salir a la vista del público voluntariamente les parecía un total desperdicio.
Sin embargo, los comentarios de Suhwan acerca de las grandes probabilidades de éxito del plan, y la ayuda de quienes ya habían oído del plan anteriormente, colaboró a convencerlos poco a poco. —Está bien, pero debemos organizarnos de un modo perfecto— comenzó Miles, bastante resignado ante las repetidas peticiones— Tenemos que separarnos en grupos de acción, solo así la operación será exitosa. Suhwan, tú y Carla serán los encargados de difundir en las redes; son buenos en lo que a generar reacciones positivas en las masas respecta. Mia y Damian pueden encargarse de la estética digital de las páginas, para hacerlas llamativas e impactantes a la hora de difundirlas. Livia y Derek pueden encargarse de intentar negociar con la prensa, y junto a la insistencia de Kyle, nos será más fácil llegar a más personas. Jem, tú y yo organizaremos el tipo de información, necesito tu ayuda porque es un hecho que sabes cómo decir las cosas para que la gente te crea. Cuanto más tiempo perdamos, menos efecto tendrá en las masas. ¡Así que todos a trabajar!—.
Minutos después, la sala se había convertido en un organizado griterío. Cada equipo estaba trabajando en sus tareas, a excepción de Livia y Derek, quienes tenían una función posterior a la confección del contenido. —Vamos a salir unos minutos, enseguida regresamos y los ayudaremos— decretó Livia, tomando de la muñeca a su compañero, quien no parecía entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo. No obstante, Miles y yo no les dimos mucha más importancia, y continuamos en nuestras labores.
...
—¿Cómo has estado?—. Esa pregunta fue lo primero que Livia emitió desde sus labios, después de todo el silencioso camino hacia las afueras de la biblioteca, llegando hasta la entrada principal. Derek se había recargado contra la pared, mientras que Livia se había sentado en los primeros escalones de la escalera de ingreso.
—No lo sé— la respuesta de Derek fue tan sincera que a la contraria se le hizo imposible no soltar una pequeña risa entre dientes, antes de replicarle— Te hacen falta un par de clases de tacto humano, cuando alguien te pregunta "¿Cómo estás?", no siempre significa que en realidad les importa—.
Esta vez fue Derek quien rió, echando hacia atrás su cabeza— ¿Entonces me trajiste hasta aquí para preguntarme algo que no te interesa?—. Livia se puso de pie, y luego negó con la cabeza, con la mirada puesta en sus ojos— Dije no siempre, no asumas que no me importa—. Automáticamente el silencio incómodo retornó, obligando a la chica a acotar algo más— Solamente quería asegurarme de que ya habías superado el problema de querer ignorarme todo el rato, más que nada porque ahora debemos trabajar juntos—.
Los ojos del rubio se abrieron como botones al oír lo que la contraria pronunciaba— Nunca quise ignorarte, creo recordar que tú fuiste la que me pidió que me alejara de ti porque te resultaba molesto—. El comentario dolió como una puñalada helada en la garganta del chico al pronunciarlo, olvidar el dolor e ignorarlo no lo reprimía para siempre. Todo lo reprimido siempre encuentra el modo de volver a salir a la luz.
—Eras molesto—. La respuesta de Livia no alivió su dolor, pero tampoco lo aumentó. Era algo que ya tenía asumido, nada nuevo por lo que sufrir— Pero ahora parece que me superaste, por lo que honestamente no me molestaría tener un vínculo relajado junto a ti. Es decir, debemos poder conversar cómodamente para trabajar de la mejor manera—.
Se formó un silencio algo incómodo. Derek lo rompió después de unos segundos— ¿Qué te hace pensar que te superé con tanta seguridad?—. Livia, algo confundida, frunció el ceño al entender hacia donde estaba desembocando la conversación— Yo jamás voy a entender a la gente que sale con cierta persona para simplemente sacarse las ganas de no haber podido estar con otra persona, es patético, inmoral y egoísta—.
—¿Pedí tu opinión? Además no eres nadie para hablar de egoísmo—. El tono de voz del chico cambió a uno un poco más agresivo al hablar: ya odiaba esa forma de ser de la contraria, siempre intentando mostrar lo perfectamente mejor que ella podía ser. —¿Sabías lo enamorado que él estaba de ti?—. Si bien mantenía el mismo estilo inquisidor al dirigirse a él, la pregunta lo había hecho razonar. Derek asintió en respuesta, algo avergonzado. —Entonces es la misma situación que tanto detestas, la única diferencia es que yo no te usé, pero tú si lo usaste a él. Somos ambos una basura, pero tú eres incluso peor. Deja de jugar con él si no estás seguro de lo que quieres, se la haces un poco menos difícil de lo que ya la tiene—.
La chica se volteó, dispuesta a entrar de nuevo a través de la puerta de la biblioteca, pero fue detenida. Derek la había tomado de la manga de su sobretodo gris perlado, logrando volver a llamar su atención. —Nunca digas que yo intenté herirlo. Solamente no quería que sufriera lo que yo sufrí, lo que tú me hiciste sufrir—.
El suspiro agotado que Livia dejó salir por su boca denotaba el colmo de su paciencia a estas alturas. Empero, la chica asintió. —Ya lo sé. Pero sabías que te estabas metiendo con un chico complicado, quizás no sabías de sus adicciones, pero creo que era bastante evidente que no estaba en sus mejores momentos. No creo que lo hayas hecho adrede, pero lo lastimaste bastante. Espero que cuando salga del hospital puedas hablarle de frente—.
Seguidamente Livia se fue. Y Derek no volvió a detenerla.
...
El impresionante trabajo realizado por Mia y Damian creando el sitio donde se publicarían las denuncias y el video grabado por Maddie estaba dando sus frutos. Eran bien conocidas las habilidades de computación de la chica, mas casi nadie conocía aquella faceta del joven. Damian no era típicamente alguien reservado, pero como había sido muy cercano a las ideas de Livvy desde que llegó al Club, a excepción de ella nadie había establecido un vínculo amistoso serio para con él. Eso, sumado a que no era una persona de lo más amistosa en su naturaleza, conformaban el hecho de conocerlo como una odisea.
—Son increíbles, chicos— lisonjeó Miles, aunque asumí que sus cumplidos iban más bien dirigidos a su novia. No obstante, Mia pareció ignorarlo, sin parar de hablar con Damian acerca del trabajo. Supongo que estos dos no estaban en su mejor momento, pero no tuve tiempo de preguntarle nada al mayor, puesto que cuando se acercó a mí, me dio una palmada en la espalda sentándose a mi lado en el sillón— ¿Terminaste de escribir el paragrafo para la página de inicio?—. Ésta había sido la primera tarea que Miles me había encomendado, debía ser una presentación concisa, impactante e incluso un poco memorable.
—En efecto, ya está lista: "Nueva York permite que canallas como Callum Moore estén libres por sus calles, nosotros no". ¿Qué te parece?—. El pelinegro abrió su boca impresionado, aplaudiendo levemente— Deberías ser político algún día, si con ese eslogan no llamas la atención de las autoridades, realmente creo que no tenemos chance alguna—.
Derek y Livia habían entrado de nuevo, pero se los notaba totalmente distantes, al punto de que ella se había sentado sola con su computadora en su regazo, a enviar correos electrónicos a diferentes portales de noticias desde la cuenta empresarial que habían creado Suhwan y Carla. Estos últimos estaban terminando de adecuar los perfiles en las distintas redes, todas con el mismo logotipo en su ícono de perfil: un simple ojo de Horus en color dorado, con un fondo granate.
—Si les parece adecuado, creo que por la noche podemos publicar el video; he estado investigando y al parecer la gente tiende a empaparse de noticias en dos horarios diferentes— comenzó a explicar Carla, quien jugaba con su cabello atado en una coleta— Por la mañana, la gente lee los periódicos y ve las noticias. Sin embargo, es mas bien antes de ir a dormir cuando la mayoría entra a revisar sus redes sociales. Si publicamos por la noche, es muy probable que al día siguiente los medios más importantes estén transmitiendo notas acerca del video—. Miles levantó sus cejas al terminar de comprender su explicación, al parecer bastante impresionado por la furtiva búsqueda que la chica había rastreado. —Me parece la mejor idea, cuanto menos tiempo tardemos en publicarlo, menos chances tendrá Callum de improvisar un escape. Es decir, si yo fuera él, creo que sería muy consciente de que mis enemigos no se quedarán callados luego de haber raptado a una amiga suya—.
Miles tenía razón. Lo más obvio era que Callum tuviese mil maneras bajo su manga para escapar— Si tenemos suerte, la noticia llegará a la policía rápidamente y podrían avisar a las aerolíneas, al menos de ese modo no podría escapar del país, y darle caza sería mucho más sencillo— objeté, dejándome caer sobre el sillón nuevamente.
No teníamos otra chance, esto era lo único con lo que podíamos intentar finalmente vencerlo.
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Club de Horus
Teen FictionEl traslado desde su pequeño pueblo natal hasta la gran ciudad de Nueva York fue particularmente complejo para Jem Myers, un joven de dieciocho años cuyo sueño es convertirse en un aclamado psiquiatra. Su problema no fue precisamente la distancia c...