Club de Horus

Capítulo 15

Ahí íbamos de nuevo. Todo había regresado a la normalidad. Habíamos vuelto a la sala de la biblioteca, intentando retomar nuestras actividades regulares. No obstante, había una pequeña diferencia sustancial: un hombre extranjero completamente desconocido se había sentado plácidamente en el medio de la sala a teclear una notebook, ignorando todo lo que estaba a su alrededor.

Suhwan había descolocado la regularidad del grupo. Si ya no teníamos suficiente con la extraña entrada de Damian al Club, el ingreso del asiático había sido prácticamente una coacción.

—Okey...— susurró para sus adentros, estirando sus brazos hacia arriba para luego acomodarse el flequillo— ¿Me traes un café?—. La pregunta le sonó con tanta naturalidad a Derek que este tardó en caer en cuenta de la situación, una vez ya había empezado a preparar el café encomendado.

—¿Te crees que soy tu sirviente? ¿O acaso también vas a darme propina?— el rubio se detuvo indignado, protestando ante el desubicado pedido. Sin embargo, Suhwan no parecía terminar de entender el sarcasmo, o quizás solo se estaba haciendo el tonto, por lo que solamente emitió una simple risita— No le pongas azúcar—.
Miles, interviniendo en la situación, salió de la parte trasera de la sala con un par de hojas en sus manos— Señor Lee, o quizás debería empezar a llamarlo solo Suhwan, lamento informarle que puede ser heredero de una fortuna, pero aquí se encuentra en desventaja. Si va a formar parte de nuestra "empresa", deberá adecuarse a algunas normas básicas que tenemos en este lugar—. Acto seguido, dejó caer en la mesita de vidrio los papeles que había traído, donde se disponía una hoja de papel donde se hallaba redactada una especie de contrato. Dudaba de la procedencia de ese documento, pero me mantuve callado mientras el recién llegado lo leía atentamente.

—Ya expresé que estoy de acuerdo con el reglamento, tiene más puntos a mi favor que en mi contra— asintió despreocupado, sin darle mayor importancia— Sin embargo, un poco de amabilidad no hubiese estado de más, ¿No le parece, sunbaenim?—.

El aludido simplemente dejó salir un concentrado suspiro de irritación, negando con la cabeza— Este Club está cada vez más cerca de ser un loquero...—.

—Es por eso que necesitamos salir de fiesta— volvió a insistir Derek. Al parecer, había estado hablando con algunos compañeros de cursos superiores de su universidad y había encontrado una fiesta el sábado entrante— Ya reservé las entradas para todos, están obligados a ir—.

—No quiero ir— sentenció Livia, leyendo tranquila un libro acerca de herbología, sentada sobre un sillón— No estoy de humor para festejar nada, así que no me interesa. Es más, creo que ninguno aquí debería estar de humor...—.

La chica dejó el libro a su lado durante unos instantes para comenzar a buscar durante un par de segundos en su móvil, dando con una publicación y enseñándola a todos— Damian me envió esta publicación por la mañana, se filtró una foto de la presentación de candidaturas de la universidad; al parecer hubo un escándalo por un vándalo que ingresó y planeó un sabotaje. Es gracioso que alguien esté usando nuestra insignia como modo de dejarnos mal parados en ambientes públicos cuando se supone que nuestro Club es un ente secreto para nuestro propio beneficio—.

Todos nos miramos entre nosotros. Al parecer, Damian y Livia eran los únicos que habían quedado sin tener ningún tipo de conocimiento acerca del tema (y si debía ser sincero, por mi parte había sido adrede). Pude notar cierta mueca de incomodidad en el rostro de Derek, pero no era el momento ni el lugar para preguntarle acerca de eso. Suhwan, por otra parte, había estado escuchando atentamente aquello que la chica estaba explicando, por lo que no dudó en acotar— Si no estoy comprendiendo mal, eso es una clara amenaza. No me parece una maniobra inteligente: si querían sacarle información, él no va a venir a dársela de esta manera. Deberían haberse entretenido un rato más jugando con él, de ese modo podría soltar un poco de información valiosa—.