Subí la cremallera de mi chaqueta antes de encimarme un abrigo. Luego de ponerme las botas, salí de mi habitación. Mateo hablaba bajito con mi tía y yo me acerqué.
—Lista —dije y él sonrió mientras se levantaba.
—Nos vemos —se despidió de mi tía para salir conmigo de la cabaña. Era la una de la tarde y ya habíamos cerrado hace poco.
Pese a que le pedí a Mateo que me dejara descansar un momento, fue re insistente para que fuéramos de una vez. Parecía un nene ansioso.
Salimos de la cabaña y para mi sorpresa, Mateo sujetó mi muñeca suavemente cuando empezamos a caminar. Era un contacto bastante simple, pero no para mí, que no tenía casi amigos ni mucho menos contactos como éste, por poco y me agarraba de la mano.
Él llevaba una sonrisa radiante en su boca y ya me había costumbrado a lo parlanchín que llegaba a ser.
—¿Le temés a las alturas? —preguntó.
—Si le temiera a las alturas no vendría con vos a subirme al teleférico, ¿no creés? —pregunté.
—Sí... bueno, igual mejor preguntar, capaz me vomitás allá arriba y... —Mateo se giró fingiendo una arcada y yo me reí, aunque no estaba segura de que hubiera fingido.
Cuando estuvimos arriba por fin, no pude evitar que mi mente comenzara a fantasearun poco. Es decir, viajar en el teleférico con un chico sonaba bastante romántico, aunque en realidad, nada en Mateo era romántico. Él era guapo, y era electrizante su contacto, pero solo hablábamos de tonterías y nos reíamos como dos retrasados, era obvio que no iba a ser un viaje romántico. Debo decir, que de cualquier forma, Mateo era la mejor compañía que había tenido en años.
Mediante nos acercábamos a la fila del teleférico, mi sonrisa se fue desvaneciendo poco a poco al ver esa melena rubia. Ella llevaba un jogger junto con una sudadera que le hacía conjunto, y un gorrito color pastel que la hacía ver bastante tierna. Sus ojos esmeralda se encontraron rápidamente con los de Mateo y sin verlo sabía que sonreía, porque juro que casi que sentí desde mi lugar como ésta se formaba.
Entonces, mi esperanza cayó delante de mis pies para luego ser pisada cuando seguí caminando. Okey, ya había aceptado que no sería un viaje romántico, pero ¿con ella?
Mateo y yo solo éramos amigos, lo tenía claro; incluso, de alguna forma, sentía que no esperaba nada de su parte, ni un beso, ni... nada, sin embargo, ahí estaba yo, celosa.
Sí, no tenía que tratar de esconderlo, así era, pero la verdad era que no entendía por qué. Desde el primer día he sabido que simplemente le interesaba Carolina, pero esta situación se sentía... fatal.
¿Por qué la invitó? No, ¿por qué me invitó a mí? Eso es lo que me confundía. No tenía por qué traerme de tercera en una cita que claramente era de dos y obviamente yo no formaba parte de esos dos. ¿Por qué trabajaba conmigo? ¿por qué se quedaba en mis clases de literatura para niños? ¿por qué no paraba de hacerme reír todo el tiempo? ¿por qué escalaba por mi balcón en la noche? ¿por qué me agarró de la muñeca?
Un segundo...
Miré mi muñeca al percatarme de que ya no estaba allí su contacto.
¿Cuándo me soltó?
Seguramente cuando vió a Carolina.
Seguramente...
Holiii. Desaparecí por un par de días pero estoy de vuelta. ¿Qué tal? Yo un poco ocupada pero con la mente siempre sumergida en esta historia.
Voy a seguir actualizando así que ojalá se queden para el póximo cap<3 muack.