Richard llegaba tarde, como de costumbre. Yo permanecía sentada en una silla lista para levantarme en cuanto llamaran a la puerta. Le había dicho que me enviara un mensaje cuando llegara para que no hacer ruido y no despertar a la pequeña, aunque estaba segura de que se olvidaría de ese detalle. No quería que Emma Rose me viera al irme, si no, ya no me soltaría.
Llamaron a la puerta y di un brinco como si me hubieran clavado una aguja en el culo.
- Mira que te lo he dicho... - murmuré para mí. Abrí la puerta y Richard entró con una sonrisa forzada. Era consciente de que llegaba tarde y de que yo estaría enfadada.
- Perdona... el tráfico estaba imposible. – se disculpó.
- ¿A estas horas? Hay que ver en lo que se está convirtiendo Berlín... - dije con ironía. Sabía perfectamente que a esas horas apenas había tráfico y que Richard se habría entretenido con ves a saber qué.
- ¿Dónde está? – dijo para esquivar mi comentario.
- Tu hija está durmiendo. – dije como si se tratara de algo evidente; de hecho lo era, solo que él no solía quedarse con detalles como los horarios de los niños. – Se despertará dentro de poco; cuando se levante dale la merienda, te la he dejado preparada en la cocina.
- ¿Y después? – preguntó levantando las cejas. Era increíble.
- Después juegas con ella o te la llevas al parque. Haces de padre, para variar. – comenté secamente. En ese instante la bocina de una moto sonó en la calle y me asomé por la ventana.
- ¿Es él? – preguntó Richard con una mezcla de tristeza y rabia.
- Sí. Así que me voy. - Me puse mi cazadora y cogí el casco que tenía en la entrada y antes de salir me dirigí una vez más a Richard. – Recuerda darle la merienda. Y nada de tele, pasa tiempo con ella.Era el día de mi cita especial con Merlin. Tal y como me había prometido iba a llevarme a una cita normal como novios para mostrarme su lado romántico. Richard ya sabía lo nuestro, así que no había motivos para ocultarlo.
Cuando me encontré con él le di un beso y me subí a su moto. Condujo con cierta velocidad hacia nuestro destino: un peculiar restaurante donde cenar completamente a oscuras. Nada más llegar nos recibió una chica ciega, quién nos acompañó hasta nuestra mesa y nos hizo las recomendaciones de la carta. Como el restaurante era "a ciegas" sus camareros tampoco veían. Me impactó ese concepto pero puso en alerta el resto de mis sentidos: el olor de la comida, la textura, su sabor... y la mano de Merlin acariciando la mía sobre la mesa.
Disfrutamos de una cena completamente diferente pero deliciosa. Después de cenar me llevó al Stadtbad Neukölln, una piscina climatizada en un antiguo edificio. Cuando llegamos había un par de parejas más, pero pronto se fueron y nos quedamos solos. La piscina, rodeada de columnas al más puro estilo griego me hacía sentir como si estuviera en el mismo Olimpo.Conseguí relajarme y terminamos de pasar una cita perfecta. En un par de días Merlín tenía que ir de viaje por trabajo así que aprovechamos para pasar tiempo juntos. Al final de la noche me invitó a dormir a su casa y yo acepté, en previsión de que fuera a pasar la noche fuera había dejado a Emma Rose con su padre. Hacía días que no veía a Merlin e iba a estar otra vez unos cuantos días sin verle, así que me moría por estar con él otra vez.
Al volver a casa al día siguiente abrí el buzón con un mal presentimiento y encontré otra nota anónima. Ésta decía: "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Esta frase me inquietó bastante. ¿Significaba eso que iba a perder algo? ¿O a alguien?
Subí a casa y se lo enseñé a Richard.
- Voy a contratar a un investigador privado para que nos ayude con las notas, esto está yendo demasiado lejos. - dijo arrugando el papel en su puño.
- ¿Y si vamos a la policía?
- No harán caso, para ellos esto no es un caso importante. Si quieres resultados hay que contratar un servicio privado.Dicho y hecho. A los dos días Richard me llamó con noticias sobre los anónimos. Al parecer, habían descubierto que todas las letras utilizadas habían sido recortadas de la misma revista, así que fuimos a sus oficinas en busca de respuestas. Conseguimos hablar con el director de la revista y nos dijo qué tirada tenían cada mes y que además regalaban un ejemplar de la revista a sus empleados y colaboradores, pero que por privacidad no nos podía dar una lista de nombres. Al volver a encontrarnos en un punto muerto, Richard tuvo una idea tan disparatada como brillante.
- Volveremos esta noche y nos colaremos en el despacho de recursos humanos; seguro que allí encontramos una lista de empleados y cualquier persona que haya trabajado alguna vez para la revista.
- ¿Quieres colarte como si fuéramos delincuentes?
- ¿Se te ocurre algo mejor? Entonces nos vemos aquí a las ocho.
Aunque me parecía una pésima idea quería llegar al final de ese asunto, así que me reuní con él en la parte trasera del edificio. Empezaba a oscurecer y apenas se veía a nadie por la calle.
- Tenemos que saltar esta vaya de seguridad. - dijo con cierto dramatismo. Realmente se había metido en una película al estilo "Misión imposible".- No me gusta nada tener que colarme, podemos meternos en un buen lío. - protesté.
- ¿Quieres seguir recibiendo notas? No, ¿verdad? Pues venga, salta. - dijo al llegar al otro lado de la valla. Subí a un contenedor de basura y salté por encima de los alambres. Avanzamos despacio entre almacenes aparentemente abandonados que pertenecían al edificio donde se encontraba la sede de la revista.
- ¡Ven aquí! - Richard tiró de mi mano y me arrinconó en una esquina. - Nos ha visto, el vigilante viene hacia aquí. - dijo preocupado.
- ¿Estás seguro? ¿Y ahora qué hacemos? Si nos pilla nos va a echar o incluso nos puede denunciar Richard!
- No te preocupes, tú hazme caso... confía en mí, ¿vale? - aquello no me gustó, sabía que estaba planeando algo pero teníamos que evitar cualquier lío legal. Mientras yo estaba concentrada en no hiperventilar, Richard me empujó contra la pared, se quitó la chaqueta e hizo lo mismo con la mía.
ESTÁS LEYENDO
Soñar es gratis 2
ФанфикDespués de vivir un sueño Irene regresa a Europa junto con su prometido Richard Kruspe. Una vez más debe iniciar una vida en un país nuevo y afrontar todos los cambios que le depara el futuro. Pero, ¿solo el futuro? A veces el pasado nos persigue pa...