Después de vivir un sueño Irene regresa a Europa junto con su prometido Richard Kruspe. Una vez más debe iniciar una vida en un país nuevo y afrontar todos los cambios que le depara el futuro. Pero, ¿solo el futuro? A veces el pasado nos persigue pa...
- Buenos días. - sonrió. - Y esto es para mi princesa. - sacó un peluche que escondía detrás de su espalda y Emma estiró los brazos para cogerlo. - ¿Qué haces aquí, Richard? Es muy pronto... - Pedirte perdón... y que vuelvas conmigo. Después de la otra noche... - Ni la menciones. - le corté. - ...me di cuenta de que nunca estaré con nadie como tú. Te necesito en mi vida, a ti y a Emma y te prometo que si me das la última oportunidad todo será diferente. Estoy dispuesto a hacer cambios, recortaré el trabajo, no haré tantas giras... lo que sea por recuperar a mi familia. - Es tarde para eso, ya lo sabes. - Ya... ¿Se lo contaste a Merlin? - Sí, ya lo sabe. Yo no le escondería algo así. - ¿Y cómo se lo ha tomado? - Richard atravesó el umbral para dejar las flores en una pequeña mesa que había a la entrada, el ramo era enorme y sabía que no podía cogerlo mientras tuviera a Emma en brazos. Yo no cerré la puerta porque no quería que se quedara. - Estoy seguro de que te habrá perdonado porque... Richard pareció olvidarse de lo que iba a decir cuando vio aparecer a Merlin que llegaba en ese momento con otro ramo, éste en tonos rosas y blancos. Los dos se inspeccionaron mutuamente y se saludaron secamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Merlin con cierto enfado. - Vaya... ya veo que sí te ha perdonado. - Al parecer no fue el único que se acostó con quien no debía. - dije sin dar más detalles. Richard lo miró como si le fuera a reñir pero Merlin le aguantó la mirada desafiante. - Y ahora vete. Vi que Merlin sonreía discretamente mientras sujetaba el ramo. - Y tú también. - le dije haciéndole una señal con la cabeza. - Lo siento, pero hoy no tengo ganas de ver a nadie, necesito que os vayáis. - Pero yo... - Merlin me dio el ramo como si no lo hubiera visto y eso fuera a hacerme cambiar de opinión. Era más pequeño y aunque me costaba un poco me las arreglé para aguantarlo a él y a la niña. - He dicho que os larguéis. - no quería levantar la voz estando con Emma así que me tuve que contener. Al fin los dos parecieron darse cuenta de que no pintaban nada y se fueron. Cerré la puerta y dejé los dos ramos en la mesa, algunas flores se habían chafado y algunos pétalos se esparcieron por el suelo. Me dispuse a empezar mi día con Emma, la vestí, salimos a pasear y jugué con ella, pero en el fondo seguía pensando en cómo padre e hijo dirigían mis pensamientos y no podía dejar de pensar en los dos. Últimamente Richard había estado mucho más cariñoso, comunicativo y muy metido en su papel de marido y padre. Aquello me dio una idea: pensé en llamar a Kaja y decirle que le contara a David que Richard y yo habíamos vuelto y así quizás, así dejaría de esperar que pasara nada entre nosotros.
- ¿Estás segura de que es lo que quieres? - preguntó Kaja al otro lado del teléfono. - No, pero no se me ocurre otra cosa para intentar que me deje en paz; si tienes alguna sugerencia estaré encantada de escucharlo. - Creo que deberías dejar a Richard al margen y buscar otra forma de hacer que David se aleje de ti. - aquello me molestó enormemente. Quizás no había estado tan equivocada y después de todo, Kaja seguía interesada en Richard. - Vale, mira, olvídalo, no debí pedírtelo. - No, está bien, lo haré. Quiero ayudarte. - accedió al fin. - Pero entonces tendréis que actuar como tal. - ¿Qué? ¿Para qué? Solo tienes que decírselo, no hace falta que sea verdad. - protesté. - A mí no me conoce tanto como a ti, puede que no me crea; si lo ve con sus propios ojos será mejor. Yo se lo diré, pero habrá que organizar algo para que un día os vea y parezcáis una pareja enamorada y feliz. - Eso va a ser difícil... - Pues te aguantas. Nada es fácil en esta vida. - dijo antes de despedirse y colgar. Será estúpida... se suponía que tenía que ayudarme, no hacerme la vida más complicada.