La Marca 2

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La gran ciudad estaba convulsionada, el día de la fiesta había llegado.
Los periodistas estaban en las puertas del lujoso hotel, desde la mañana, y algunos canales hacían programas en vivo.
Thalía que había previsto el caos que se formaría, decidieron hospedarse en el hotel hace unos días.

S: Alfa, tengo hambre y quiero ver a mí bebé.
Derek gruñó, no quería soltar al Omega.
D: Un ratito más
Dijo y comenzó a mordisquear el cuello de su Omega.
S: Derr
Gimió.
Y Derek no se contuvo y le hizo el amor, ya había perdido la cuenta de cuántas veces lo había mordido.
Stiles entendía los celos de su alfa, sabía que Derek lo estaba marcando como suyo, lo impregnaba con su olor, para todo aquel que se acercara, no tuviera duda de que ya tenía dueño. A Stiles le daba seguridad ser marcado por su Alfa, aunque ya estaba muy cansado y extrañaba a su princesa.

Cuando Derek y Stiles, llegaron al hall, el resto de la familia ya los estaba esperando, el Omega frunció el ceño, cuando sus suegros y su Nana, arrugaron la nariz al mismo tiempo, y se sonrojo cuando entendió el porque, en cambio el alfa inflo su pecho orgulloso.

La fiesta era lujosa, digna de la realeza, todos los invitados, aunque acostumbrado a fiestas de la alta sociedad, se asombraron, aunque como astutos hombres de negocios, supieron leer entre líneas, la gran fiesta era solo una muestra del poderío Hale.
Toda la noche Derek estuvo pegado al Omega, mirándolo como si fuese la octava maravilla, y si por alguna razón se alejaban, Thalía y Alexander, ocupaban su lugar.
Alfa y Omega, charlaban, bebían y reían, todo era felicidad, hasta que Deucalión llego.

Derek sostenía con firmeza la cintura de su Omega, mientras esté hablaba con Deucalión, el alfa halagaba a Stiles, y Derek gruñía. Claudia se acercó con la pequeña Melisa, cuando noto la tensión en su yerno.
Deu: Es hermosa tu princesa, Omega.
Derek gruñó, y Stiles sonrió mientras besaba a su bebé.
D: Nuestra!!
Derek mostró sus colmillos afilados.
Deu: Claro, claro.
Levantó las manos en son de paz.
Melisa miro a Deucalión y frunció el ceño. El alfa rió.
Deu: Es toda una Hale. Felicidades, a ambos, hacen una pareja realmente hermosa.
S: Gracias, Deu, por todo.
Y dejo un beso en la mejilla del alfa.
Deucalión sonrió.
Deu: Se feliz omega.
Y se fue.
Derek abrazo a su Omega, que tenía a su princesa en sus brazos.
D: Míos!
S: Tuyos, mí Alfa, tuyos.

Un Omega MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora