Capítulo 29

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El juicio se había extendido. Ava estuvo un buen rato explicando el punto de vista de Callum respecto de la situación, sin en ningún momento perder de eje su postura central: "Él no entiende de donde sacaron la idea de que es culpable, puesto que al parecer, no hay pruebas".

Llegadas las dos de la tarde, se decidió intervenir y frenar el juicio, reprogramando una nueva cita para presentar a los testigos. Se había agendado la continuación del tratamiento del caso para el día veintidós del corriente mes, por lo que teníamos la oportunidad de prepararnos durante una semana.

La sala del Club se había convertido en un velorio, y todos sabíamos el porqué. Si bien Miles y Roman estaban dando todo de su parte para lograr sacarnos adelante, Ava y Callum nos sobrepasaban a pasos agigantados cada vez que intentábamos alcanzarlos.

—Tenemos que encontrar un punto débil en su discurso— pronunció Derek, quien al parecer estaba bastante de mal humor. Ethan no le estaba haciendo mucho caso últimamente, por lo que inicialmente pensé que aquello podría haberle dolido en su ego. Mas al parecer, había sido el mismo Derek quien le había pedido que se alejara. —Estoy seguro de que alguien de su equipo puede traicionarlo. Es un maldito loco, todos están junto a él porque le tienen miedo—.

Jenifer, quien se encontraba sentada en uno de los sillones de la sala, asintió con la cabeza al escuchar las palabras del rubio— En efecto: todas mis compañeras están en mi misma situación, pero a diferencia de mí, ellas no fueron baleadas todavía. Es entendible que se mantengan calladas, este loco las mataría sin dudarlo, en caso de ser necesario. Además, no nos podrían dar ninguna pista, la única con acceso a más información es Tracy Cantrell, quien nos comunicaba las órdenes de Callum—.

Al parecer, Jenifer y todas las demás chicas a excepción de Tracy desconocían a Callum como su jefe. Era una buena estrategia haber tenido una supuesta líder quien en realidad solo recibía órdenes de su superior. En casos como este, Tracy sería la primera persona que Callum sacrificaría para salir airoso. Y dicho y hecho, intentó tomarla de rehén cuando yo lo acorralé en el cobertizo, aquella noche en el muelle.

—Venga, chicos, no se desanimen— Madison, después de haber pasado un buen rato en la cocina, salió con una bandeja repleta de galletas de chocolate en sus manos, dejándola sobre la mesa. La chica era la chispa de alegría que el grupo necesitaba: era tan dulce y cariñosa que daba incluso un poco de miedo que alguien así estuviese conviviendo con personas tan distintas a ella, como lo eran Suhwan o Livia. Todo el tiempo me atacaban unas incesantes ganas de protegerla. —Les hice estas galletas, si bien no puedo colaborar con mucho a la investigación, quiero que al menos tengan algo para comer mientras piensan sus estrategias—.

Definitivamente, era un ángel. Esta era la quinta vez en la semana que nos cocinaba diferentes delicias dulces. El cariño constante de Madison para con Ethan había caducado en cuanto él le tuvo que confesar que no le agradaba comer azúcar en grandes cantidades, que prefería las cosas saladas, amargas, como el café; o incluso ácidas. Y fue en ese momento que la chica mudó su objeto de cariño hacia mí, quien había sido el otro involucrado en el rescate de su hermana. No es que Ethan ahora le cayera mal, es solo que a mí podía darme cantidades industriales de Brownies y yo no iba a ofrecer queja alguna.

Y como si eso fuese poco, también le gustaba abrazar a la gente, así que siempre que podía aprovechaba para tomarme por la espalda y darme un fuerte abrazo. Generalmente me molestaría viniendo de cualquier persona, pero ella era una excepción a la regla: durante aquellos segundos en los que me abrazaba, todos mis problemas y angustias se liberaban momentáneamente. Era lindo sentir eso, aunque no pudiese ser para siempre.

El teléfono de Jenifer sonó estridente en plena sala, iluminando la pantalla al comenzar a vibrar. Era una llamada, pero por respeto a su privacidad, no miré de dónde procedía. Mas ella pareció incomodarse un poco, tomando de inmediato el dispositivo, y poniéndose de pie con velocidad, yéndose a la otra sala para contestar. A los presentes nos dio un poco igual, Miles había ido con Roman y Suhwan a la corte a confirmar los testigos del próximo juicio, que seríamos Jenifer, Alexei (quien aún no estaba notificado, pero ya nos encargaríamos de ello) y yo, las tres personas más afectadas por Callum que podíamos encontrar en nuestro bando. Por otra parte, Ethan y Mia habían salido cada uno por su lado a hacer nosequé. Livia y Damian, como para variar, no estaban en la sala, y Carla estaba adelante, cumpliendo con su trabajo en biblioteca. Eso nos dejaba presentes solamente a Derek, las dos hermanas, y a mí. Derek y Madison deberían ir a la universidad y a la escuela respectivamente, por lo que decidí que sería buena idea acompañar a la más joven, puesto que era algo peligroso que caminara sola en la calle. Y ni bien Jenifer terminó de hablar por teléfono, nos informó que debía irse, por lo que me venía como anillo al dedo. Si bien confiaba en ella, no quería dejarla sola en la sala del Club.

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