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Cuando la puerta fue tocada, Mateo se levantó y fue a la puerta a abrir, sin embargo solo la abrió medianamente, pues no quería que Camilo me viera y yo no tenía con qué cubrirme.

—¿Puedo pasar? —Oí a Camilo preguntar.

—No —respondió Mateo, tajante.

—¿Por qué no?

—Porque no, boludo —Escuché al morocho.

Intercambiaron un par de palabras más antes de cerrar finalmente y regresar hasta mí con una mochila negra.

—Son dos conjuntos de los que uso, espero no te incomodés usándolo, aunque solo será hasta que lleguemos a tu casa —explicó mientras me enseñaba un conjunto deportivo negro—. Es decir, si no te incomoda te lo podés quedar, pero si te incomoda en cuanto tengás tu ropa te lo podés quitar. Da igual, solo quiero que estés bien, porque por mí te podrías quedar sin ropa y te verías igual de preciosa... —Sus ojos repasaron mi cuerpo y con las mejillas encendidas me cubrí con las prendas que acababa de pasarme—. ¿Qué te hacés la tímida conmigo? Sos re linda wacha, no tenés nada que cubrirte. Si por mi fuera te desnudaría y me quedaría mirándote todo el día...

—¡Mateo! —me reí avergonzada—. Pará ya, boludo. Si no te digo que parés te quedás hablando todo el día...

—Y bueno... —alzó los hombros—. Medio difícil no hablar mucho si estoy hablando de vos...

—Eso fue romántico —dije con una sonrisa en la boca.

—Es que me inspirás —dijo y tras soltar una risita boba, plantó un beso en mis labios y comenzó a vestirse.

Yo hice lo mismo aunque tras sus últimas palabras, me quedé pensando en que Mateo era un rapero, Mateo era un compositor. "Me inspiras". Quisiera buscar canciones de él pero se siente como si de alguna forma lo estuviera traicionando. Seguramente porque él no quiere que yo lo sepa, pero eso me lleva a treinta mil preguntas más, de las cuales la principal es ¿Por qué?

Sé que no quiere usarme, él... no quiere simplemente tomar algo de mí. No quiero ser dura conmigo misma pero físicamente hay mejores chicas que yo para chicos que solo buscan garchar, y mucho más dispuestas que yo.

El corazón me late con intensidad al recordar lo atento que fue conmigo en el reciente acto íntimo. Fue delicado... romántico. Un escalofrío recorre mi espalda al pensar en sus besos y caricias.

—Camilo nos está esperando afuera —dijo y ambos salimos de la cabaña.

Miré el coche y aunque me puse rígida, subí inmediatamente al coche, pues quería estar en mi casa lo más pronto posible. Contrario a lo que creía, Mateo se subió atrás conmigo, dejando el puesto de copiloto vacío.

—¿Estás bien? —preguntó Cami encendiendo el auto.

—Sí... mejor —dije y recibí un beso de Mateo en mi mejilla y consecutivamente su brazo rodeó mi cintura abrazándome a él.

Camilo soltó una risita mirándonos por el retrovisor.

—Eso fue muy "amistoso" —Se burló ya que ambos le negamos gustarnos.

—Callate mejor —dijo Mateo y yo reí por lo bajo.

Camilo arrancó y llegamos muy pronto a decir verdad, aunque creo que yo me estuve durmiendo en el camino.

—Gracias por todo, ñeri. Decile a mi viejo que mañana voy y perdón por dejarte solo con mis abuelos pero... —se quedó en silencio mirándolo a los ojos por unos segundos—. Vos sabés —terminó por decir luego de un suspiro.

¿Vos sabés qué?

—Tranqui, ñeri, no hay de qué. Espero que descansen. Pedro ya sabés como es —dijo y ambos se rieron.

Camilo se giró y luego de subirse al auto se fue.

—¿Y Emi qué tal anda? —pregunté mientras nos dirigíamos a la cabaña.

—Bien, le gusta mucho pasar tiempo con el abuelo —dijo.

—¿Y a vos no? —pregunté.

—Seh, pero... no quiero ser malo, pero si soy totalmente honesto, prefiero pasarlo con vos —Sonrió—. A ellos los veo más seguido.

Asentí. —Igual que a Camilo. Como a él lo seguirás viendo siempre, preferís pasar el máximo tiempo que podás conmigo, ¿no?

—Sí... ¿Qué? ¡No! Bueno...

Mis ojos se encharcaron inmediatamente y sin decir una palabra, abrí la puerta para introducirme dentro, junto con Mateo.

—No es lo que pensás, tenemos que hablar... sobre eso...

Me parecía aterrador el hecho de que miles de ideas sobre lo que me podría estar por decir incluyeran algunas catastróficas, pero no quería pensar así de él, él no.

Cerré la puerta tras de nosotros y comencé a avanzar a mi habitación.

—Amber, ¿me estás escuchando?

—Shh, Mateo, vas a despertar a mi tía —fue lo único que dije y él, obediente, me siguió en silencio hasta mi habitación.

Cuando llegamos él cerró la puerta de la habitación y aunque quise ir al baño en seguida él atrapó mi muñeca primero y me acercó a él.

—Hablemos... —dijo sentándose en la cama y posicionándome entre sus piernas.

—Aun tengo frío, quiero bañarme...

—Okey —asintió—, bañémonos los dos.

Y tras jalar mi mano se adentró al baño conmigo.






Ya ni tengo cara para pedirles perdón por tardarme tanto jaja): 

La verdad es que he estado muy ocupada y en mis tiempos libres lo único que quiero es dormir.

Aquí les dejo este cap<3 muchísimas gracias porque igual siempre leo los comentarios y veo sus votos y es la mejor sensación que compartamos esto. Gracias, gracias, gracias. Gracias por los capítulos que han leído hasta ahora y gracias si a pesar de mi tardanza siguen aquí. Lo valoro mucho<3.

Snow ; TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora